domingo, 20 de diciembre de 2020

UN DOMINGO ESPECIAL

ADMISIÓN A LAS SAGRADAS ÓRDENES

ÉRIK LÓPEZ DEL CID

Hoy 20 de diciembre, cuarto domingo de Adviento, a las 18:00 ha dado comienzo la Eucaristía presidida por nuestro Obispo D. Ángel Fernández Collado y concelebrada por seis sacerdotes:

D. Juan Julián Castillo, párroco de la Asunción de Albacete

D. José Valtueña, de Peñas de San Pedro

D. Fabián Filache, cura de San Bartolomé Tarazona, D. Pedro José González, cura de Santa María Villarrobledo

D. Francisco de Asís Prados, Rector del Seminario,

D. Álvaro Picazo de Elche de la sierra.


El maestro de ceremonias ha sido D. José Miguel Fernández, secretario del Obispo.

A la celebración han asistido varios seminaristas de Albacete, Valencia y Alicante

La homilía del Obispo ha sido muy profunda y de provecho espiritual.

Algunas ideas para nuestra reflexión personal:

En el Evangelio de hoy contemplamos a la Virgen María en el momento de la Anunciación. 

Es el acontecimiento más grande de la historia. 

Dios para hacernos divinos, humano a nosotros baja, necesitado de cuidados, protección y cariño.

María con su “SÍ” hizo posible la Encarnación del Verbo de Dios en su seno virginal. 

Ella puede ayudarnos a preparar la Navidad intensamente, desde la interioridad. Desde el momento de la Encarnación hasta su Natividad, el Salvador fue gestándose en su seno durante 9 meses.

Tres actitudes que debemos imitar de la Virgen en este tiempo de preparación para la venida de Jesús:

1.  ORACIÓN.

“El ángel entró en su presencia”. María estaba en actitud de escucha, atenta a lo que Dios pudiera pedirle. Acoge en su seno la Palabra y la deja crecer.


2.  FE

María concibió a su Hijo en su mente y en su seno antes que en su seno. No dudó ante el hecho prodigioso que le anunciaba el ángel: que sería madre permaneciendo virgen.

3.  HUMILDAD

Se entrega totalmente en la manos de Dios con confianza y sencillez, considerándose la sierva del Señor.

Después ha pasado a explicar en qué consiste el rito que iba a tener lugar después de la homilía.

El seminarista comienza su andadura oficial para recibir la ordenación como diácono y después como sacerdote.

Por medio de este rito se reconoce que el candidato tiene idoneidad y madurez para ser admitido a las Sagradas Órdenes.

Finalizada la homilía el aspirante a sacerdote, Erik López, ha manifestado públicamente su voluntad de ofrecerse a Dios y a la Iglesia para ejercer el orden sagrado.

La Iglesia, por su parte, al recibir este ofrecimiento, lo elige y lo llama para que se prepare a recibir el orden sagrado.

Terminadas las preces, el candidato ha recibido una bendición especial del Sr. Obispo y ha continuado la celebración eucarística.

Luego ha continuado la celebración eucarística


El Sr. Obispo incensando el pan y el vino antes de la consagración

Momento en que el Cuerpo y la Sangre de Cristo son ofrecidos a Dios Padre como sacrificio de alabanza y acción de gracias
Erik recibe la comunión de manos del Sr. Obispo

Antes de la bendición final, el rector del seminario y el Sr. Obispo han dicho unas palabras muy hermosas sobre la vocación, animando a los jóvenes asistentes a plantearse qué es lo que Dios quiere de cada uno.

La vocación es un don, un regalo con el que Dios enriquece a la persona, pero hace falta la colaboración, respondiendo a esa llamada de modo libre y responsable.


Momento en finalizada la misa, el Sr. Obispo y los sacerdotes abandonan el presbiterio

Ha sido una celebración bonita y sencilla.

Terminada la misa, los asistentes han felicitado a Erik por este paso en su vida vocacional.


Erik recibiendo felicitaciones de los asistentes

Luego el obispo, los sacerdotes y seminaristas han pasado al locutorio a saludar a la comunidad.

Tarta sorpresa de la comunidad a Erik en este día tan especial

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