sábado, 26 de noviembre de 2022

LLEGÓ EL ADVIENTO

TIEMPO DE GRACIA, TIEMPO MARIANO.

El pueblo de Israel esperaba la llegada del Mesías prometido por Dios y clamaba para que fuera enviado pronto a la tierra El Salvador.

Los anawin o “pobres de Yavhéh” eran hombres y mujeres que, habiendo puesto toda su esperanza en Dios, comprendieron que su única y verdadera riqueza era Dios mismo.

Dios envió al Salvador, pero no fue reconocido ni acogido más que por los “anawin”. San José, la Virgen María, los pastores, el anciano Simeón, la profetisa Ana, los magos de Oriente.

Hoy día sigue viniendo el Salvador en cada Eucaristía que celebra el sacerdote. Cuando el pan y el vino es consagrado se convierte en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Viene también disfrazado en cada hermano y en los acontecimientos de la vida ordinaria.

Y vendrá al final de los tiempos.

 


El Año litúrgico empieza con el tiempo de Adviento que nos prepara a la celebración de la Navidad y nos ayuda a crecer en la esperanza, a acoger con fe la venida continuada del Señor.


“ADVIENTO” proviene del latín Adventus, que significa venida, advenimiento.

Esta palabra se aplica a la llegada de algún personaje importante.

Jesús nació hace más de dos mil años en Belén de Judá. Esta venida histórica que conmemoramos en Navidad, deja en nosotros el anhelo de una venida más plena. 

Por ello decimos que el Adviento celebra una triple venida del Señor.

La venida histórica, cuando el Verbo de Dios, asumiendo nuestra carne, vino al mundo para anunciar la buena notica de la Salvación y redimirnos del pecado por medio de su pasión, muerte y resurrección.

La venida que se realiza en cada Eucaristía y en la celebración de los demás sacramentos, en los pobres, en los acontecimientos.

La venida definitiva al final de la historia, cuando llegará la plenitud del Reino de Dios en la Vida eterna. Lo que denominamos el juicio final.

El tiempo de Adviento es el más tardío de todos los tiempos litúrgicos. No existió hasta el siglo V o VI.

La fiesta de Navidad nació a principios del siglo IV y consta por primera vez en un calendario del año 354. La de la Epifanía un poco antes

A partir de la existencia de estas fiestas, los cristianos decidieron dedicar un tiempo a su preparación.

Actualmente el Adviento empieza el cuarto domingo antes de Navidad.

Lo que marca con mayor fuerza el sentido y la vivencia de este tiempo son los domingos, con la distribución de sus lecturas en tres ciclos.

LAS FERIAS MAYORES

De preparación para la Navidad del 17 al 24 de diciembre, se le podría llamar “La Semana Santa de la Navidad”

Una característica muy antigua de estos días son las antífonas de la “Oh”

Fueron compuestas hacia los siglos VII y VIII. Se puede decir que son un antiguo compendio de la cristología más antigua de la Iglesia. Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús que condensan el espíritu del Adviento y de la Navidad.

O Sapientia- Sabiduría, Palabra

O Adonai- Señor Poderoso

O Radix- Raíz, renuevo de Jesé.

O Clavis- Llave de David que abre y cierra

O Oriens-Oriente, Sol, Luz

O Rex- Rey de Paz

O Enmanuel- Dios con nosotros

 


Leídas en sentido inverso las iniciales latinas de la primera palabra después de la O dan el acróstico “ero cras” que significa “Vendré mañana”, es como la respuesta del Mesías a la petición de sus fieles.


 Monumento de Adviento en la iglesia de nuestro monasterio

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