En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:
Glorioso san Miguel, caudillo y príncipe
de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los
espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de
Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos
confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu protección adelantemos
todos los días en el santo servicio de Dios.
8ª SALUTACIÓN.
Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de san
Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la
perseverancia en la fe y las buenas obras, de modo que podamos llegar a la
gloria del cielo. Amén.
Un Padre Nuestro y tres
Avemarías.
V / Ruega por nosotros, glorioso san Miguel,
Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R / Para que seamos dignos de alcanzar sus
promesas.
Arcángel
san Miguel,
defiéndenos en la lucha, sé nuestro amparo contra la malignidad y las insidias
del demonio. “Reprímale Dios”, te pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la
milicia celestial, lanza al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo para perder las almas. Glorioso Arcángel, defiende
nuestra nación y su Iglesia, protege al Papa, para que podamos ver pronto el
glorioso triunfo del Inmaculado Corazón
de María. Amén.
OREMOS
Dios Todopoderoso y eterno, que por un prodigio de
tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres,
escogiste por príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel san Miguel, te
suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos
nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre
perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial
para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad. Por los méritos de
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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