Realizada por el
delegado de Medios de Comunicación Social de nuestra diócesis y publicada en La
Tribuna de Albacete hoy domingo 25 de agosto
¿CÓMO NACE TU VOCACIÓN A LA VIDA CONTEMPLATIVA?
Hay una larga historia que contar.
Pero hay cosas que no se pueden expresar con palabras.
En sentido profundo, mi vocación
nace del Costado de Cristo y de una familia muy cristiana. Es el amor
misericordioso de Dios el que me ha llamado para estar con Él.
En el silencio del sagrario sentía
un profundo deseo de amarle y ser amada por Él, de contemplarle en su pobreza y
humildad que le llevó a morir en una cruz por mí.
Nuestra madre santa Clara dice a
sus hijas que “somos peregrinas y forasteras” en este mundo, que siguiendo al
Señor en pobreza y humildad, Él nos conduce a “la tierra de los vivientes”. Me
identifico con estas palabras. El amor
de Cristo me sacó de las vanidades del mundo, para conducirme a la verdadera
Vida. Solo a Él pertenezco.
Sor Juana María el día de su toma de hábito
¿POR QUÉ CLARISA EN VILLARROBLEDO?
La vocación es un misterio, una
llamada que Dios hace. En las Sagradas Escrituras vemos cómo Dios elije y llama
a Abrahám y a los profetas para una misión. Hoy Dios sigue llamando. Elige a
personas de diferentes lugares y culturas para seguir más de cerca a Cristo; y
es el Espíritu Santo el que les va guiando.
Después de varios años de
preparación y maduración personal, orando y meditando en la soledad del
sagrario, descubro mi vocación de ser clarisa en Villarrobledo, siguiendo los
pasos de nuestra madre santa Clara, mujer de oración y contemplación.
Dios me llamó aquí y aquí me tiene,
porque Él me quiere aquí, para acompañarle en la soledad de su sagrario y ser
“sostenedora” (con palabras de santa Clara) de la Iglesia que peregrina en
Albacete.
He encontrado verdaderamente el
amor de Dios manifestado en Cristo, y lo he descubierto por medio de mis
hermanas.
Cuando atravesé por primera vez la
puerta del monasterio descubrí en cada una de ellas una alegría, una paz, una
felicidad que reflejaban sus rostros, que sentí una certeza interior: “Aquí
habita Dios”.
Mi único deseo es entregarme a esta
comunidad por amor de Cristo y para el servicio de la Iglesia que es mi Madre.
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE HA COSTADO DEJAR?
Cuando uno tiene vocación no cuesta
dejar la tierra, la familia, los amigos, … Bueno, la verdad es que cuesta un
poco, pero en realidad lo más costoso es la renuncia a la propia voluntad, el
propio criterio o planes personales para acoger los de la obediencia que es en
realidad lo que Dios quiere de cada uno.
Morir al hombre viejo y dejarse hacer
por Dios, como arcilla en sus manos, es lo que más cuesta.
¿QUÉ ES LO MÁS BONITO DE TU VOCACIÓN?
Puedo decir y exclamar que lo más
bello y hermoso de mi vocación es que he encontrado el amor y la felicidad de
mi vida que es CRISTO JESÚS.
¿QUÉ SIGNIFICA HACER LA PROFESIÓN TEMPORAL?
Para mí es un don, un regalo de
Dios, el poder hacer voto de pobreza, castidad, obediencia y clausura, ahora
por tres años, pero con el deseo de hacerlos para toda la vida.
Por medio de los votos me
comprometo a vivir más radicalmente mi consagración bautismal, viviendo el
mismo estilo de vida del Hijo de Dios en su paso por este mundo.
Me consagro a Dios por medio de los
votos para seguir a Cristo, uniéndome a Él y tomándolo como único Esposo.
¿CUÁLES SON LOS SIGUIENTES PASOS QUE IRÁS DANDO EN TU
VOCACIÓN?
La Profesión Temporal es un paso
que te lleva hacia la Solemne, que es para toda la vida.
El protagonista de este camino
vocacional es el Espíritu Santo que actúa en la persona guiándola y
transformándola desde dentro, para que se parezca cada vez más a Cristo. Que el Señor me conceda seguir sus
pasos hasta el final.
¿ESTAMOS TODOS INVITADOS A ACOMPAÑARTE ESTA TARDE?
Claro que sí. A las 18:30 en
nuestra iglesia. Y después un aperitivo en el locutorio con los productos
artesanos de nuestro obrador.
Es un día de fiesta, un día grande,
no solo para mí, sino para la comunidad, para la diócesis y para toda la
Iglesia.
¿QUÉ DIRÍAS A LOS JÓVENES DE HOY?
Que merece la pena entregar la vida
a Cristo.
La juventud pasa, pero el amor de Cristo permanece para siempre.
No hay felicidad comparable a la de conocer a Cristo y seguirlo.
La juventud pasa, pero el amor de Cristo permanece para siempre.
No hay felicidad comparable a la de conocer a Cristo y seguirlo.
Por favor, no
tengáis miedo de dar la vida por Cristo. Si no es en un monasterio, donde Él
llame, pero siempre siendo testigos de su amor, porque antes lo habéis
experimentado.
Sor Juana María de Jesús
Hermanas Clarisas de Villarrobledo
Recorte del periódico de "La Tribuna de Albacete" del día de hoy
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