viernes, 7 de junio de 2024

UNA COMUNIDAD ENAMORADA

DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hay constancia de que en el año 1900 se sustituyó el cuadro de san Juan Bautista, en el altar mayor de nuestra iglesia, por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús de tamaño natural. Fue la madre Julia de la Concepción la que hizo el encargo de esta escultura. 

Ello fue debido no solo a la gran devoción que tenía ella como abadesa, sino toda la comunidad. Además en 1899 el papa hizo la consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús y la publicación de la encíclica Annum Sacrum escrita por el papa León XIII.

Posiblemente fue esa la fecha en que si hizo la fotografía del retablo mayor que se ha conservado hasta el día de hoy.

El retablo mayor de nuestra iglesia, quemado en 1936.

Esta devoción se ha transmitido a las nuevas generaciones. Además, las jóvenes que van ingresando en nuestro monasterio tienen una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Es tanta la devoción que tenemos su imagen en casi todas las estancias del convento:

Imagen que hay en la entrada al noviciado.

Imagen del “coro chico” desde él se ve el altar mayor.

Imagen que hay en el “coro alto”.

Imagen que hay a la entrada del “coro bajo”.

Cuadro original del siglo XIX dedicado por detrás por la Guardia de Honor de Madrid.

Imagen que hay en el “coro bajo”.

Altar de la iglesia nuestra dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.

Esta fue la primera imagen que se compró en la posguerra y estaba en el centro del retablo provisional que se hizo al restaurar la iglesia en 1940.

Imagen del oratorio

junto a la Virgen de la Teja y santa Clara.

Imagen que hay en la puerta de acceso al Obrador.

Cuadro del pasillo del fregador a la cocina.

En el refectorio, sobre un mueble esta capilla.

En el claustro.

En una celda reuniones de la comunidad

junto al cuadro del Inmaculado Corazón de María.

Santa Jacinta de Fátima dijo:

“El Señor quiere que junto a su Corazón esté siempre el Corazón Inmaculado de María y que las gracias se las pidamos a través de Ella”.

A la entrada del convento teníamos una imagen del Sagrado Corazón, que por una temporada, no está en el monasterio.

El mes de junio está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y este año, la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, coincide con el primer viernes de mes, dedicado también a desagraviar los ultrajes contra el Corazón Amante de Cristo Redentor.

En 1765, el papa Clemente XIII, instituyó la fiesta litúrgica del Sagrado Corazón de Jesús, aunque en un principio solo para Polonia.

Casi cien años después, en 1856, con el beato Pío IX como papa, fue cuando la fiesta del Sagrado Corazón alcanzó dimensión universal.

Desde ese entonces, se han escrito cuatro encíclicas para hablar sobre el Sagrado Corazón de Jesús.

Annum Sacrum. Esta encíclica fue escrita por el papa León XIII y publicada el 25 de mayo de 1899. Con ella, este papa consagró el género humano al Sagrado Corazón de Jesús: “Nos, decidimos en consecuencia, que el 9, el 10 y el 11 del mes de junio próximo, en la iglesia de cada localidad y en la iglesia principal de cada ciudad, sean recitadas unas oraciones determinadas. Cada uno de esos días, las Letanías del Sagrado Corazón, aprobadas por nuestra autoridad, serán añadidas a las otras invocaciones. El último día se recitará la fórmula de consagración que Nos os hemos enviado”.

El motivo que tuvo León XIII para llevar a cabo esta consagración fue su gratitud ante la curación de una enfermedad peligrosa.

Miserentissimus Redemptor. Escrita por el papa Pío XI, esta encíclica vio la luz el 8 de mayo de 1928. El tema en el que se centraba era la “expiación que todos deben al Sagrado Corazón de Jesús”. Con este motivo, viene acompañada con una oración expiatoria al Sagrado Corazón.

Summi Pontificatus. La primera encíclica de Pío XII, en el año que fue elegido papa (1939), festejó los cuarenta años de la encíclica de León XIII, Annum Sacrum. En este documento Pío XII escribía:

“No hay necesidad más urgente, venerables hermanos, que la de dar a conocer las inconmensurables riquezas de Cristo a los hombres de nuestra época“

1939 fue el año en que comenzó la primera Guerra Mundial.

Haurietis aquas. Un centenario después de que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se hiciera universal, en 1956, el papa Pío XII repitió tema de encíclica, al hablar de nuevo sobre el Sagrado Corazón, en concreto sobre su culto.

Así escribe san Juan Pablo II del corazón:

-         El corazón es un símbolo que habla de la interioridad del hombre. (20-06-1979)

-         Hay que medir al hombre con la medida del corazón. (03-06-1979)

-         Vosotros valéis lo que vale vuestro corazón. (03-06-1980)

EL CORAZÓN en el lenguaje bíblico

En la Sagrada Escritura, el término antropológico que más se usa es “CORAZÓN”

En la Biblia hebrea aparece 853 veces.

En el Antiguo Testamento se habla 26 veces del Corazón de Dios y en el Nuevo Testamento 159 veces.

En el lenguaje bíblico “Corazón” significa el centro de la existencia humana, la confluencia de razón, voluntad, temperamento y sensibilidad, en la cual la persona encuentra su unidad y orientación interior.

Es importante remarcar que el fundamento de la devoción al Corazón de Jesús es tan antiguo como el mismo cristianismo. (Benedicto XVI, 15-05-2016)

La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene sus raíces en la Sagrada Escritura, aunque a lo largo de los siglos, el Espíritu Santo la ha ido mostrando más claramente.

El discípulo amado, durante la última cena reclinó su cabeza sobre el Corazón de Cristo. (Juan 13, 22-26)

Me mirarán a mí, a quien traspasaron y harán llanto como llanto por el Hijo único (Zacarías 12, 10)

Estas palabras las recoge san Juan en su Evangelio cuando vio que del Corazón traspasado de Cristo en la Cruz brotaron el agua y la sangre.

La lanza atravesó el Corazón de Jesús de lado a lado. No existe una forma más elocuente de amor.

Dios nos ha amado tanto que se ha dejado romper el corazón para darnos su Espíritu Santo y los sacramentos de la Santa Madre Iglesia.

Decía Benedicto XVI que celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús es celebrar la esencia del cristianismo: Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.

Desde la Cruz Jesús nos muestra sus manos, pies y costado atravesados, por nuestro amor, para nuestra salvación.

Sus heridas nos han curado. No dudemos nunca del amor que Dios nos tiene y devolvamos amor por amor.

Recordemos sus palabras: Venid a mí todos los que estáis cansado y agobiados y yo os aliviaré. Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. (Mateo 11, 28-30)

La Liturgia de hoy, en el Oficio de Lectura nos ofrece este precioso himno:

Por la lanza en su costado

Brotó el río de pureza,

Para lavar la bajeza

A que nos bajó el pecado.

 

Cristo, herida y manantial,

Tu muerte nos da la vida,

Gracia de sangre nacida

En tu fuente bautismal.

 

Y, mientras dura la Cruz,

Y, en ella el Crucificado,

Bajará de su costado

Un río de gracia y luz.

 

El Padre nos da la Vida

Y el Espíritu el amor,

Y Jesucristo, el Señor,

Nos da la gracia perdida. AMÉN.

Estas fotografías corresponden a la Vigilia que tuvimos en el coro bajo, como preparación a la solemnidad de hoy.

 

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