LA FIESTA DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO
Acabado el triduo de preparación los días 1, 2 y 3 de octubre, llegamos al gran día.
Esta tarde a las 7:30 ha comenzado la Eucaristía celebrada por D. Javier Valero Picazo, párroco de San Blas.
La iglesia abarrotada de fieles devotos de san Francisco y
miembros de la Tercera Orden Franciscana, así como miembros de la Asociación de
belenistas y comerciantes de Villarrobledo.
Los cantos han corrido a cargo del coro de nuestra comunidad de clarisas.
En la homilía don Javier se ha fijado en las palabras de san Pablo de la segunda lectura de hoy:
“Dios me libre de gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo”
Nos ha planteado unas preguntas para reflexionar cómo reaccionamos ante las pruebas de cada día; si nuestra fe se fortalece o por el contrario abandonamos a Dios.
¿Nos quedamos en la queja o damos el salto hacia el Señor que
fue crucificado por nuestra salvación?
San Francisco llevó en su carne las cinco llagas de Cristo, y esto supuso para él un gran sufrimiento físico y moral.
Este dolor le sirvió para unirse más a su Señor, entregándose
por completo a Él.
En la procesión de ofrendas han participado miembros de la OFS, belenistas y comerciantes.
Después de la comunión, la Ministra de la OFS, Mari Cruz Moreno, ha rezado las alabanzas de san Francisco.
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda
bendición.
A ti sólo, Altísimo corresponden
y ningún hombre es digno de mencionarte.
Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el hermano Sol,
el cual es día, y nos iluminas por él.
Y es bello y radiante con gran esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor, por hermana Luna y las Estrellas:
en el cielo las has formado claras, preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor por hermano Viento,
y por Aire y Nublo y Sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por hermana Agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por hermano Fuego,
por el cual nos alumbra la noche:
y él es bello y jocundo y robusto y fuerte.
Alabado seas, mi Señor, por hermana nuestra madre Tierra,
la cual nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos
con coloridas flores y hierba.
Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor
y soportan enfermedad y tribulación.
Dichosos aquellos que las sufrirán en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor, por hermana Muerte corporal,
de la que ningún hombre viviente puede escapar:
¡Ay de aquellos que morirán en los pecados mortales!
¡Dichosos los que encontrará en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alabad y bendecir a mi Señor
y dadle gracias y servidlo con gran humildad.
Para terminar, mientras el coro entonaba el himno de los
Terciarios Franciscanos, se ha pasado a venerar la reliquia de san Francisco.
TODO EN ALABANZA DE CRISTO Y DE SU SIERVO FRANCISCO.
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