sábado, 22 de noviembre de 2014

2015 AÑO DEDICADO A LA VIDA CONSAGRADA


     Con motivo de los 50 años de la Constitución Perfectae Caritatis el Papa inaugurará un año dedicado a la Vida Consagrada el próximo domingo. En la Diócesis de Albacete se ha adelantado una semana. Esta mañana a las once el Obispo ha celebrado una solemne eucaristía, acompañado de muchos sacerdotes y consagrados de la diócesis. Además de un nutrido grupo de seglares.


    A continuación, en el Auditorio Municipal, el P. Ángel Nicolás (OFM) ha dirigido toda una serie de testimonios vocacionales. Entre los de Vida Contemplativa estaba el de nuestra Madre Abadesa. Se le pidió que contestara a cuatro preguntas, que subimos a nuestro blog.


DE DÓNDE SOMOS

Somos las hermanas clarisas de Villarrobledo. El monasterio fue fundado en 1614 por un matrimonio acaudalado de la ciudad. Acabamos de celebrar el cuarto centenario de nuestra fundación. Gracias a la insistencia de los franciscanos presentes en Villarrobledo, consiguieron que el monasterio fuera de franciscanas clarisas.


NUESTRA FUNDADORA
Nuestra fundadora es santa clara de Asís Nació en Asís, Italia, en 1193. Su conversión hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. Cuando ella tenía 18 años San Francisco predicó en Asís los sermones de cuaresma y allí insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. Fue en busca de Francisco para  que la instruyera en el modo de lograr conseguir la perfección cristiana. Él le dijo hay que desprenderse de todo, la animó a dejar la vida de riquezas y comodidades que llevaba y dedicarse a una vida pobre, de oración y penitencia. El Domingo de Ramos del año 1212 Clara asistió a la celebración pero estaba tan emocionada y fuera de sí que no pasó a recibir la palma. Entonces el señor obispo fue a donde estaba y le dio en sus manos la palma. Aquel día a medianoche, salió secretamente de su casa, (rica mansión de familia muy acomodada) y se fue a dos kilómetros de distancia, donde San Francisco vivía pobrísimamente en un sitio llamado La Porciúncula. Ahí De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia.

Santa Clara fue una enamorada de Cristo pobre y crucificado. Este amor iba unido al de su Santísima Madre con quien ella se identificaba en su vocación a la virginidad consagrada. Así le escribía a Santa Inés: “Tú puedes llevarlo espiritualmente en tu cuerpo casto y virginal y contener en ti al que te contiene a ti y a todas las cosas”. Santa Inés era la hija del rey de Bohemia, prometida al emperador Federico II, prefirió seguir a Cristo al estilo de Clara. 

     NUESTRA MISIÓN.
Nuestra misión en la iglesia es vivir en fraternidad y pobreza el santo Evangelio, dedicándonos a la oración contemplativa. El corazón bombea y continuamente envía la sangre a todo el cuerpo. Exactamente eso somos las contemplativas: formamos el corazón de la iglesia y desde él impulsamos todas las demás vocaciones que el espíritu santo suscita en el cuerpo místico de Cristo ¡Es precioso! Nosotras no sabemos porque no se ve, dónde o en quién recae el fruto de nuestra oración, pero sabemos que nada de cuanto vivimos, sufrimos, gozamos y ofrecemos se pierde. Dios lo recoge todo y va dando a cada uno lo que necesita; o dicho de otra manera: en el corazón de Dios se va almacenando nuestra vida hecha oración y allí se va trasformando en gracia que El va derramando según convenga. Nuestra Madre santa Clara lo expresa con estas palabras, sacada de una carta a la misma santa Inés de Praga: “Te considero cooperadora del mismo Dios y sostenedora de los miembros vacilantes de su cuerpo inefable que es la Iglesia”.
MI TESTIMONIO VOCACIONAL.
Yo un día a los 16 años a través de un retiro vocacional dado por las  hermanas de Marta  y María me llegó uno de los textos sacados del Evangelio del joven rico: “TOMA TU CRUZ Y SIGUEME”.    

Fue cuando empecé a plantearme la vocación, conocí a las hermanas Clarisas de Puerta para Guatemala. Después de habernos conocido pude  hacer una experiencia de 20 días. A través de luces y sombras fui descubriendo que ésa era la vida a la que Dios me llamaba. Ya cumplidos los  17 años un dos de febrero fecha marcada por la comunidad  ingresé definitivamente en ese Monasterio.
Solo con el apoyo de mi padre. Para mi familia no fue nada fácil y para mí tampoco, pues mi madre se oponía a esta decisión que tomaba.
Tengo muy presente el día que marché al convento. Madrugamos mucho los dos con mi padre para ir donde pasaba el autobús. Ese día solo me despedí de mi madre dándole un beso en la frente. Ella soltó el llanto, me hice la fuerte, pero con un nudo en la garganta. A las cuatro de la mañana ya pasa el autobús y subimos. Estando ya colocada en el asiento empecé  a darle vueltas de cómo se había quedado mi madre y rompí a llorar y me dice mi padre: “hija estamos a tiempo de volver” y le digo: “no papá, si voy contenta pero me duele el dejarles y mas el ver cómo se quedó mi madre, pero ya verá como el Señor me dará fuerzas para superarlo”.
Llegamos a las 8 al Monasterio para vivir la Eucaristía. Después de la misma nos  ofrecieron un desayuno y a continuación abren  la puerta de entrada y ahí estaban todas las hermanas para recibirme y darme un fuete abrazo de bien venida. Llevaba tan solo 8 meses en ese monasterio contenta casi adaptada.   
Cuando llegó hacernos una visita madre María Luisa de la comunidad donde estoy ahora en aquel entonces era la presidenta de la federación de  Cartagena
Nos habla de la escasez de vocaciones que hay en España. Y me preguntan la abadesa y la maestra: “hermana Marta, ¿está dispuesta a ayudar a uno de los monasterio de España?”. Mi respuesta fue déjeme pensarlo. Esto lo lleve a la oración. Yo  le decía a Jesús: “¿es voluntad tuya que valya o que no me vaya?”.  Al día siguiente me pregunta la maestra:
- ¿Qué respuesta nos da hermana Marta?
-Mire, Sor Ana Carmen, no lo tengo claro pero si me cuestiono de que aquí habemos muchas jóvenes y allí hay escasez. Veo que Jesús me está haciendo una segunda llamada.
-Está claro que Dios le hace una segunda llamada a dejarlo todo. 
Llamé a mis padres diciendo que se presentaran lo antes posible al convento. Llegan y les explico que tienen que firmar unos papeles porque me voy con madre presidenta a España y soy menor de edad.
Los dos dijeron: “No, hija, hasta allá sí que no”.
Después de hablar y explicar mi padre cedió  pero mi madre dijo que no firmaba, que su hija no salía del país. Dije bueno la comprendo cuando tenga 18 años no necesito firma porque ya soy mayor de edad. Así fue como dio su firma y vine con Madre maría Luisa a Villarrobledo.
Llevo 26 años en este monasterio,  contenta  viviendo esta preciosa vocación. Puedo decir que me siento plenamente realizada y verdaderamente feliz por haberme entregado al Señor para llevar a todos en mi corazón y rezar continuamente por vuestras necesidades. Sí digo que  Dios da sus dones y carismas a cada uno según su fe y espero que a todos aquellos a los que Dios llama a un seguimiento más de cerca, puedan descubrir la verdadera felicidad de entregarse a Él y no tengan miedo. 


     Finalizado el acto el Obispo nos ha dirigido unas palabras y ha rematado el acto la presidenta de la CONFER de Albacete.