martes, 21 de junio de 2022
domingo, 12 de junio de 2022
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
JORNADA PRO ORANTIBUS 2022
HABLAMOS DE ESTA JORNADA
La
Iglesia dedica un día cada año a orar por los contemplativos, es el Domingo de
la Santísima Trinidad: JORNADA PRO ORANTIBUS.
Hoy
se reza por los que rezan, para que la Vida Contemplativa crezca con nuevos
miembros y seamos fieles a lo que Dios espera de nosotros.
Muchas son las órdenes de monjes y monjas que
han heredado diversos carismas de sus fundadores y otras nuevas realidades de
vida contemplativa que están surgiendo.
QUÉ ES LA VIDA MONÁSTICA
Hay tres palabras que pueden ayudarnos a comprender este misterio: Don, pulmón y corazón.
DON
Cada carisma es un regalo de Dios a la Iglesia.
Desde sus orígenes siempre ha habido hombres y mujeres que se han retirado en oración y silencio para encontrarse con Dios.
Es un don de Dios para la Iglesia y para la persona que lo recibe.
Nuestra
madre Santa Clara exhortaba siempre a sus hijas a agradecer a Dios todos sus
dones y uno de los mayores, la vocación.
PULMÓN
La Vida Monástica es a la Iglesia lo que los pulmones al cuerpo. El aire que oxigena el Cuerpo místico de la Iglesia es el Espíritu Santo.
Benedicto XVI
dijo que la Vida Contemplativa es el pulmón espiritual de la Iglesia.
CORAZÓN
El corazón bombea la sangre y hace que llegue a todos los rincones del cuerpo.
Eso
hace la oración de los contemplativos, llevar la vida de Dios hasta los
confines del mundo. No hay hombre que escape del alcance de nuestras oraciones.
POR QUÉ ES NECESARIA HOY LA VIDA CONTEMPLATIVA
Los
monjes y monjas contemplativos son su vida: Brújula, espejo, suplencia,
gimnasio y gratuidad.
LA BRÚJULA
¿Cuál es su misión? Siempre apunta hacia el norte.
Muchas personas han perdido el norte de su vida, no saben hacia dónde se dirigen, están desorientadas y aturdidas ante los reclamos de nuestra sociedad.
Nuestra vida apunta hacia Dios, fin último de todo ser
humano, pues ha sido creado para gozar de Dios por toda la eternidad.
EL ESPEJO
Nos devuelve la imagen al mirarnos en él.
Los contemplativos mostramos al hombre su verdad ontológica:
es criatura, y por tanto dependiente de su creador.
Como los
pajarillos de un nido que pasan el día con el pico abierto esperando que su
madre se lo llene.
SUPLENCIA
Toda la creación alaba a su creador.
Para eso estamos los contemplativos,
para suplir con nuestra oración a las personas que no se relacionan con su Creador.
GIMNASIO
En nuestros días es muy frecuente ir al gimnasio por motivos de salud y para estar en forma.
Un convento es como un gimnasio del espíritu, pues los contemplativos
nos ejercitamos cada día en el perdón mutuo, el amor, el mirar al hermano cada
día con ojos nuevos.
GRATUIDAD
La Magdalena rompió, sobre los pies de Jesús, el vaso de alabastro con un perfume carísimo y la casa se llenó del perfume.
Fue un acto alabado por el Señor y recogido en el Evangelio.
La entrega total y absoluta de nuestra vida a los
pies de Jesús hace que la casa de la Iglesia se llene del perfume del don
gratuito de nuestra vida.
Los
que vivimos en el retiro del claustro tomamos como modelo a la Madre de Dios,
que guardaba en su corazón las Palabras de su Hijo. Este saborear la
Palabra en silencio es fundamental en los monjes y monjas de vida
contemplativa.
EL LEMA DE LA JORNADA PARA ESTE AÑO
La
Vida Contemplativa, lámparas en el camino sinodal.
Una lámpara no es la Luz, pero la lleva dentro de sí.
La luz es Cristo.
Antes de que se abriera el camino sinodal, el Cardenal Secretario del mismo, Mario Grech, escribió una carta a todos los contemplativos el día 28 de agosto de 2021 encomendando a nuestra oración el fruto del Sínodo. En esa carta nos dice cosas muy hermosas:
“Sois custodios y testigos de realidades fundamentales para el proceso sinodal que el Santo Padre nos invita a realizar. Considero que hay tres palabras centrales en la vida monástica y contemplativa que custodiáis en la vida de la Iglesia, en el compartir con los hermanos: Escucha, conversión y comunión”.
Los contemplativos nos sentimos en comunión plena con toda la Iglesia que está en camino prepando el próximo Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad que se abrió el 9 de octubre de 2021 y concluirá en octubre de 2023, cuyas palabras clave son:
“Comunión”, “Participación” y “Misión”.
El
papa en la Fratelli tutti nos invita a trabajar juntos, construir
juntos, estar juntos, salvarnos juntos, dialogar y actuar juntos. Son verbos
que indican dinamismo y que se pueden aplicar muy bien a la vida monástica,
pues vivimos en comunidad.
Al
inicio del Sínodo se hizo esta invitación:
“Cada
bautizado debe sentirse comprometido en el cambio eclesial y social que tanto
necesitamos. Este cambio exige una conversión personal y comunitaria que nos
haga ver las cosas como las ve el Señor".
Y
también:
“Por
este motivo, mientras todos los bautizados están específicamente llamados a
participar en el Proceso Sinodal, nadie -independientemente de su afiliación
religiosa- debe ser excluido de la posibilidad de compartir la propia
perspectiva y sus experiencias, en la medida que quiera ayudar a la Iglesia
en su camino sinodal de búsqueda de lo que es bueno y verdadero”.
QUÉ PODEMOS HACER LA IGLESIA POR LOS CONTEMPLATIVOS
Los
que en la Iglesia tienen otras vocaciones, en primer lugar rezar por nosotros,
por las necesidades concretas de cada comunidad, por nuestra fidelidad y por un
aumento de vocaciones, para evitar el cierre de monasterios.
También sería bueno un acercamiento a este estilo de vida, físicamente, bien con una llamada o un correo electrónico o por las redes sociales, escuchando algún testimonio, para saber algo más de estos hombres y mujeres que dedicamos la vida a Dios rezando por los hermanos.
No se ama lo que no se conoce.
Que
en los seminarios se hable del significado y valor de la vida contemplativa. Y
que los sacerdotes también hablen de ello a los fieles, pues somos una realidad
eclesial muy desconocida.
Que
lleven grupos de jóvenes a los monasterios de la diócesis, para que vean la alegría
de los monjes y las monjas, quienes saben por experiencia que solo Dios es
capaz de llenar el corazón del hombre de una felicidad que el mundo no puede
dar.
Ojalá
que muchos jóvenes escuchen la voz de Dios, que les llama a vivir en sus atrios
alabándole siempre.
El icono de la Santísima Trinidad junto a la imagen de la Virgen de la Teja y Santa Clara.
Oratorio de nuestro monasterio.
¡Dios mío, Trinidad a
quien adoro!,
la Iglesia nos sumerge en
tu misterio;
te confesamos y te
bendecimos,
Señor, Dios nuestro.
Como un río en el mar de
tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy
eterno,
lo pequeño se anega en lo
infinito,
Señor, Dios nuestro.
Oh Palabra del Padre, te
escuchamos:
Oh Padre, mira el rostro
de tu Verbo;
Oh Espíritu de Amor, ven a
nosotros;
Señor Dios nuestro.
¡Dios mío, Trinidad a
quien adoro!
Haced de nuestras almas
vuestro cielo,
llevadnos al hogar donde
tú habitas,
Señor, Dios nuestro.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu:
fuente de gozo pleno y
verdadero,
al Creador del cielo y de
la tierra,
Señor, Dios nuestro. Amén.