CONMEMORATIVA DE LOS
400 AÑOS DE FUNDACIÓN
Es
difícil plasmar en el papel, por medio de las palabras, los sentimientos cuando
son intensos.
La
experiencia que ha vivido esta Comunidad el día 11 de Mayo en comunión con el
Obispo, los Sacerdotes, las hermanas de otros Monasterios, los bienhechores y
amigos, tanto de Villarrobledo como de fuera, ha sido de inmenso gozo y de
gratitud hacia Dios. Un acontecimiento inolvidable.
En
la monición de entrada se hacía alusión a la festividad litúrgica del Domingo
del Buen Pastor, Jornada Mundial de oración por las vocaciones; al evento de
los 400 años de Fundación y a las obras finalizadas de nuestro tejado, haciendo
mención de los bienhechores.
Presidió
la Eucaristía Mons. Ciriaco Benavente Mateos, Obispo de nuestra Diócesis.
Concelebraron: el Vicario de la Zona de la Mancha, D. Santiago Bermejo, el
Vicario de la Vida Consagrada, D. Manuel de Diego Martín, el Padre Asistente de
nuestra Federación, P. Francisco Oliver Domingo (O. F. M.), el Párroco de San
Francisco de Albacete, P. Ángel Nicolás (O. F. M.), el Secretario del Nuncio de
Su Santidad, D. Francisco Tomás Tomás, D. Juan Miguel Romero, de la Parroquia
de Santa María (Villarrobledo), D. José Vicente Monteagudo, Párroco insolidum
de La Asunción de Nuestra Señora de Yeste, D. José María Lapeña, párroco de
Sisante y capellán de las hermanas clarisas, D. Juan José Espinosa, capellán de
las clarisas de Madridejos, Maestro de Ceremonias, D. Juan Julián Castillo y
Zafra, Vicario Parroquial de S. Blas y Capellán del Convento. Un total de diez
sacerdotes acompañaron al Obispo en el altar.
Participó
el coro parroquial de san Blas y las veinticinco hermanas clarisas venidas de
Hellín, de donde es la Madre Presidenta, de la Santa Faz, Orihuela, Cieza,
Sisante y Madridejos. También contamos con la presencia de las Carmelitas de
Villarrobledo y la Madre superiora de la Residencia de Nuestra Señora de la
Caridad. Además del órgano hubo una flauta traversera y tres violines. Como
directora de coro Yolanda Salamanca Fernández, natural de Socuéllamos.
En
la homilía el Señor Obispo trató varios temas: Explicó la imagen de Cristo, Buen
Pastor y Puerta del redil. Expuso la
idea la vocación en general y de la específicamente religiosa como un tesoro de
la Iglesia. Pidió a los asistentes oraciones por la Comunidad, dijo “No podemos
saber cuántos beneficios hemos recibido por la oración de estas hermanas que
han consumido su vida en el horno de la caridad y de la alabanza divina”.
En el ofertorio, encabeza
la procesión la reliquia de Santa Clara, portada por la Madre Luisa María, del
Monasterio de Hellín, Presidenta de la Federación de Cartagena Murcia a la que
pertenece nuestro Monasterio. Va acompañada por cuatro velas, que representan
los cuatro siglos de oración vividos por tantas hermanas que nos precedieron en
esta santa Casa.
La Madre Abadesa y
una hermana de esta Comunidad presentan el Pan y Vino, que se transformarán en
el Cuerpo y Sangre del Señor.
Una novicia, presenta
las flores que adornan y perfuman la Casa de Dios. Como hacen las hijas de
Santa Clara con su entrega silenciosa, embellecer el rostro de la Santa Madre
Iglesia.
La reliquia de Santa Clara junto a las cuatro velas al pie del altar.
Antes
de recibir la bendición del Obispo, el secretario del Nuncio, D. Francisco
Tomás, leyó la bendición del Papa para nuestra Comunidad con motivo de su
cuarto centenario, haciéndola extensiva a familiares, bienhechores y amigos.
Después la Madre dio las gracias a todos los asistentes y a los bienhechores
que nos han ayudado con la obra del tejado. Terminó, Fernando Moreno, de la
empresa Pajarita IV, que ha llevado a cabo la obra del tejado, dirigiendo unas
palabras a todos.
Una
vez finalizada la Eucaristía el Obispo y el Alcalde de Villarrobledo
descubrieron una placa conmemorativa del Centenario en la puerta del Convento.
La Madre Abadesa, Sor Marta Lidia, dirigió unas palabras a todos los presentes.
El Alcalde felicitó a las hermanas por su “cumpleaños”, agradeciendo en nombre
del pueblo su dedicación; también el Obispo hizo mención de las hermanas que
nos han precedido en esta Comunidad con gran fama de santidad, animándonos a
seguir sus ejemplos.
Se
preparó un refresco y un aperitivo en la calle del Pedregal para todos los
asistentes. El Obispo, los sacerdotes, el Alcalde, y las hermanas venidas de
otros Monasterios cenaron en el refectorio dentro de la clausura con las
hermanas.