Hoy, 21 de octubre de 2015, a las 7 de la tarde, hemos tenido una emotiva, solemne y concurrida misa votiva de la Virgen en su advocación de la Teja.
Ha sido sorprendente el fervor,
respeto, y veneración hacia esta pequeña silueta de la Virgen con el Niño, que
se está formando a partir del barro cocido de una teja.
Los cantos han corrido a cargo de nuestro
coro. Entre otros, se han cantado el Himno de D. Ángel de Toro, la invocación
del P. Ángel Sanz Arribas y “Sobre la tierra, epifanía”. Al final, el sacerdote
oficiante (nuestro capellán, D. Juan Julián Castillo) ha leído la coplilla
compuesta por D. Ángel Ferrero.
Entre otras cosas, en la homilía,
es sacerdote dijo:
“El Papa Benedicto XVI habla de la
revelación universal y de las revelaciones particulares. Las primeras se deben
creer, para las segundas es algo opcional. Pero si se aceptan porque ayudan a
crecer en la fe al creyente, suponen una gran ayuda, y sería una lástima
despreciarlas y privarnos de esas gracias”. Estamos ante un caso de revelación
particular, como tantos otros que se dan en la Iglesia y que ayudan a los
fieles a crecer y afianzarse en la fe, pues no va contra la doctrina de la
Iglesia.
“Los fieles hacen bien de propagar
estas revelaciones privadas para ayudar a otras personas a beneficiarse de las
mismas”.