sábado, 25 de mayo de 2024

CONTEMPLANDO TU ROSTRO APRENDEMOS A DECIR:

 HÁGASE TU VOLUNTAD

Mañana es la Solemnidad de la Santísima Trinidad, día en que se celebra la Jornada Pro Orantibus o de los contemplativos.

Desde la Delegación de Medios de Comunicación de nuestra diócesis de Albacete nos pidieron una colaboración para la Hoja Dominical.

Compartimos con los lectores de nuestro blog lo que ha salido publicado para el 26 de mayo.

Leyendo el lema de este año para la Jornada Pro Orantibus, resuena en mi corazón lo que santa Clara escribió a su hermana del alma, santa Inés de Praga, hija del rey Ottocar II de Bohemia, que abrazó su misma forma de vida:

“Fija tu mente, fija tu alma, fija tu corazón en el Espejo de la eternidad, y transfórmate por la contemplación en imagen de su divinidad”.


Crucifijo de San Damián, que habló a san Francisco, 

ante el cual oraba santa Clara

La forma de orar de la clarisa consiste en tener fija la mirada en el Espejo, que es Jesucristo. Mirándolo a Él contemplamos al Padre. “Felipe, tanto tiempo con vosotros ¿y aún no me conoces? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14, 9)

La contemplación es una actividad del alma que nos va transformado en Aquel que es objeto de nuestra contemplación: “Nosotros todos, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente. Así es como actúa el Señor, que es Espíritu” (2 Cor 3, 18)

Los que hemos abrazado la vida contemplativa, entramos en el claustro buscando el rostro de Dios, y nuestra principal actividad consiste en contemplar su rostro, no solo en la oración litúrgica y personal, sino en las actividades de la vida diaria. Es así como vamos adquiriendo los mismos sentimientos de Jesús, que vino al mundo no para hacer su voluntad, sino la voluntad del Padre. 

“Cristo, al entrar en este mundo dijo, tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo. He aquí que vengo para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hebreos 10, 5,8)

FIAT, que se traduce por HÁGASE, pronunciada por Dios Padre, originó la creación.

FIAT, en labios de María, hizo posible la Encarnación del Verbo en sus entrañas virginales.

FIAT, en labios del Hijo, antes de dirigirse a su pasión y muerte, hizo posible la Redención del género humano.

Cuando el creyente pronuncia de corazón a palabra FIAT, hace posible que el Reino de Dios se extienda en el mundo. Se produce como una nueva Encarnación del Verbo en las entrañas de quien las pronuncia.

“¿Quién es mi madre y mis hermanos? El que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica”. (Lucas 8, 21)

Santa Clara y san Francisco saborearon mucho estas palabras de Jesús y las dejaron plasmadas en sus escritos, recordando que todos podemos ser hermanos, hermanas y madres de Nuestro Señor, cumpliendo la voluntad de Dios, cuando decimos de corazón: FIAT, HÁGASE TU VOLUNTAD.


Hoja Dominical Diócesis de Albacete

26 de mayo de 2024

Uno puede preguntarse:

¿Y POR QUÉ EL DÍA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD SE CELEBRA LA JORNADA DE LOS CONTEMPLATIVOS?

Concluidos la cincuentena pascual, precedida a su vez de los 40 días de la Cuaresma y del Triduo Pascual, que son los misterios centrales de nuestra fe cristiana, la liturgia de la Iglesia nos ofrece en este domingo, ya de tiempo ordinario, una solemnidad recapitulativa sobre la verdad y la belleza de Dios, del Dios de los cristianos.

Y esta gran fiesta, la fiesta del Dios Amor (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo) la Iglesia en España dedica jornada eclesial en favor de los monjes y monjas de clausura, de la vida consagrada contemplativa, el Día Pro Orántibus.

¿QUIÉN ES LA SANTÍSIMA TRINIDAD?

La Santísima Trinidad significa que nuestro Dios es Padre, es Hijo y es Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, como reza el catecismo, tres personas, tres realidades personales, unidas en una única realidad divina:

DIOS QUE ES AMOR.

DIOS ES PADRE creador, todopoderoso, providente y misericordioso. Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

DIOS ES HIJO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, luz de luz, engendrado, no creado, de la misma naturaleza, que por nosotros y por nuestra salvación se hizo hombre, hermano, amigo, compañero, camino, verdad, vida, resurrección, consuelo y esperanza.


DIOS ES ESPÍRITU SANTO, cuya fiesta grande celebrábamos la semana pasada, el domingo de Pentecostés. Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Espíritu Santo Dios que es el motor de la Iglesia, el oxígeno vital e imprescindible de los cristianos y quien hace todo sea bueno y grande en nosotros.


EL DIOS DE LOS CRISTIANOS, ES UNO Y TRINO:

tres personas y un solo, en unidad y trinidad indivisibles. Un misterio de amor inagotable, un misterio que escapa a la inteligencia humana y para cuya comprensión, siquiera en atisbo, hemos de acudir a la fe y a la oración.

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