miércoles, 5 de marzo de 2025

TEXTOS LITÚRGICOS

 MIÉRCOLES DE CENIZA

Espigamos algunos textos de la liturgia de hoy para alimentar nuestra oración personal en este tiempo fuerte de la Cuaresma.

“La Cuaresma lleva consigo una llamada de Dios a la conversión, para reconocer que nos hemos extraviado y orientar nuestra vida de acuerdo con la voluntad de Dios” (Monición de entrada de la misa)

“Concédenos, Señor, comenzar el combate cristiano con el ayuno, para que, al luchar contra los enemigos espirituales, seamos fortalecidos con la ayuda de la austeridad” (Oración colecta de la misa)

“Concédenos, Señor, por medio de las prácticas cuaresmales, alcanzar el perdón de los pecados y emprender una vida nueva a imagen de tu hijo resucitado” (Bendición de la ceniza)

“La Cuaresma es un camino de preparación hacia la Pascua del Señor. Un tiempo para que caer en la cuenta de qué hay en nuestra vida que debemos cambiar y mejorar. Un tiempo de renovación de nuestro corazón, nuestros sentidos, nuestras actitudes, para acoger a Dios.

En el Evangelio aparecen los tres pilares de la Cuaresma: AYUNO, para liberarnos de las cosas que nos esclavizan, LIMOSNA, para compartir con los necesitados, ORACIÓN para tener un encuentro con Dios y pedirle que nos ayude” (Don Daniel Galindo, de la homilía de la misa)

“Pedimos a Dios por nosotros, que hemos recibido la ceniza, para que tomemos en serio la oración, la limosna y el ayuno y no echemos en saco roto la gracia de Dios”. (Preces de la misa)

“Que nuestros ayunos sean gratos a tus ojos y nos sirvan de medicina”. (Oración poscomunión)

“Di a los hijos de mi pueblo:  Aunque vuestros pecados lleguen hasta el cielo, aunque sean como púrpura, si os convertís a mí de todo corazón y decís: “Padre” os escucharé como a mi pueblo santo”.  De la segunda lectura del Oficio.

Enternecen y estremecen estas palabras de Dios hacia su pueblo, que anda fuera de su camino. La conversión, según el autor sagrado, consiste en un volverse a Dios y llamarle PADRE, viviendo como hijo suyo.

Parece que Dios nos pregunta:

¿Dónde estás? ¿Hacia dónde caminas con tus actos?

“El Señor, tu Dios, te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad” (Lectura de laudes)

Tomemos conciencia de que somos propiedad de Dios, vivamos en su presencia no nos escondamos de Él con nuestras malas obras.

En el 4º Domingo de Cuaresma de este año (Ciclo C) aparece el Evangelio del capítulo 15 de san Lucas, la parábola del Hijo pródigo. Al final de la misma encontramos estas palabras que debemos traer a la memoria durante estos días:

“Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Deberías alegrarte porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”