viernes, 22 de agosto de 2025

SEMBLANZA DE SOR MARGARITA

 TRAS SU PARTIDA AL CIELO

Sor Margarita, nació en La Alberca del Záncara (Cuenca) el 28 de febrero de 1939. Poco después fue bautizada con el nombre de Cándida.

Cándida Tierno Parrilla a los 18 años
Su padre, Bernabé Tierno, su madre Paca Parrilla, eran dos personas muy queridas en el pueblo. Ella atendía todas las mujeres en el momento del parto. Era tan bondadosa que cuidaba a las madres lactantes que eran pobres, llevándoles caldo caliente que ella preparaba.

Bernabé era una persona distinguida por su nivel cultural, de gran corazón. Quien no sabía leer ni escribir recurría a él pidiendo ayuda y desinteresadamente hacía lo que podía por ellos.

Cuando se conocieron sus padres, eran viudos los dos.

Paca, se quedó viuda a los 30 años con una niña pequeña, María Josefa.

Bernabé era 21 años mayor que ella y tenía cinco hijos ya criados: Sotera, Bernabé (que era el padre de Bernabé Tierno, el prestigioso psicólogo que tantas publicaciones tiene de auto ayuda y de valores humanos; y su hermano José Luis pintor y compositor de numerosas óperas, autor del libreto y la música, y director del primer musical de la historia sobre Ana Frank, que se estrenó en Madrid en 2008) Cándido, Felipa, Faustino.

Cándida, poco antes de ingresar con las clarisas
Del matrimonio de Paca y Bernabé nacieron dos hijas: Paquita y Cándida.

Cándida de joven era muy guapa, tuvo varios pretendientes, pero ella lo tenía claro, quería consagrarse al Señor.

Cuenta su hermana Paquita que de jóvenes iban las dos a vendimiar, y recuerda que era tenía mucho carácter, era simpática, inocente y alegre.

Su sobrina recuerda ir con ella a lavar al arroyo.

Cándida tenía 5 años cuando su hermana Felipa ingresó con las clarisas de Villarrobledo, en diciembre de 1944, tomando el nombre de sor Soledad, por lo que solía venir por el convento para ver a su hermana que era 21 años mayor que ella.

Estas visitas hicieron madurar en ella el deseo de ser clarisa.

El 29 de mayo de 1961 ingresó en el monasterio tomando el nombre de sor Margarita. Su padre ya había fallecido y su madre se alegró mucho de que su hija fuera monja.


Sor Soledad Tierno, en el año 1975

Sor Margarita ingresó como hermana lega, igual que su hermana Felipa, que en el convento tomó el nombre de sor Soledad.

Le encargaron el cuidado de la granja, junto con sor Trinidad y sor Asunción. También atendía al portón junto con sor Trinidad, ayudaba en la cocina, en las tareas del monasterio y en la confección de escapularios.


Sor Margarita Tierno, en el año 1975

Respecto a sus cualidades personales, tenía un gran oído y bonita voz para cantar, eso es muy propio de la familia “Tierno”, era muy ordenada, sencilla, austera, trabajadora, desprendida, todo lo daba. Durante su enfermedad nunca se le oyó una queja. Pasaba el domingo todo el día con el Santísimo y le encantaba rezar el Santo Rosario.


Guante de san Pío de Pietrelcina en el relicario

Cuando tenía 33 años le diagnosticaron un cáncer de mama muy avanzado. Se pensaba que no lo superaría. La madre María Luisa escribió una carta al padre Pío de Pietrelcina pidiéndole que rezara por sor Margarita. Gracias a Dios se curó completamente.


Año 2021, con su familia en el locutorio

Gozaba de muy buena salud. No iba nunca al médico ni tomaba ninguna medicina.

Para ella fue una prueba dura la muerte de su hermana sor Soledad en 2007. Cuando fue ingresada en el hospital de Villarrobledo, quería quedarse día y noche con ella cuidándola. Su partida la dejó muy triste.


En el locutorio, septiembre 2021

Cuando empezaron a ingresar las jóvenes en 2015, disfrutaba mucho con ellas en los recreos comunitarios. Era la primera en participar en las actividades lúdicas que preparaban.

De ella nos dicen personas que la conocieron:

 

“Tenía nombre de flor y ella desprendía los aromas franciscanos de la sencillez y la alegría. Ella descansa ya dentro del Corazón de Jesús, en la gloria del Paraíso”

 

“Siempre que iba el domingo con el Santísimo la veía cerca de la reja y saludaba con una hermosa sonrisa”

 

En 2022 se puso mal, le detectaron arritmia, luego empezó a usar la silla de ruedas. Fue deteriorándose poco a poco y en 2024 ya no se podía levantar de la cama.

Empezó a tener problemas gástricos y hubo que llevarla varias veces de urgencia al hospital. La cabeza la tuvo lúcida hasta los últimos momentos.

El 2 de agosto de 2025 le dio un ictus. Estuvo doce días ingresada y le dieron el alta. El médico dijo que era grave y que no se repondría. Pero la vimos mejorar poco a poco en el convento y pensábamos que lo iba a superar. El domingo 17 de agosto estábamos muy contentas con ella, pues habría sus ojos y hablaba. Pero el lunes 18 de agosto por la mañana se puso muy grave, y empezó  apagarse poco a poco.

Por providencia de Dios vino a nuestra iglesia esa misma mañana un sacerdote de Villarrobledo que está de párroco en Madrid. Una hija espiritual de san Pío de Pietrelcina le regaló hace tiempo como reliquia un guante del padre Pío, que él siempre lleva con él.


Relicario con el guante de san Pío de Pietrelcina que sor Margarita abrazó unas horas antes de expirar

Cuando lo vimos, pasó a la clausura con el gran relicario, todas lo veneramos y sor Margarita lo agarró con fuerza mientras él rezaba por ella.

Cuando la comunidad acabó de comer, dos hermanas la asistían y se lamentaban por ella porque empeoraba. Una dijo: ¿Qué vamos a hacer? Y la otra respondió: Seguro que el Señor la quiere plantar ya en su Jardín del paraíso.

Por la tarde a las seis y media expiró rodeada de todas sus hermanas, mientras le rezaban la recomendación del alma.

En el momento de expirar vino su hermana Paquita y sus dos sobrinas, Adela y Paqui, se quedaron toda la tarde con ella.

Se aplicó la misa por su alma dos horas después de haber expirado.

El entierro fue el martes 19. Presidió la Eucaristía el Delegado de la Vida Consagrada de la diócesis de Albacete, don Pedro Ortuño, concelebrando cinco sacerdotes.

Sor Margarita era una hermana muy querida y hemos sentido mucho su partida.

Ahora la mejor forma de ejercitar la caridad con ella es rezando por el eterno descanso de su alma para que, si no estuviera ya, cuanto entre a gozar de la presencia de su Divino Esposo.

Por estatutos particulares le aplicaremos las misas gregorianas por su eterno descanso.

Sentimos mucho su ausencia, pero en medio del dolor nos ha dejado una gran paz en el alma tras su partida al cielo.

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