martes, 4 de octubre de 2022

HEMOS CELEBRADO CON TODA SOLEMNIDAD

 LA FIESTA DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO

Acabado el triduo de preparación los días 1, 2 y 3 de octubre, llegamos al gran día.

Esta tarde a las 7:30 ha comenzado la Eucaristía celebrada por D. Javier Valero Picazo, párroco de San Blas.

La iglesia abarrotada de fieles devotos de san Francisco y miembros de la Tercera Orden Franciscana, así como miembros de la Asociación de belenistas y comerciantes de Villarrobledo.

Los cantos han corrido a cargo del coro de nuestra comunidad de clarisas.

En la homilía don Javier se ha fijado en las palabras de san Pablo de la segunda lectura de hoy:

“Dios me libre de gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo”

Nos ha planteado unas preguntas para reflexionar cómo reaccionamos ante las pruebas de cada día; si nuestra fe se fortalece o por el contrario abandonamos a Dios.

¿Nos quedamos en la queja o damos el salto hacia el Señor que fue crucificado por nuestra salvación?

San Francisco llevó en su carne las cinco llagas de Cristo, y esto supuso para él un gran sufrimiento físico y moral.

Este dolor le sirvió para unirse más a su Señor, entregándose por completo a Él.

En la procesión de ofrendas han participado miembros de la OFS, belenistas y comerciantes.

Después de la comunión, la Ministra de la OFS, Mari Cruz Moreno, ha rezado las alabanzas de san Francisco.

Altísimo, omnipotente, buen Señor,

tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti sólo, Altísimo corresponden

y ningún hombre es digno de mencionarte.

Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,

especialmente el hermano Sol,

el cual es día, y nos iluminas por él.

Y es bello y radiante con gran esplendor:

de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por hermana Luna y las Estrellas:

en el cielo las has formado claras, preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor por hermano Viento,

y por Aire y Nublo y Sereno y todo tiempo,

por el cual a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por hermana Agua,

la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por hermano Fuego,

por el cual nos alumbra la noche:

y él es bello y jocundo y robusto y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por hermana nuestra madre Tierra,

la cual nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos

con coloridas flores y hierba.

Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor

y soportan enfermedad y tribulación.

Dichosos aquellos que las sufrirán en paz,

porque de ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor, por hermana Muerte corporal,

de la que ningún hombre viviente puede escapar:

¡Ay de aquellos que morirán en los pecados mortales!

¡Dichosos los que encontrará en tu santísima voluntad,

porque la muerte segunda no les hará mal.

Alabad y bendecir a mi Señor

y dadle gracias y servidlo con gran humildad.

 


Para terminar, mientras el coro entonaba el himno de los Terciarios Franciscanos, se ha pasado a venerar la reliquia de san Francisco.

TODO EN ALABANZA DE CRISTO Y DE SU SIERVO FRANCISCO.

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