martes, 1 de marzo de 2016

HISTORIA DEL MONASTERIO

LAS TRES MONJAS DE ALCÁZAR DE S. JUAN

Fueron tres clarisas procedentes de allí las que dieron origen a nuestro monasterio el 12 de mayo de 1612. 
Las tres fundadoras de nuestro monasterio, procedentes de Alcázar de San Juan: sor María Bautista Tardío, sor Quiteria de san Bernardo Cervantes y sor María de la Concepción Ortiz.

Dibujo de Juanjo Romero del Hombrebueno

El monasterio de la Inmaculada Concepción de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) fue fundado dentro de la Orden Tercera Regular de San Francisco en 1546, pero en 1590 se pasó a la Orden de Santa Clara profesando la Regla de Urbano IV.
En el libro que se acaba de editar aparece la vida de una de las fundadoras, transcrita de la Crónica Franciscana de la Seráfica Provincia de Cartagena, escrita por el P. Pablo Manuel Ortega (OFM) y publicada en tres gigantescos volúmenes en 1740, 1746 y 1752. En el tomo II (libro IV, capítulo XXX, páginas 338-342) se trata de sor Quiteria de San Bernardo Cervantes, en lo referente a la fundación de Villarrobledo y en su retorno al monasterio de Alcázar de San Juan.

Transcribimos a continuación algo de la misma:

Fue la venerable sor Quiteria de San Bernardo y Cervantes natural de la villa de Alcázar de San Juan, pueblo bien conocido en la provincia de La Mancha, hija de padres muy limpios y estimados en todo aquel país. Su padre se llamó Alonso de Cervantes y fue natural de la villa de Camuñas, distante de esta de Alcázar cuatro leguas, y la madre Juana de Dueñas, natural de la misma villa de Alcázar. Vistió el santo hábito esta venerable sierva del Altísimo en el monasterio de la Concepción Clara de dicha villa, en el tiempo en que aún profesaban el instituto de la Orden Tercera. Y, hallándose la venerable sor Quiteria en esta casa, cuando se recibió la segunda Regla de santa Clara, que llamamos urbanista, hizo segunda profesión como todas sus compañeras. Desde el punto en que vistió el hábito religioso esta sierva del Señor observó una vida tan igual, ajustada, prudente y religiosa, que luego se difundieron los admirables créditos de su grande santidad por toda la Provincia. Estos créditos le sacaron de su monasterio de Alcázar de San Juan para fundadora del muy reformado del de la villa de Villarrobledo el año de 1614, a donde pasó con los dos empleos de vicaria del nuevo monasterio y maestra de novicias, según dejamos dicho en su propio lugar. En esta fundación padeció inmensos trabajos, así de contradicciones como de incomodidades, pero todas las venció con su admirable prudencia, virtud y constancia, fundando aquel santo monasterio con tanta perfección como se admira en los muchos y admirables frutos de santidad como ha dado en todos tiempos a la Iglesia, según dejamos escrito y veremos en lo que nos resta de esta Crónica…” 

MÁS INFORMACIÓN EN EL LIBRO DEL 4º CENTENARIO PUBLICADO RECIENTEMENTE.

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