sábado, 2 de agosto de 2014

NOVENA A SANTA CLARA

HOY ES EL DÍA DE LA PORCIÚNCULA O DEL PERDÓN DE ASÍS.

Este día se celebra la fiesta de Santa María de los Ángeles, y en esta fecha se puede obtener indulgencia plenaria visitando un templo franciscano, una parroquia o una catedral. Se puede aplicar por sí mismo o por un difunto.



La indulgencia plenaria, es el perdón de la pena que se paga por los pecados en el purgatorio. Nada manchado entra al cielo, es por esto que después de la muerte hay un tiempo de purificación que es el purgatorio.

Condiciones requeridas para la Indulgencia
1.   Visita a la iglesia, donde se reza un PADRENUESTRO Y UN CREDO (ya incluidos en esta celebración).
2.   CONFESIÓN, COMUNIÓN (misa) y rezo de un PADRENUESTRO y un AVEMARÍA por las intenciones del Papa.
3.   Exclusión de cualquier apego al pecado.
Estas condiciones son necesarias para cualquier indulgencia plenaria, y se pueden cumplir en TODAS PARTES.



Hoy también da comienzo la Novena a Santa Clara de Asís.

NOVENA A SANTA CLARA DE ASÍS

Oración para todos los días.
Seráfica virgen, santa Clara de Asís, a tus plantas me llego con el corazón lleno de confianza pidiendo me alcances el perdón de mis pecados para que, como tú, pueda yo nutrirme del cuerpo inmaculado de Cristo, bañarme en su sangre redentora, derramar mi alma en la suya divina y quedar  deificado como tú, al contacto de sus resplandores eucarísticos.

DÍA PRIMERO
Salve a ti, dulcísima virgen Clara, celestial cultivadora de azucenas eucarísticas, simbolizadas en el coro de purísimas vírgenes que tú fundaste para hacer la corte de honor al Rey de la Majestad, oculto bajo la divina fragilidad de la hostia. Por este singular privilegio, te ruego derrames sobre tus vírgenes y sobre el mundo entero tu seráfico espíritu, para que amando y adorando en espíritu y en verdad, tan augusto Sacramento, lleguemos a adorarle contigo en el eterno festín de la gloria. Amen.

(Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria)

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Acuérdate, oh serenísima estrella de mi vida, madre Santa Clara, acuérdate que jamás mortal alguno ha quedado sin consuelo al invocarte. Animado con la firme confianza de que tus ruegos son prontamente atendidos, a ti recurro suplicándote no desoigas mis plegarias. Por la Virgen María, delicia de tu alma, mírame piadosamente y obtenme la gracia que tanto anhelo, si es para gloria del Señor y bien de mi alma. Así sea.



  

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