domingo, 16 de abril de 2017

VIVE PARA SIEMPRE

¿CÓMO VIVIÓ SANTA CLARA EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO?
El misterio pascual de Cristo, su paso de la muerte a la vida, se actualiza en cada cristiano.

Exposición del Santísimo en nuestra iglesia conventual. Óleos de santa Clara y san Francisco. El Crucifijo de San Damián en el centro.

Nuestra madre santa Clara y sus hijas, tuvieron presente toda su vida esta realidad, por ello pudo dejar escrito en su Testamento cómo era la vida de la primera comunidad de clarisas desde sus orígenes: “Mucho se gozó en el Señor nuestro padre san Francisco al ver que, aun siendo nosotras débiles y frágiles, no rehusábamos indigencia alguna, pobreza, trabajo, tribulación ni desprecio del mundo, sino que más bien considerábamos estas cosas como grandes delicias”.
En el proceso de canonización de santa Clara, una de las hermanas dio testimonio diciendo que “Nunca la vieron alterada”. Pero  ¿por qué? ¿cuál era su secreto?. Ella tenía como un lema para su vida lo que escribía a santa Inés de Bohemia: “Si sufres con Él, reinarás con Él; si con Él lloras, con Él gozarás; si mueres con Él en la cruz de la tribulación poseerás las moradas eternas en la gloria del reino celestial”. 
Los gozos que uno experimenta en su alma están en proporción a los padecimientos sufridos en unión con Cristo, esto pasa incluso en esta vida. Por eso podemos ver a personas que sufren, pero están radiantes de felicidad.

Las palabras más repetidas en los escritos de nuestra santa madre, después de la pobreza, son el gozo y la alegría. Era una mujer que vivía siempre alegre, podríamos decir “transfigurada” porque tenía fija su mirada en el “Espejo de la eternidad”, el Crucificado Glorioso que asciende al Padre, representado en el crucifijo de san Damián. Así le escribía a su amiga de Bohemia: “Fija tu mente, tu alma y tu corazón en el Espejo de la eternidad y transfórmate totalmente por la contemplación en imagen de su divinidad”.

Nuestra ilgeisa el domingo de resurrección de este año 2017
Después de la resurrección de Jesucristo, el dolor no tiene la última palabra. En Cristo, crucificado y glorioso, toda miseria humana, todo dolor, todo pecado, quedan transformados.
La Iglesia estará 50 días celebrando, por medio de la liturgia, la resurrección de Cristo. Nuestro Señor, después de su resurrección, se apareció a muchos de sus discípulos. Vivamos con gozo este tiempo de pascua, dando gracias a la Santísima Trinidad por esta magnífica obra de la Redención del hombre. “El Padre celestial, por salvar al esclavo, entregó al Hijo”.

“Exulten los coros de los ángeles y las jerarquías del cielo por la victoria de Rey tan poderoso.

Goce la tierra inundada de tanta claridad y que radiante con el fulgor del Rey eterno se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero” (Del Pregón Pascual)

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