VIGILIA DE ORACIÓN
Ayer por la
tarde, vino el P. Ángel Nicolás Soler O. F. M. para clausurar el curso de formación con la
Orden Franciscana Seglar de Villarrobledo.
Se hizo de la mejor manera: con una Hora Santa Ante el Santísimo Sacramento en nuestra iglesia, a la que asistió también la Comunidad.
Se hizo de la mejor manera: con una Hora Santa Ante el Santísimo Sacramento en nuestra iglesia, a la que asistió también la Comunidad.
Nos introdujo a
todos en la oración del Padrenuestro, mediante una paráfrasis del mismo preparada
por él y que publicó en el mes de marzo en su blog: http://www.parroquiasanfranciscoab.org
Resaltamos algunas
ideas.
VENGA A NOSOTROS TU REINO
Es cierto que
necesitamos ese Reino tuyo en el reino nuestro, pero no es menos cierto que de
muchas maneras y a través de muchas personas has venido a nosotros y no te
hemos recibido. No has sido tú el que te has aislado de nuestro mundo, hemos
sido nosotros o este mundo “carroñero” el que sin darse cuenta de todo lo bueno
que tiene no ha sabido congeniar lo humano de su tierra con lo divino de la
tuya.
Has hecho de los
hombres, marcados con su humanidad, mensajeros de tu Reino. Nos han hablado de
paz, de amor, de entrega y generosidad, de justicia, de respeto y servicio. Han
sido luceros de Luz y han sabido mover a la conversión y llegar a mudar el
corazón, para que lo negro se hiciera claro y lo oscuro reflejo de nitidez y lo
que no tiene sentido se iluminara para ver en el trasfondo de las cosas la
verdad de las mismas.
Has enviado a tu Hijo con una palabra más fuerte y con unos gestos que nos hablaban de ti, y los hombres no han querido verlos. Has sacrificado incluso a tu Hijo, y los hombres, con dureza de corazón, no ceden ante el arrepentimiento.
Haz que seamos
consecuentes con lo que pedimos y que sepamos esforzarnos por aquello que tú
sabes que necesitamos. Haz que deseemos vivir en el paraíso que perdimos y no
nos empeñemos en querer vivir en el mundo que nos fabricamos.
Tenemos dos
capacidades fuertes con las que nos has creado: la libertad y la decisión. La
una nos ayuda a ser fuertes en lo que somos, la otra nos hace responsables de
lo que hacemos.
HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
Dice la canción: “Yo
quiero ser barro en manos del alfarero”, ¡y cuánto cuesta cocerse,
Padre mío! ¡Cuánto cuesta!
En este mundo de
esclavitudes no todos los hombres te cantan, no todos quieren alabarte,
admirarte; no todos son puros y siervos perfectos. No todos, Padre, son buenos
testigos. Y, perdóname si te digo y, aunque en tu corazón te duela, no todos
son buenos hijos. .
¡Ay, si dejaras
caer como lluvia temprana los deleites de esa voluntad santa! ¡Ay, si los
hombre en un ataque de volvernos locos todos siguiéramos tus pasos! ¡Cuántos
sentimientos tuyos se harían nuestros, cuántas torpezas que nos abruman
pasarían a ser objeto de tu consuelo! No permitas que un solo instante pueda
pensar que estás ausente.
Estoy convencido de que a todos los hombres les has
dado la fuerza suficiente para hacer realidad lo que tú les tenías destinado.
Déjame cerrar los
ojos sin dejar de mirar al cielo, no para olvidarme de los que aquí parecen
estar muertos, sino para tener la confianza cierta de que vivo con los que ya
viven en el cielo.
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