lunes, 11 de agosto de 2025

DÍA 11 DE AGOSTO, SOLEMNIDAD DE SANTA CLARA DE ASÍS

 HIMNOS 

(Propios de la liturgia de la Orden Franciscana)

Imagen de santa Clara adornada en nuestra iglesia para el día de su fiesta

HIMNO DE I VÍSPERAS

Es la esposa del Rey la virgen Clara,

Virgen y esposa cual la Iglesia santa,

Para el divino amor su sueño es vela,

Y canto el despertar antes del alba.

 

Ni muro ni castillo aquel recinto

Que en caridad congrega a las hermanas;

Es San Damián bello jardín, clausura

Para el coloquio santo de la amada.

 

Aquí palpita el mundo doloroso

En el cuerpo de Clara y su plegaria;

Junto al altar, junto a la cruz es madre,

Y en silencio engendra, gime, abraza.

 

Pobre de corazón, como en Belén

Nuestro Señor nacido en unas pajas,

Pobre como en la cruz el Dios Altísimo

Que se nos da sin retenerse nada.

 

Hermana de los ángeles, contempla

Al vencedor con cara iluminada,

Y en el desierto clama peregrina:

“¡Tráeme al olor de tu fragancia!”

 

Que Cristo se levante inmenso, santo,

Que derrame la luz de su mirada:

¡La Iglesia te bendice, bienamado,

Y en ti se goza con la virgen Clara! AMÉN.

 

HIMNO DE LAUDES

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana Clara, que joven, rica y noble se abrazó por tu amor a la pobreza santa.

Loado seas, mi Señor, por su fuga amorosa en la noche estrellada, por el despojo alegre de su cabellera y por su virginal ofrenda enamorada.

Loado seas, mi Señor, porque te amó en tu cruz hasta las lágrimas, y orándote hasta el éxtasis y hasta el temblor de asombro si te comulgaba.

Loado seas, mi Señor, porque te complaciste tanto en su mirada que suscitaste por doquier miles y miles a su semejanza.

Loado seas, mi Señor, por su vida penitencial y liberada, y por su muerte alegre de verte Rey glorioso, cara a cara.

Reliquia de santa Clara, adornada con velas y flores

HIMNO DE LA HORA INTERMEDIA

Clara, pequeña planta: en el huerto de Cristo eres tallo fragante de amor incorruptible. ¡Salve, virgen cristiana! ¡Salve, Rey de las vírgenes!

 

Clara, pobre en la tierra: tue cuerpo es holocausto, cual pan de Eucaristía por la vida del hombre. ¡Salve, madre fecunda! ¡Salve, Cruz creadora!

 

Clara, hoy invocada: tu amor sigue exhalando como precioso nardo para el feliz Esposo. ¡Salve, vive con Cristo! ¡Salve, Rey por los siglos! Amén.

 


HIMNO DE VÍSPERAS

Al caer la tarde silenciosa,

Cuando todo era calma en el ambiente,

Una luz se encendía diligente

En oración humilde y amorosa.

 

Eras tú, Clara, corazón amante,

Que velabas al Dios sacramentado,

Pidiendo por el mundo atormentado,

De tanto desamor desconcertante.

 

Plegaria y sacrificio así juntabas

Con alegre talante contagioso,

Que arrastaba tras sí por amoroso,

A las flores vivientes que cuidabas.

 

Y así, cuando por fin llamó el Esposo

A tu puerta, radiante de alegría

A su encuentro saliste en este día

Con aceite abundante y luminoso.

 

En el coro de vírgenes prudentes,

Alabas al Señor tres veces santo;

Nosotros nos unimos a tu canto

Y a tu gozo seráfico y ferviente. AMÉN.

BENDICIÓN DE SANTA CLARA

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

El Señor os bendiga y os guarde. Os muestre su faz y tenga misericordia de vosotras. Vuelva su rostro a vosotras y os dé la paz, a vosotras, hermanas e hijas mías, y a todas las otras que han de venir y permanecer en vuestra comunidad, y a todas las demás, tanto presentes como futuras, que perseveren hasta el fin en todos los otros monasterios de Damas Pobres.

Yo, Clara, sierva de Cristo, plantita de nuestro muy bienaventurado padre san Francisco, hermana y madre vuestra y de las demás hermanas pobres, aunque indigna, ruego a nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia y por la intercesión de su santísima Madre santa María, y del bienaventurado Miguel arcángel y de todos los santos ángeles de Dios, de nuestro bienaventurado padre Francisco y de todos los santos y santas, que el mismo Padre celestial os dé y os confirme ésta su santísima bendición en el cielo y en la tierra: en la tierra, multiplicándoos en su gracia y en sus virtudes entre sus siervos y siervas en su Iglesia militante; y en el cielo, exaltándoos y glorificándoos en la Iglesia triunfante entre sus santos y santas.

Os bendigo en vida mía y después de mi muerte, como puedo y más de lo que puedo, con todas las bendiciones con las que el Padre de las misericordias ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas en el cielo y en la tierra, y con las que el padre y la madre espiritual ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas espirituales. Amén.

Sed siempre amantes de Dios y de vuestras almas y de todas vuestras hermanas, y sed siempre solícitas en observar lo que habéis prometido al Señor.

El Señor esté siempre con vosotras, y ojalá que vosotras estéis siempre con Él. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario