
Nos dice Concha que su madre, Paz Ortiz Portillo, y su abuela (Concha Portillo Acacio) que hoy tendría 125 años, ya conocieron a la Virgen de la Teja y que lo oyeron hablar a su tatarabuela Paz Acacio Moreno (que como nota anecdótica se confesaba con San Antonio Mª Claret).
Todas las mencionadas, por ser vecinas del convento y haber venido a nuestro colegio, vieron la Virgen de la Teja sólo con una difusa silueta.
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