DÍA QUINTO:
VISITACIÓN DE LA
SANTÍSIMA VIRGEN
CANTO: Y
salta el pequeño Juan en el seno de Isabel.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros
enemigos, líbranos, Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amen.
ACTO DE CONTRICIÓN: Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre
verdadero…
ANTÍFONA: Elijo y consagro este templo para que esté en él mi
nombre eternamente. Mi corazón y mis ojos estarán siempre en él. (2º Crónicas
7, 16)
ORACION PARA TODOS LOS
DÍAS
Virgen Santísima del Remedio que en tu solicitud de Madre de
los hombres no te cansas de idear prodigios para remediar nuestras muchas
necesidades y que dejándote señalar en el humilde barro de una teja, recibes la
veneración de estos hijos que en Ti confían, a cambio de los innumerables
beneficios que les dispensas. Permite, Madre de bondad y ruega a tu Divino Hijo
que se graben cada vez más en nuestra alma sus saludables ejemplos para que
siguiendo las huellas de sus virtudes y estampándolas en el frágil barro de
nuestra humana condición, la transformen y eleven a las alturas de la gracia
para más tarde hacerla participar de los esplendores de la gloria. Amén.
MEDITACIÓN:
VISITACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
PUNTO 1º. Enterada la Santísima Virgen de que su prima Isabel había concebido, guiada por el Espíritu Santo va a asistirla, y apenas penetra en su casa y la saluda cuando queda inundada de gracias aquella familia. San Juan, comienza a dar saltos de júbilo; su padre Zacarías alcanza el don de profecía y Santa Isabel queda llena de Espíritu Santo.
¡Qué visita
más provechosa! ¡Qué bien recompensados quedan los sacrificios de María, las
atenciones de Isabel y el mutuo amor de ambas familias! ¿Tienes que enmendar
algo en tus visitas para que se conformen a ésta de María Santísima? ¿Te
impones tú algún sacrificio en favor de tus prójimos, principalmente de tus
parientes a quienes estás ligada por vínculos de carne y sangre?
(Breve silencio meditando)
PUNTO 2º. Aparece María en este misterio como dispensadora de las gracias del cielo. Dios ha puesto en sus manos todas las riquezas de sus misericordias, no para atesoradas en sí, sino para enriquecernos a nosotros con ellas.
Y es voluntad suya que así como por María
vino Cristo al mundo y con Él la gracia de nuestra regeneración, así vengan
también por Ella todas las demás gracias; y que habiendo usado de la escala de
María para descender al hombre, así usemos nosotros esa misma escala para
llegarnos hasta Dios. Ten, pues suma confianza en María y repite con frecuencia
aquellas palabras de San Bernardo: «Jamás se ha oído decir que ninguno de los
que han acudido a María haya quedado sin consuelo».
ORACIÓN PROPIA DÍA
QUINTO
Piadosísima Virgen María, abrasada en ardiente amor del prójimo que abandonas el descanso de tu morada y emprendes largo viaje lleno de molestias para visitar a Santa Isabel y dispensarle el honor de tu compañía con la solicitud y cuidado de atender a sus necesidades; haz, Virgen Santísima del Remedio, que aprendamos tus elocuentes enseñanzas, acudamos con solicitud en ayuda de nuestro prójimo y santifiquemos con nuestra caridad las visitas que hacemos, dando en ello gloria a Dios, edificación a nuestros hermanos y provecho espiritual a nuestra pobre alma.
Sobre todo, Virgen Santísima, alcánzanos
la gracia de cumplir nuestras obligaciones de familia, atendiendo con respeto y
veneración a nuestros padres, cuidando con esmero de nuestros hijos y velando
por la paz en el seno de nuestros hogares para que sean copia fiel de la casita
de Nazaret y trasunto de la eterna gloria. Amen.
PÍDASE LA GRACIA QUE
DESEEMOS ALCANZAR
(Tres Avemarías)
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Virgen Santísima del Remedio, salud de los enfermos, consuelo de los afligidos y amparo de los que te invocan, no podemos alejarnos de tu presencia sin que antes recordemos con gratitud los beneficios recibidos de tus manos. Tú vienes a nuestras casas cuando la enfermedad hace presa en alguno de nuestros miembros y al momento renace la tranquilidad y se despeja el horizonte de nuestras esperanzas.
A Ti acudimos cuando la barquilla de nuestra fe amenaza
naufragar en los escollos del mar proceloso de las pasiones, y eres faro
esplendente que le señala el norte de la virtud y brisa suave que le alienta
para arribar al puerto de la gloria. Tú eres la compañera inseparable de esta
Comunidad que te guarda y venera como su tesoro. Tú eres el paño de lágrimas
que enjuga las de todos los hijos de este pueblo que en Ti ponen su confianza;
Tú resuelves nuestras dudas; Tú alivias nuestras penas; y con el mismo afán con
que fijamos nuestros ojos en el barro de esa teja que has elegido como trono de
tus bondades para venerar impresa tu sagrada imagen, recorremos uno por uno tus
inmensos beneficios y los fijamos en las fibras de nuestro corazón para
agradecerlos dignamente y, por tu mediación, reconocer al Dador de todo bien,
Cristo Jesús, a quien sea dado todo honor y toda gloria en los siglos de los
siglos. Amén.
CANTO:
ACLAMACIÓN A LA
VIRGEN DE LA TEJA
Letra y música de Ángel
Sanz Arribas, CMF.
(Se puede escuchar en
YouTube)
Este pueblo te canta, Señora y Madre nuestra, pobre, humilde
y sencilla, esclava del Señor. Hecha de barro limpio, oh Virgen de la Teja, que
siempre nos cobijas, con tu materno amor.
1. Vuelve tus ojos, misericordiosos, y míranos. A ti clamamos, a ti suspiramos, santa Madre de Dios.
2.
Vida, dulzura y esperanza nuestra, danos tu luz, y cuando llegue el fin
de este destierro, muéstranos a Jesús.
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