miércoles, 2 de agosto de 2023

NOVENA A SANTA CLARA DE ASÍS. DÍA 2º

ANTÍFONA:

¡Qué luminosa es esta virgen en la Iglesia! En la casa paterna brilló con luz clara; encerrada en el claustro llenó de fulgor la Ciudad de Dios y, conducida a la Jerusalén celeste, resplandece para siempre.

DÍA SEGUNDO

CLARA CONOCE A FRANCISCO. LCl. 5-6

CANTO. Como el arroyo busca la mar. (De El Hermano Francisco)

DEL CONOCIMIENTO Y AMISTAD DEL BIENAVENTURADO FRANCISCO

5. Oyó hablar por entonces de Francisco, cuyo nombre se iba haciendo famoso y quien, como hombre nuevo, renovaba con nuevas virtudes el camino de la perfección, tan borrado en el mundo. 

De inmediato quiere verlo y oírlo, movida a ello por el Padre de los espíritus, de quien tanto él como ella, aunque de diverso modo, habían recibido los primeros impulsos. 

Y no menos deseaba Francisco, entusiasmado por la fama de tan agraciada doncella, verla y conversar con ella, por si de algún modo él, que estaba ávido de conquistas, que se sentía llamado a destruir el imperio del mundo, lograba arrebatar tan noble presa al siglo malvado y reivindicarla para su Señor. 

La visita, pues, Francisco; y más aún Clara a él; aunque moderan la frecuencia de sus entrevistas para evitar que aquella divina amistad pueda ser conocida de los hombres e interpretada maliciosamente por públicas habladurías; por eso, acompañada solamente de una íntima familiar y dejando el hogar paterno, la doncella menudeaba sus secretos encuentros con el varón de Dios, cuyas palabras le parecían llameantes y las acciones sobrehumanas.

El padre Francisco la exhorta al desprecio del mundo; demostrándole con vivas expresiones la vanidad y el engaño de los atractivos del siglo, destila en su oído la dulzura de su desposorio con Cristo, persuadiéndola a reservar la joya de la pureza virginal para aquel bienaventurado Esposo a quien el amor hizo hombre.

6. ¿A qué detenernos en tantos pormenores? A instancias del santísimo padre, que actuaba hábilmente como fidelísimo mensajero, no retardó su consentimiento la doncella. 

Se le abre entonces la visión de los goces celestes, en cuya comparación el mundo entero se le vuelve despreciable, cuyo deseo la hace derretirse de anhelos, por cuyo amor ansía las bodas supremas. Y así, encendida en el fuego celeste, tan soberanamente despreció la vanagloria terrena, que jamás nada de los halagos mundanos se pegó a su corazón. Aborreciendo igualmente las seducciones de la carne, decidió ya desde ahora no conocer lecho de pecado (Sab 3,13), deseando hacer de su cuerpo un templo consagrado a Dios y esforzándose por hacerse merecedora de las bodas con el gran Rey. 

En consecuencia, se sometió totalmente a los consejos de Francisco, tomándolo por su guía, después de Dios, para el camino. Desde entonces queda pendiente su alma de sus enseñanzas y recoge con cálido pecho cuanto le predica del buen Jesús. Soporta con molestia la pompa y ornato secular, y desprecia como basura todo lo que aplaude el mundo, a fin de poder ganar a Cristo (cf. Flp 3,8).

ALABANZAS A SANTA CLARA

Alabemos a Dios Todopoderoso, fuente de luz eterna y origen de toda santidad, por las obras admirables que hizo resplandecer en su humilde sierva santa Clara, para ejemplo de los fieles y gloria de su nombre santo y digámosle:

R. Alabado y ensalzado seas, Señor, por los siglos.

1.    Loado seas, Señor, por la limpieza de corazón con que la hermana Clara se mantuvo incólume frente al enemigo. R.

2.    Loado seas por la solícita llamada con que la invitaste a seguir el camino de la cruz de Cristo. R.

3.    Loado seas por la constancia de la fe con que alentó su peregrinación terrena. R.

4.    Loado seas por la ferviente perseverancia con que animaste su esperanza. R.

5.    Loado seas por la admirable caridad con que amó tu voluntad y a todas las criaturas. R.

PEDIMOS LA GRACIA A SANTA CLARA.

(Padre nuestro, Ave María y Gloria)

ORACIÓN

Señor y Dios nuestro, al recordar hoy con alegría a la madre santa Clara, te rogamos, que por sus méritos y ejemplos, enraizados en la fe y en el amor, vivamos cada día el misterio de la resurrección y disfrutemos de tu presencia en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Imagen de santa Clara de Asís. Iglesia de San Juan de la Penitencia. Hermanas Clarisas de Villarrobledo

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