miércoles, 14 de febrero de 2018

CARNAVAL Y CUARESMA

Dos palabras antagónicas y a un tiempo relacionadas que empiezan por la misma letra.

Etimológicamente proviene de carne-vale que significa “adiós a la carne”. Su origen ancestral está relacionado con fiestas paganas. Pero con el tiempo se ha asociado su celebración con la cuaresma cristiana. Las fechas en que se celebra varía de unos lugares a otros. Según Wikipedia empezaría el jueves lardero, para terminar el martes anterior al miércoles de ceniza.

Imagen del Carnaval de Villarrobledo, declarado de interés turístico nacional

En otros lugares, famosos por estas fiestas de carnaval, el festejo se funde con la celebración de la Cuaresma, como es el caso de Villarrobledo. El presente año 2018 comienza el jueves 8 de febrero y termina el domingo 18. Los mismos días en que se celebra en Río de Janeiro.

Imagen del Carnaval de Villarrobledo. Al fondo la Parroquia de Santa María.

Esta fiesta de origen pagano ha entrado a formar parte de nuestra cultura y es celebrada en todo el mundo.
¿POR QUÉ ESTA FIESTA VA COGIDA DE LA MANO CON LA CELEBRACIÓN DE LA CUARESMA CRISTIANA?
El inconsciente humano es muy rudimentario y actúa de esta forma: Como en Cuaresma toca penitencia, démosle antes al cuerpo todos los excesos de goce y disfrute”. Tomando la penitencia como algo que se impone desde fuera y no como un valor en sí mismo bueno y asumido, es algo que va “contra-natura”.


Una de las penitencias que nos impone la Iglesia en Cuaresma es abstenerse de comer carne todos los viernes. En respuesta a esta “imposición” se hace precisamente el entierro del pescado simbolizado con la sardina. Otra vez está actuando el inconsciente humano: “La Iglesia impone esto yo hago todo lo contrario, enterrar el pescado y comer carne”.
Cuando los cristianos celebramos por tradición las fiestas de carnaval unidas a la cuaresma SE NOS OLVIDA que la Cuaresma no empieza cuando acaba el carnaval, sino el miércoles de ceniza.


¿QUÉ SIGNIFICA ESA CENIZA QUE RECIBIMOS EN LA CABEZA?
-       Nos recuerda nuestra condición limitada y caduca. Tal como encontramos en el libro del Génesis: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás”. Cuando Dios nos llame a su presencia, el cuerpo se desintegra, pero aunque el cuerpo quede reducido a ceniza, el alma de cada hombre es inmortal porque así ha sido creada por Dios.

-       La ceniza es un signo externo de penitencia desde hace miles de años. En el caso de la reina Ester la Biblia nos cuenta que antes de presentarse al rey Asuero, imploró el favor de Dios cubriendo su cabeza de ceniza. En el caso de nuestros padres san Francisco y santa Clara, las fuentes franciscanas nos hablan de varias ocasiones en que uno y otra cubrieron sus cabezas de ceniza en señal de penitencia.


¿Y QUÉ ES LA CUARESMA?
No es un tiempo triste, sino un tiempo de gracia. Es un camino que nos conduce a la Pascua, al triunfo con Cristo sobre el pecado y la muerte.
Toda la cristiandad inicia hoy con la ceniza un itinerario espiritual, armada con la oración, el ayuno y la limosna. Practicados como nos enseña Jesús en el Evangelio de Mateo capítulo 6: 
Cuando hagas oración entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto”. LA ORACIÓN nos ayuda a situarnos en nuestra propia verdad: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde me dirijo? ¿Qué sentido tiene mi trabajo? Estas preguntas desembocan en otra: ¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR? Así se inicia un diálogo de tú a tú con la Persona que más nos ama, porque es nuestro Creador y Redentor.


Cuando ayunes perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno no lo note la gente, sino tu Padre que ve lo escondido”. EL AYUNO solemos omitirlo y olvidarlo porque es muy costoso tener el estómago vacío. Pero nos ayuda a ser señores de nosotros mismos y no esclavos de nuestros impulsos, pasiones y deseos desordenados.


Cuando des limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. LA LIMOSNA nos recuerda que nuestro único tesoro es el Señor. Que las riquezas de este mundo sirven solo al servicio de los necesitados, porque cuanto hagamos con el prójimo, lo hacemos con Cristo.


En Cuaresma iniciamos un “éxodo” un salir de nosotros mismos, de nuestro egocentrismo, para dirigir la mirada a Dios, al cielo. Para ello debemos convertirnos, exige de nosotros una metanoia, un cambio.
LA META DE ESTE CAMINO no está en el calvario, sino en la Resurrección con Cristo, en el participar con Él de su triunfo sobre el pecado y la muerte.
De todo corazón os deseamos un buen itinerario cuaresmal. De cada uno depende cómo lo viva tal como dice san Pablo: 
“El que siembra para la carne de ella cosechará corrupción. El que siembra para el espíritu del espíritu cosechará vida eterna”


jueves, 1 de febrero de 2018

CANDELARIA Y VIDA CONSAGRADA:

2 DE FEBRERO

Cuarenta días después de su nacimiento, el Niño Jesús fue llevado al Templo de Jerusalén para ser ofrecido al Señor por sus padres, tal como prescribía la Ley de Moisés: “Todo primogénito varón será presentado al Señor”.

En ese momento la Santísima Virgen hizo verdaderamente la ofrenda de su Hijo. El anciano Simeón, tomando en brazos al Niño profetizó de él que sería: LUZ PARA ALUMBRAR A LAS NACIONES y gloria de su pueblo, Israel” y a su madre: “Una espada de dolor atravesará tu alma”.


La única mujer de la historia que fue virgen antes, en y después del parto, se sometió al rito judío de la purificación 40 días después del nacimiento de su Hijo.
La Presentación del Niño Jesús en el Templo como LUZ DE LAS NACIONES, ha hecho que este día se celebre en la liturgia eucarística tomando una candela que llene de luz nuestros ojos. Por ello se llama también el día de LA CANDELARIA o fiesta de las candelas.


El día 2 de febrero de 1997, san Juan Pablo II instituyó LA JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA.

 En este día:

  Ë  Todo el Pueblo de Dios alaba al Señor y le da gracias por el DON de la Vida Consagrada en la Iglesia en la variedad de carismas. Decía santa Teresa: “¿Qué sería del mundo sin los religiosos?”  (Libro de la Vida 32, 11)

  Ë   Se promueve el conocimiento y la estima de esta forma de vida que hace presente en la Iglesia el estilo de vida de Jesús, el primer consagrado al Padre para el Reino de Dios viviendo en pobreza, castidad y obediencia. Desde que somos sumergidos por tres veces en las aguas del bautismo, quedamos consagrados a Dios Trinidad, pero algunas personas recibimos un carisma especial del Espíritu Santo, para dedicarnos con un corazón indiviso al Reino de Dios y al servicio de los demás, al estilo de Jesús.

  Ë Todos los consagrados celebramos solemnemente las maravillas que Dios ha hecho con nosotros. Cantamos junto a la Virgen María nuestro personal, único e irrepetible “Magníficat”. Porque el Señor ha hecho obras grandes en nosotros y somos testigos de su maravillosa actuación en la historia concreta de nuestras vidas.


El lema de la Jornada en este año, tal como aparece en el cartel, es:

LA VIDA CONSAGRADA: ENCUENTRO CON EL AMOR DE DIOS”.

El significado de este lema es que los consagrados ofrecemos a los demás el testimonio vivo de que el encuentro con Dios es posible en todo lugar y época; de que su amor llega a todo rincón de la tierra y a todo corazón humano.
A nosotros este lema nos invita a hacer un examen de conciencia y ver si lo más importante en nuestra vida es precisamente este encuentro amoroso con nuestro Dios, que vive en nuestro corazón y al que encontramos en el servicio concreto con los más necesitados.
Los contemplativos en la Iglesia, hacemos vida de un modo especial el lema de este año, pues toda nuestra vida es una experiencia continua de encuentro con el amor de Dios. De este modo recuerdamos al hombre contemporáneo las palabras de San Juan Pablo II:

EL HOMBRE NO PUEDE VIVIR SIN AMOR. Su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente” (Redemptor Hominis, 10)

Esta vida es una oportunidad única e irrepetible para amar a Dios y crecer día a día en la unión con Él. El grado que hayamos alcanzado a la hora de nuestra muerte será el que tengamos por toda la eternidad.

A todos los consagrados: ¡¡Felicidades!! Por el don de la vocación.

A todas las que llevan el nombre de Candela o Candelaria: ¡Felicidades!