FIN DE AÑO
Cuando los comercios están saturados para comprar lo necesario de la Noche Vieja y despedir el año, esta comunidad de hermanas pobres de santa Clara dedica un día al silencio, la interiorización y la meditación.
Esta mañana ha venido D. Juan José López Fabuel, un sacerdote de Villarrobledo incardinado en la diócesis de Toledo (Seseña), y nos ha dirigido dos meditaciones muy profundas que queremos compartir por si alguien puede beneficiarse de ella.
LA HUÍDA A EGIPTO
Para la Sagrada Familia fue una necesidad salir con urgencia de Belén.
BELÉN Y NAZARET encierran un misterio y deben estar siempre presentes en nuestro vivir de cada día (Carlos de Foucauld)
La huida a Egipto forma parte del misterio de la vida oculta y escondida de la Sagrada Familia, y es el gran olvidado.
Pocas veces se contempla este misterio.
¿Qué importancia tiene este misterio en mi realidad concreta, en mi vida personal?
Una enseñanza de amor, paciencia y entrega en los momentos de prueba y dolor.
Desde este misterio vivimos los acontecimientos eclesiales: Año de San José, Año de la Familia, la realidad social, la pandemia que nos hace descubrir nuestra debilidad y fragilidad; el mundo que está roto.
¿Qué sentido tiene la existencia humana?
Belén y Nazaret nos lanzan a Galilea y a Jerusalén, a tantas situaciones en que somos puestos a prueba.
La Huída a Egipto nos habla del Nuevo Moisés: Jesucristo,
que nos libra de todas nuestras esclavitudes, los pecados que nos atan, las faltas de caridad,...
Nuestro Libertador nos ayudará a vivir una vida nueva.
Esto implica un corazón dócil y obediente como el de María y José.
También se presentará ante nuestros ojos el desierto, la dificultad, la persecución, la incomprensión, la incertidumbre. Todo esto lo vivió la Sagrada Familia en su Huída a Egipto.
¿Cuál es mi respuesta ante estas situaciones que se me presentan en la vida?
María y José tenían conciencia de que eran el "barro" que debía dejarse amasar y modelar y que el Padre de las Misericordias les estaba sacando de su "tierra".
Son obedientes. No han nacido para estar en Belén. En Belén no se pueden parar, es un lugar de paso.
Igual me pasa a mí.
Lo que estoy pasando no es para siempre, es pasajero, es un momento de purificación.
Si el Señor nos pone a prueba es porque quiere sacar lo mejor de nosotros mismos.
Jesús tuvo que huir a toda prisa de Belén.
Fue probado, humillado, sin tener seguridades ante el futuro incierto de un desierto desolador.
Vivir el misterio de Belén es vivir la Encarnación:
Para vivir en mi carne el misterio de la Encarnación debo dejar que Jesús tome carne de mi carne.
El Verbo se ha encarnado en la entrañas de María.
Pero también quiere encarnarse en tí; ser todo tuyo; tomar todo tu corazón; tus pensamientos, para que no seas tú, sino Él en ti quien viva haciendo la Voluntad del Padre.
Cuando se marcharon los Magos comienza un "Nuevo Éxodo".
"Levántate, toma al Niño y a su madre y vete a Egipto".
(Mt 2, 13-19)
Belén es el lugar donde Dios quiere vaciarnos, quitar de nosotros las seguridades para poner su vida.
¿Cómo vivo yo cuando me quitan algo?
¿Cómo vivo el fracaso?
¿Lo vivo como maldición y condena o como bendición y oportunidad?
Dios tiene ya su plan sobre ti.
También entra dentro de él todo lo que te desagrada, te duele o no entiendes.
Ese proyecto de Dios sobre ti debes aceptarlo con docilidad y obediencia.
LA OBEDIENCIA
Nos hace entrar en la escuela del "Bendito sea el nombre del Señor", pase lo que pase, como en el caso del Santo Job.
Si no vivimos la obediencia y la escucha todo son peligros.
Pon nombre a tus errores, ¿qué es lo que hace que vivas con un caparazón que te endurece?
¿Cómo estás?
Triste, desolado, desconcertado, dolido,...
Podemos cristificar nuestros estados de ánimo uniéndolos a este misterio de la Vida de Cristo.
La Huída a Egipto es realmente mi estado de ánimo.
El ángel se apareció en sueños a José.
HERODES
Busca al Niño para matarlo.
En la historia de la Salvación siempre está presente el peligro, el "cocodrilo".
Nuestra obediencia provoca el "enfado" del demonio y su corte, que se enfurece cuando ve un alma pura y dócil.
Debemos contar con ello.
No darle tanta importancia a lo que sucede alrededor, sino en cuidar al Niño y servir a la Iglesia. Ocuparnos de nuestro interior, de crecer en la vida de la gracia.
JOSÉ SE LEVANTÓ
El sueño es la manifestación de Dios, que se está haciendo presente.
Con prontitud tomó al Niño.
José fue el que cuidó de María y Jesús.
Si vivo mi vida de caridad, de oración, de conocimiento personal, con gozo profundo estoy protegiendo al Niño perseguido.
Mi ser será una "casita" para el Niño.
¿Cómo sería la huída? ¿Miraría José atrás?
MEDITACIÓN DE LA TARDE
La salida de Egipto de la Sagrada Familia, va en paralelo con la salida de Egipto del Pueblo de Israel.
Es la salida (Éxodo) del Niño Dios, el nuevo Moisés, verdadero libertador de la esclavitud del pecado.
"Muerto Herodes el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al Niño y a su Madre y vete a la Tierra de Israel. José se levantó, tomó al Niño y a su madre y se fue a la Tierra de Israel"
En la Sagrada Familia es el "Nuevo Pueblo de Dios", el que inicia su éxodo, para que se cumpliera la profecía:
"De Egipto llamé a mi Hijo"
(Oseas 11, 1)
La salida de Moisés y el Pueblo de Israel fue portentosa y triunfal.
El religioso vive en una actitud de victoria sobre el poder del hombre viejo, el corazón de piedra.
El consagrado no puede quedarse en las pequeñas cosas que le impidan volar. Egipto es el lugar de la persecución y de la esclavitud. Ahí se manifiesta el Ángel de Dios.
José obedece de corazón, su obediencia es rápida, ágil.
La docilidad consiste en no poner impedimentos, no absolutizar las cosas, no endurecer el corazón, no encerrarse en sí mismo, sino salir (éxodo) y pensar en las necesidades del otro.
LA AUTORIDAD
¿Quién tiene hoy autoridad?
Estamos en unos tiempos en que no se reconoce la autoridad.
Los hijos no respetan a sus padres ni los alumnos a los maestros.
Está desapareciendo la figura de los superiores.
El Señor actuará con toda su fuerza si somos dóciles y obedientes.
En la vida religiosa debemos vivir de los signos de Dios. Podemos caer en la superficialidad, la apariencia, el no escuchar la voz de Dios.
A veces aparece la sequedad en nuestra vida de oración. Puede surgir esta pregunta:
¿Has perdonado de corazón a tu hermana?
¿cómo vives la caridad fraterna?
¿hay faltas de fe o de esperanza en tu vida?
Las distracciones suelen ser reflejo de lo que es mi vida, de dónde tengo el corazón.
EL AMOR
Es lo que al final de la vida se me da, pero cuando desde el inicio lo estoy viviendo y buscando.
Cuando vivimos en la dinámica de buscar a Dios, Él se va manifestando de forma más plena. La acción del Espíritu Santo, la fuerza de Dios se hace más clara en nuestra vida. Nuestra vida será fecunda, dará fruto.
Tengamos cuidado en la vivencia de nuestra fe, corremos el peligro de vivir en la superficialidad sin avanzar en la vida espiritual.
COMENCEMOS BIEN EL AÑO QUE DIOS NOS REGALA COMO GRACIA
FELIZ AÑO NUEVO 2021