domingo, 20 de abril de 2025

CRISTO HA RESUCITADO

 RESUCITEMOS CON ÉL

¡ALELUYA, ALELUYA!

Este es el día en que actuó el Señor, gocémonos y alegrémonos en él. Este es el día primero del verdadero año nuevo que el Señor Jesús ha inaugurado con su resurrección. Este es el primer domingo del año cristiano, todos los demás domingos serán serán como un eco de este día.

Hoy es la solemnidad de la Pascua, la fiesta de las fiestas, anuncio de la fiesta eterna.

Como los primeros discípulos en los momentos de las apariciones de Cristo resucitado, también nosotros tenemos al Señor Jesús presente entre nosotros. Avivemos la fe en su presencia. 

En verdad está vivo entre nosotros el que murió en la cruz para salvarnos del pecado y de la muerte. Él nos ha regalado la vida nueva de la resurrección.

Esta comunidad de hermanas clarisas de Villarrobledo ha vivido intensamente el Triduo Pascual unida a toda la Iglesia, con la celebración de los Oficios del Jueves y del Viernes Santo, acompañando a Jesús en su dolor de amor, en la entrega de su vida con la más afrentosa de las muertes.

El Grande y Santo Sábado junto a la Virgen en su soledad, meditando el gran misterio del descenso del alma de Cristo al Hades, donde fue a rescatar a nuestros primeros padres y a todos los justos, para abrirles las puertas del Paraíso.

Anoche desde las 22:00 h. a las 24:00 h. celebró el padre Francisco la Vigilia Pascual en nuestra iglesia con asistencia de fieles. Hasta ahora siempre la hemos tenido a puerta cerrada, es la primera vez que asisten los fieles a esta celebración.

Resultó muy solemne con la proclamación de las siete lecturas del Antiguo Testamento y el canto de las antífonas de los salmos.

Jesús Resucitado se hace presente en la celebración litúrgica y lo reconocemos con los ojos de la fe. Él llena nuestros corazones de alegría y esperanza.

Desde nuestra clausura nos sentimos Iglesia celebrando y proclamando el gran acontecimiento de la Resurrección del Señor.

jueves, 17 de abril de 2025

MONUMENTO JUEVES SANTO 2025


 Este año hemos querido hacer una catequesis visual partiendo de la segunda lectura del Oficio Divino de Viernes Santo, de san Juan Crisóstomo.

Del costado de Cristo, muerto en la cruz, salió sangre y agua cuando un soldado atravesó con una lanzada el Corazón Sagrado.

Agua como símbolo del Bautismo y sangre como figura de la Eucaristía, representadas por la tela blanca y roja que salen de la cruz.

En el monumento hay una pila bautismal.

“El bautismo es el fundamento de toda vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los demás sacramentos. Por el bautismo somos liberados del pecado, y regenerados como hijos de Dios nos incorporamos a su Iglesia”. (CIC 1213)

“El sacrificio eucarístico del Cuerpo y la Sangre de Cristo fue instituido por Él la noche que fue entregado para perpetuar de forma incruenta el sacrificio de la cruz” (CIC 1323)

Con estos dos sacramentos se edifica la Iglesia.

Como del costado de Adán Dios tomó una costilla mientras él dormía para formar a Eva, así también del costado del nuevo Adán muerto en la cruz nació la Iglesia, su Esposa.

En los sacrificios de la Antigua Alianza se anunciaba ya la muerte cruenta del Hijo de Dios, su sangre redentora, de un valor infinito, cayó sobre la tierra (en la parte inferior hay una bola del mundo) librando así a toda la humanidad del poder del pecado y de la muerte, llevando a una multitud de hijos a la gloria.

La Cruz, sobre la que estuvo el Cuerpo de Cristo, es de madera y el sagrario, que contiene el Cuerpo de Cristo, también es de madera. El mismo Jesús que pendió de la Cruz podemos encontrarlo oculto en el sagrario en el  pan consagrado.

Cuando Jesús expiró entregó su Espíritu que bajó sobre la Iglesia naciente el día de Pentecostés.

Simbolizamos en el monumento este don del Espíritu, con siete luces, los siete dones del Espíritu Santo.

Sobre la mesa, el pan y el vino, son los frutos de la tierra que cada día presentamos en el altar y sobre los que el sacerdote impone las manos, durante la epíclesis, pronunciando las palabras de consagración y quedan convertidos en el Cuerpo la Sangre de Cristo.

Junto a estos dones, tres luces en agradecimiento a la Santísima Trinidad, pues la obra de la Creación y de la Redención se realiza y se actualiza por las tres personas de la Santísima Trinidad.