ETE ES EL DÍA EN QUE ACTUÓ EL SEÑOR ¡ALELUYA!

 SEA NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRO GOZO  ¡ALELUYA!

Estamos en el año de San José, estas ilustraciones nos presentan el abrazo del Resucitado con el que fue su padre y custodio en la tierra.

Una imagen vale por mil palabras 

Para esta comunidad de clarisas ha sido una gozada poder disfrutar a puerta cerrada de la solemne Vigilia Pascual celebrada en nuestra iglesia por el padre Yury

Muy emotivo el canto del pregón pascual en su versión larga, que todo fiel cristiano debería meditar y profundizar para llenarse de gozo y esperanza.

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.

Adorno floral de nuestra iglesia por Pascua

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.

El sepulcro vacío es un simbolizo elocuente de la victoria de Cristo. 

El dolor, la enfermedad, la muerte, no tienen la última palabra, 

han sido vencidas en Cristo.

¡ALELUYA CRISTO VIVE!

En un mundo lleno de noticias preocupantes, que nos inclinan al desánimo, desesperanza y sinsentido.

En medio de una sociedad alejada de Dios que ha perdido la conciencia del pecado, escuchamos la buena noticia de la Resurrección de Cristo.

Éste es el acontecimiento que da sentido a la historia de todo hombre.

Si somos cristianos es porque Jesús no se quedó en el sepulcro, sino que la fuerza de Dios lo hizo pasar a su nueva existencia, en la que está para siempre, y desde la que se nos hace presente continuamente, sobre todo en el Eucaristía.

Vale la pena que nos dejemos conquistar por la alegría de la Pascua y que entremos también nosotros en el dinamismo pascual.

En la Pascua de este año se tiene que notar que algo se a cambiado, que hay en nosotros más energía, alegría, libertad interior, dinamismo, entrega desinteresada a los demás.

Los dos discípulos de Emaús lo veían todo negro y estaban desencantados, pero después de su encuentro con el Resucitado, a quien reconocieron en la Palabra y en la Fracción del Pan, recuperaron la ilusión y la esperanza.

 

El tiempo pascual comprende cincuenta días celebrados como uno solo.

“Los cincuenta días que median entre el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés se han de celebrar con alegría y júbilo, como si se tratara de un gran domingo”

PRIMER DOMINGO DE PASCUA

Hoy es el tercer día del Triduo Pascual y a la vez el primero de la Cincuentena.

Hoy es el domingo más importante del año del que reciben sentido todo los demás.

El cirio pascual encendido en la Vigilia Pascual 

va a acompañarnos a lo largo de siete semanas y debemos captar su sencillo y simpático mensaje de alegría.

La Octava de Pascua los vive la comunidad cristiana como un solo día.

Todos los días recibiremos la bendición solemne al final de la celebración, como si fuera una “solemnidad”.

El mensaje de este día de Pascua es la Resurrección de Cristo: la noticia mejor de todo el año para los cristianos. La que cambió la vida de los primeros discípulos de Jesús; la que proclamó con valentía Pedro en su catequesis en casa de Cornelio.

Es bueno detenernos en esta convicción:

CRISTO ES EL QUE VIVE

Porque nos hace falta para seguir con más ánimo nuestro camino cristiano y para dar testimonio en nuestra vida de nuestro encuentro con el Resucitado.

Es también la fiesta de nuestra liberación y nuestra resurrección

CARÁCTER BAUTISMAL DE LA PASCUA

Pascua es la fiesta bautismal, porque en el Bautismo es cuando por primera vez nos sumergimos en la muerte y resurrección; hemos sido “injertados” en la nueva vida de Cristo.

Toda la Cincuentena tiene carácter bautismal, por eso es lógico que durante los ocho domingos del Tiempo Pascual se realice la aspersión en vez del acto penitencial y nos dejemos “mojar” en recuerdo del sacramento por el que fuimos “sumergidos” por primera vez en Cristo muerto y resucitado.

VIDA PASCUAL

Pascua es algo más que una fiesta o un “tiempo litúrgico”.

Pascua es un estilo de vida, una mentalidad que mueve nuestra mentalidad y nuestras obras.

La Pascua de Cristo debe contagiarnos y convertirse en pascua nuestra, de modo que imitemos su vida nueva.

Es lo que le preocupa a san Pablo cuando escribe a los Colosenses, les invita a que, ya que han recibido la vida de Cristo en el bautismo la lleven a la practica buscando los bienes de allá arriba no los de la tierra.

Si celebramos bien la Pascua, también nosotros debemos morir a lo viejo y resucitar a lo nuevo, morir al pecado y vivir con Cristo la novedad de su vida.

Al final de los tiempos resucitaremos con nuestro cuerpo mortal, 

pero desde ahora podemos vivir como resucitados, alimentados con la Eucaristía, que nos hace participar de la vida ya definitiva del Señor.

Vivimos en este mundo y debemos llevar a cabo las tareas que tenemos encomendadas, pero sin olvidar que estamos en camino y somos ciudadanos de otro mundo, el mundo en el que ya ha entrado Cristo resucitado.

Que el misterio pascual lo expresemos con nuestra vida, 

con nuestra alegría, 

nuestra entrega por los demás, 

nuestra energía para el bien, 

nuestra valentía en nuestra lucha contra el mal, 

nuestra esperanza 

y novedad de vida