En la 3ª Carta.
“A la hermana Inés, Clara, sierva de las Hermanas Pobres, le AUGURA los gozos de la salvación eterna en el Autor de la misma y cuanto de bueno pueda DESEARSE.”
“TE DESEO en todo momento salud en el Señor, como me la DESEO a mí misma.”
En la 4ª Carta.
“A quien es la mitad de mi alma, a la Señora Inés, Clara le DESEA salud y que cante el cántico nuevo ante el trono de Dios y siga al Cordero a donde quiera que vaya”.
“Aunque no te he escrito con la frecuencia como lo DESEAN Y ANHELAN tu alma y la mía, no creas que el FUEGO DEL AMOR que te tengo arde menos, afectuosamente en las entrañas de tu madre. Me lo ha impedido la falta de mensajeros y el peligro de los caminos.”
“Mira este Espejo (Cristo nacido en un pesebre y muerto afrentosamente) así te inflamarás más y más en el fuego de la caridad. Y SUSPIRANDO DE AMOR y forzada por la violencia del ANHELO de tu corazón exclama en alta voz: “Atráeme”, correremos”.
“Mira en mis letras el afecto de madre que te profeso a ti y a tus hijas, ARDIENDO en vuestro amor cada día.”