A
las 8 da comienzo la Eucaristía, presidida por el Obispo de la Diócesis, D.
Ciriaco Benavente Mateos, y concelebrada por D. Juan Manuel, sacerdote de
Albacete que está actualmente de misionero en Rusia, D. Francisco Tomás,
secretario del Nuncio de Su Santidad, D. Dieudoné, codadjutor de San Sebastián
y nuestro capellán, D. Juan Julián Castillo.
La
Madre hizo la monición de entrada, hablando de Nuestro Padre san Francisco,
fundador de las tres órdenes franciscanas y patrón de asociaciones como los
belenistas, comerciantes y ecologistas, presentes también en la celebración.
Explicó el motivo de elegir ese día para la clausura del Centenario. Y se hizo
mención de los franciscanos presentes en Villarrobledo casi trescientos años, y
gracias a los cuales nuestro monasterio no fue de frailes carmelitas, sino de
hermanas clarisas.
En la homilía el Obispo situó la figura del Santo de Asís en el marco histórico-eclesial que tuvo que vivir, ya que “el Señor responde a las necesidades de cada época suscitando los santos para bien de todos, tal como ocurrió en la España del siglo XVI”. Dijo entre otras cosas que “del santoral, San Francisco es de los que más han imitado a Cristo”. Nos hizo preguntas como: “¿Qué nos dice hoy, cristianos del siglo XXI san Francisco?” La alegría de vivir el Evangelio y la belleza del ser de Cristo. Pues nuestra sociedad ya ha olvidado los grandes valores y ha caído en un relativismo donde todo vale. Terminó dando gracias a Dios por el don de tantas hermanas que han vivido en el monasterio a lo largo de 400 años, algunas de ellas de vida canonizable, pues “solo Dios sabe las gracias que nos han llegado por medio de su entrega e intercesión”. Por ello es necesario pedir con insistencia al Dueño de la mies que siga suscitando vocaciones en su Iglesia.
Después
una hermana de la Tercera Orden leyó una poesía dedicada a la Comunidad.
Terminadas
las preces, realizadas por terciarios franciscanos y belenistas, se hizo la
procesión de ofrendas.
Al
terminar, la Real Cofradía del Santo Sepulcro, hizo entrega a la Comunidad de
una placa y una medalla que recogió la Madre Abadesa. Pues ha sido nombrada
cofrade de honor de esta cofradía por la cercanía y apoyo que recibe de ella.
Los
cantos corrieron a cargo de las hermanas de Comunidad y del coro de la
Parroquia de San Blas.
La
iglesia estaba abarrotada de fieles, todos felices después de tan solemne
celebración.
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