Hoy
es el día del amor fraterno, de la
institución de la Eucaristía y del sacerdocio.
La primera lectura de la liturgia de hoy, Ex 12, 1-14, nos habla del Cordero Pascual inmolado al atardecer, con cuya sangre es librado de la muerte el pueblo judío. Se comerá asado al fuego, no se le romperá ningún hueso. Este Cordero era profecía de Jesucristo, el verdadero Cordero de Dios inmolado voluntariamente por nuestra salvación.
Cristo era consciente de esa realidad y quiso convertirse Él mismo en el Cordero entregado hecho Eucaristía para dejarse comer por nosotros.
Esta noche habla de traición por parte de Judas; de angustia, de soledad, de entrega, por parte de Jesús; de cobardía por parte de los discípulos.
Hagamos compañía al Maestro durante el mayor tiempo posible ante el Monumento agradeciendo la entrega de su vida en la Eucaristía y en la Cruz por nuestra salvación.
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