domingo, 17 de marzo de 2024

MI NOMBRE ES BEGOÑA Y VENGO DE VALENCIA

PARA DAR GRACIAS A LA VIRGEN DE LA TEJA

Los domingos tenemos durante todo el día el Santísimo expuesto en nuestra iglesia conventual. 

A las cinco de la tarde rezamos con el pueblo el santo Rosario, la consagración a la Virgen, la meditación y después las vísperas.

Cuando terminó esta tarde la reserva, un matrimonio ha tocado el timbre para comprar nuestros dulces y llevarse recuerdos de la Virgen de la Teja.

Querían ver a las monjas para contar su testimonio por el favor tan grande recibido por intercesión de la Virgen de la Teja. Lo compartimos en nuestro blog para las personas que tengan interés en conocerlo.

"Me llamo Begoña y vengo desde Valencia a agradecer el gran favor que me ha hecho la Virgen en su advocación de La Teja. 

Es un gran prodigio que tienen aquí en Villarrobledo.

Soy muy devota de san Francisco y un día, buscando información en Internet, me encontré con su blog y fue ahí donde conocí este prodigio mariano.

Por entonces mi hijo mayor, que tenía un puesto de trabajo fijo, decidió dejarlo por otro trabajo que le gustaba más. Pero cuando fue a trabajar le dijeron que ya no le necesitaban, pues empezaba el confinamiento por la pandemia. Estaba recién casado y pagando la hipoteca de su piso...

Yo encontré por Internet la novena abreviada a la Virgen de la Teja y la hice por mi hijo. 

El milagro fue que en plena pandemia, al mes de haber acabado la novena, mi hijo encontró un trabajo fijo y está muy contento.

Desde entonces me encomiendo mucho a la Virgen de la Teja. Es la Virgen la que me ha traído hasta aquí y estoy feliz de conocer también a esta comunidad de hermanas clarisas”

Begoña nos contó también otras experiencias de su relación con la Virgen. Cómo la llevó hasta Medugorje y Garabandal. 

Desde entonces reza todos los días el Rosario.

Por la radio oyó hablar de los retiros de Emaús y se apuntó a uno de ellos. 

Allí tomó una gran devoción al Espíritu Santo. Y desde entonces hace todos los días la oración al Espíritu Santo para que la guíe y la ilumine en cada jornada.

Lo bonito es cómo no es Begoña sola, también su marido comparte la misma devoción a la Virgen y acompaña a su esposa en todas sus peregrinaciones.

Begoña y su marido. Llevan 33 años casados y muy felices.

Ha sido una visita que nos ha dejado gran alegría en el corazón. Gloria a Dios por todas sus maravillas.

La fe nos hace sentirnos en familia, aunque estemos con personas que no conocemos y vemos por primera vez.

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