martes, 8 de mayo de 2012

VIRGEN DE LA TEJA. HISTORIA




       Es difícil precisar si a finales de 1897 o principio de 1898, una niña del pueblo de Villarrobledo: Remedios Barnuevo, sanó milagrosamente después que fue llevada la urna de la Virgen a la habitación de la enferma y se rezó por ella.
       Tan sonado fue el hecho que su madre encargó una novena a D. Eustoquio Merchante, sacerdote de Toledo. Ésta se comenzaba el día de San Francisco y acababa el día del Pilar. Se realizó en nuestra iglesia conventual hasta que Dña. Remedios falleció en 1975. Como toda la documentación se perdió en guerra, a excepción de la novena (se conserva un ejemplar de la primera impresión);  para conocer los orígenes de la Virgen debemos “bucear” en el texto de esta Novena antigua. 


- Por ella sabemos ya que en 1897, se decía que la imagen se ha ido formando: Has elegido esta teja como trono de tus bondades para venerar impresa tu sagrada imagen”…  “No te cansas de idear prodigios para remediar nuestras muchas necesidades y dejándote señalar en el humilde barro de una teja”…

- Que a la Teja se le hizo la urna (tal vez después del primer milagro que se cuenta de salvar las cosechas) y ésta iba visitando las casas de las personas que la solicitaban. Era una imagen peregrina: Tú vienes a nuestras casas cuando la enfermedad hace presa en alguno de nuestros miembros”.

-        En una de esas visitas fue cuando la persona agraciada por el favor de la Virgen mandó componer una novena. Así queda reflejado en el texto original de la novena: Tú has sido constituida especial protectora de la familia que te honra con estos cultos en correspondencia a tu especial solicitud”.

-        Muy milagrosa desde sus comienzos: “Recorremos uno por uno tus inmensos beneficios”

Pero es imposible saber la fecha exacta en que Sor Rosalía descubrió la silueta de la Virgen en el tejo plano y sin brillo que cubría el cántaro de agua de su celda. ¿Cuántos años antes de la curación de Remedios y por tanto de la elaboración de la novena? No se sabe.

1 comentario:

  1. Qué entrañable y familiar me resulta esta advocación. Desde que sor Clara me “descubriera” las fechas de la novena, siempre le dedico una oración durante esos nueves días aunque esté lejos de Villarrobledo.
    Me parece fascinante que se conserve esta novena impresa, una joya para la bibliofilia que personalmente desconocía, gracias por descubrírnosla.
    Un saludo para la comunidad, Luis E. Moreno Gento.

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