jueves, 31 de diciembre de 2020

RETIRO

 FIN DE AÑO

Cuando los comercios están saturados para comprar lo necesario de la Noche Vieja y despedir el año, esta comunidad de hermanas pobres de santa Clara dedica un día al silencio, la interiorización y la meditación.

Esta mañana ha venido D. Juan José López Fabuel, un sacerdote de Villarrobledo incardinado en la diócesis de Toledo (Seseña), y nos ha dirigido dos meditaciones muy profundas que queremos compartir por si alguien puede beneficiarse de ella.

LA HUÍDA A EGIPTO

Para la Sagrada Familia fue una necesidad salir con urgencia de Belén.

BELÉN Y NAZARET encierran un misterio y deben estar siempre presentes en nuestro vivir de cada día (Carlos de Foucauld)

La huida a Egipto forma parte del misterio de la vida oculta y escondida de la Sagrada Familia, y es el gran olvidado. 

Pocas veces se contempla este misterio.

¿Qué importancia tiene este misterio en mi realidad concreta, en mi vida personal?

Una enseñanza de amor, paciencia y entrega en los momentos de prueba y dolor.

Desde este misterio vivimos los acontecimientos eclesiales: Año de San José, Año de la Familia, la realidad social, la pandemia que nos hace descubrir nuestra debilidad y fragilidad; el mundo que está roto.

¿Qué sentido tiene la existencia humana?

Belén y Nazaret nos lanzan a Galilea y a Jerusalén, a tantas situaciones en que somos puestos a prueba. 

La Huída a Egipto nos habla del Nuevo Moisés: Jesucristo, 

que nos libra de todas nuestras esclavitudes, los pecados que nos atan, las faltas de caridad,... 

Nuestro Libertador nos ayudará a vivir una vida nueva.

Esto implica un corazón dócil y obediente como el de María y José.

También se presentará ante nuestros ojos el desierto, la dificultad, la persecución, la incomprensión, la incertidumbre. Todo esto lo vivió la Sagrada Familia en su Huída a Egipto. 

¿Cuál es mi respuesta ante estas situaciones que se me presentan en la vida?

María y José tenían conciencia de que eran el "barro" que debía dejarse amasar y modelar y que el Padre de las Misericordias les estaba sacando de su "tierra".

Son obedientes. No han nacido para estar en Belén. En Belén no se pueden parar, es un lugar de paso. 

Igual me pasa a mí. 

Lo que estoy pasando no es para siempre, es pasajero, es un momento de purificación. 

Si el Señor nos pone a prueba es porque quiere sacar lo mejor de nosotros mismos.

Jesús tuvo que huir a toda prisa de Belén.

 Fue probado, humillado, sin tener seguridades ante el futuro incierto de un desierto desolador.

Vivir el misterio de Belén es vivir la Encarnación

Para vivir en mi carne el misterio de la Encarnación debo dejar que Jesús tome carne de mi carne.

El Verbo se ha encarnado en la entrañas de María.

Pero también quiere encarnarse en tí; ser todo tuyo; tomar todo tu corazón; tus pensamientos, para que no seas tú, sino Él en ti quien viva haciendo la Voluntad del Padre.


Cuando se marcharon los Magos comienza un "Nuevo Éxodo". 

"Levántate, toma al Niño y a su madre y vete a Egipto".

(Mt 2, 13-19)

Belén es el lugar donde Dios quiere vaciarnos, quitar de nosotros las seguridades para poner su vida.

¿Cómo vivo yo cuando me quitan algo?

¿Cómo vivo el fracaso? 

¿Lo vivo como maldición y condena o como bendición y oportunidad? 

Dios tiene ya su plan sobre ti. 

También entra dentro de él todo lo que te desagrada, te duele o no entiendes.

Ese proyecto de Dios sobre ti debes aceptarlo con docilidad y obediencia.

LA OBEDIENCIA


Nos hace entrar en la escuela del "Bendito sea el nombre del Señor", pase lo que pase, como en el caso del Santo Job. 

Si no vivimos la obediencia y la escucha todo son peligros. 

Pon nombre a tus errores, ¿qué es lo que hace que vivas con un caparazón que te endurece?


¿Cómo estás? 

Triste, desolado, desconcertado, dolido,...

Podemos cristificar nuestros estados de ánimo uniéndolos a este misterio de la Vida de Cristo. 

La Huída a Egipto es realmente mi estado de ánimo. 

El ángel se apareció en sueños a José.


HERODES

Busca al Niño para matarlo. 

En la historia de la Salvación siempre está presente el peligro, el "cocodrilo". 

Nuestra obediencia provoca el "enfado" del demonio y su corte, que se enfurece cuando ve un alma pura y dócil. 

Debemos contar con ello. 

No darle tanta importancia a lo que sucede alrededor, sino en cuidar al Niño y servir a la Iglesia. Ocuparnos de nuestro interior, de crecer en la vida de la gracia.

JOSÉ SE LEVANTÓ

El sueño es la manifestación de Dios, que se está haciendo presente.

Con prontitud tomó al Niño.

José fue el que cuidó de María y Jesús. 

Si vivo mi vida de caridad, de oración, de conocimiento personal, con gozo profundo estoy protegiendo al Niño perseguido. 

Mi ser será una "casita" para el Niño.

¿Cómo sería la huída? ¿Miraría José atrás?

MEDITACIÓN DE LA TARDE

La salida de Egipto de la Sagrada Familia, va en paralelo con la salida de Egipto del Pueblo de Israel.

Es la salida (Éxodo) del Niño Dios, el nuevo Moisés, verdadero libertador de la esclavitud del pecado.

"Muerto Herodes el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al Niño y a su Madre y vete a la Tierra de Israel. José se levantó, tomó al Niño y a su madre y se fue a la Tierra de Israel"

En la Sagrada Familia es el "Nuevo Pueblo de Dios", el que inicia su éxodo, para que se cumpliera la profecía: 

"De Egipto llamé a mi Hijo" 

(Oseas 11, 1)

La salida de Moisés y el Pueblo de Israel fue portentosa y triunfal.

El religioso vive en una actitud de victoria sobre el poder del hombre viejo, el corazón de piedra. 

El consagrado no puede quedarse en las pequeñas cosas que le impidan volar. Egipto es el lugar de la persecución y de la esclavitud. Ahí se manifiesta el Ángel de Dios.

José obedece de corazón, su obediencia es rápida, ágil. 

La docilidad consiste en no poner impedimentos, no absolutizar las cosas, no endurecer el corazón, no encerrarse en sí mismo, sino salir (éxodo) y pensar en las necesidades del otro.

LA AUTORIDAD

 ¿Quién tiene hoy autoridad? 

Estamos en unos tiempos en que no se reconoce la autoridad.

Los hijos no respetan a sus padres ni los alumnos a los maestros.

Está desapareciendo la figura de los superiores.

 
Solo podemos vivir la obediencia cuando vemos a Dios en el instrumento que Dios ha puesto como representante de Dios en la tierra. 

En obediencia a la autoridad,reconocemos que Dios se hace visible por medio de los superiores, esta actitud me hace salir de la esclavitud de Egipto.
El primer pecado fue el del ángel caído, satanás, cuando dijo a Dios: "No te serviré"

El Señor actuará con toda su fuerza si somos dóciles y obedientes.

En la vida religiosa debemos vivir de los signos de Dios. Podemos caer en la superficialidad, la apariencia, el no escuchar la voz de Dios.

A veces aparece la sequedad en nuestra vida de oración. Puede surgir esta pregunta: 

¿Has perdonado de corazón a tu hermana?

 ¿cómo vives la caridad fraterna? 

¿hay faltas de fe o de esperanza en tu vida?

Las distracciones suelen ser reflejo de lo que es mi vida, de dónde tengo el corazón.

EL AMOR

Es lo que al final de la vida se me da, pero cuando desde el inicio lo estoy viviendo y buscando.

Cuando vivimos en la dinámica de buscar a Dios, Él se va manifestando de forma más plena. La acción del Espíritu Santo, la fuerza de Dios se hace más clara en nuestra vida. Nuestra vida será fecunda, dará fruto.

Tengamos cuidado en la vivencia de nuestra fe, corremos el peligro de vivir en la superficialidad sin avanzar en la vida espiritual.

COMENCEMOS BIEN EL AÑO QUE DIOS NOS REGALA COMO GRACIA 

FELIZ AÑO NUEVO 2021


viernes, 25 de diciembre de 2020

HOY

ES LA NATIVIDAD DEL SEÑOR


Divino Niño de la Asociación Belenista de Villarrobledo al pie del altar de nuestra iglesia

Hoy, por nosotros, se ha dignado nacer de la Virgen el Rey de los cielos, para restituir al hombre a los reinos celestiales. Se alegra el ejército de los ángeles, porque se ha mostrado la salvación del linaje humano.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos.

No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida.

Nadie tiene por qué sentirse alejado de la participación de semejante gozo, a todos es común la razón para el júbilo: porque nuestro Señor, destructor del pecado y de la muerte, como no ha encontrado a nadie libre de culpa, ha venido para liberarnos a todos. Alégrese el santo, puesto que se acerca a la victoria; regocíjese el pecador, puesto que se le invita al perdón; anímese el gentil, ya que se le llama a la vida.

Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en volver con un comportamiento indigno a las antiguas vilezas.

Piensa de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas y trasladado a la luz y al reino de Dios.

Gracias al sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no se te ocurra ahuyentar con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a someterte a la servidumbre del demonio: porque tu precio es la sangre de Cristo.

Hoy nos ha descendido del cielo la paz verdadera. Hoy, en todo el mundo, los cielos destilan miel.


Hoy brilla para nosotros el día de la redención nueva, largo tiempo preparada, el día de la felicidad eterna.

(De la lectura patrística de hoy, de san León Magno)

El himno de las vísperas de hoy

Te diré mi amor, Rey mío,

en la quietud de la tarde,

cuando se cierran los ojos

y los corazones se abren.

 

Te diré mi amor, Rey mío,

con una mirada suave,

te lo diré contemplando

tu cuerpo que en pajas yace.

 

Te diré mi amor, Rey mío,

adorándote en la carne,

te lo diré con mis besos,

quizá con gotas de sangre.

 

Te diré mi amor, Rey mío,

con los hombres y los ángeles,

con el aliento del cielo

que espiran los animales.

 

Te diré mi amor, Rey mío,

con el amor de tu Madre,

con los labios de tu Esposa

y con la fe de tus mártires.

 

Te diré mi amor, Rey mío,

¡oh Dios del amor más grande!

¡Bendito en la Trinidad,

que has venido a nuestro valle! Amén.

domingo, 20 de diciembre de 2020

UN DOMINGO ESPECIAL

ADMISIÓN A LAS SAGRADAS ÓRDENES

ÉRIK LÓPEZ DEL CID

Hoy 20 de diciembre, cuarto domingo de Adviento, a las 18:00 ha dado comienzo la Eucaristía presidida por nuestro Obispo D. Ángel Fernández Collado y concelebrada por seis sacerdotes:

D. Juan Julián Castillo, párroco de la Asunción de Albacete

D. José Valtueña, de Peñas de San Pedro

D. Fabián Filache, cura de San Bartolomé Tarazona, D. Pedro José González, cura de Santa María Villarrobledo

D. Francisco de Asís Prados, Rector del Seminario,

D. Álvaro Picazo de Elche de la sierra.


El maestro de ceremonias ha sido D. José Miguel Fernández, secretario del Obispo.

A la celebración han asistido varios seminaristas de Albacete, Valencia y Alicante

La homilía del Obispo ha sido muy profunda y de provecho espiritual.

Algunas ideas para nuestra reflexión personal:

En el Evangelio de hoy contemplamos a la Virgen María en el momento de la Anunciación. 

Es el acontecimiento más grande de la historia. 

Dios para hacernos divinos, humano a nosotros baja, necesitado de cuidados, protección y cariño.

María con su “SÍ” hizo posible la Encarnación del Verbo de Dios en su seno virginal. 

Ella puede ayudarnos a preparar la Navidad intensamente, desde la interioridad. Desde el momento de la Encarnación hasta su Natividad, el Salvador fue gestándose en su seno durante 9 meses.

Tres actitudes que debemos imitar de la Virgen en este tiempo de preparación para la venida de Jesús:

1.  ORACIÓN.

“El ángel entró en su presencia”. María estaba en actitud de escucha, atenta a lo que Dios pudiera pedirle. Acoge en su seno la Palabra y la deja crecer.


2.  FE

María concibió a su Hijo en su mente y en su seno antes que en su seno. No dudó ante el hecho prodigioso que le anunciaba el ángel: que sería madre permaneciendo virgen.

3.  HUMILDAD

Se entrega totalmente en la manos de Dios con confianza y sencillez, considerándose la sierva del Señor.

Después ha pasado a explicar en qué consiste el rito que iba a tener lugar después de la homilía.

El seminarista comienza su andadura oficial para recibir la ordenación como diácono y después como sacerdote.

Por medio de este rito se reconoce que el candidato tiene idoneidad y madurez para ser admitido a las Sagradas Órdenes.

Finalizada la homilía el aspirante a sacerdote, Erik López, ha manifestado públicamente su voluntad de ofrecerse a Dios y a la Iglesia para ejercer el orden sagrado.

La Iglesia, por su parte, al recibir este ofrecimiento, lo elige y lo llama para que se prepare a recibir el orden sagrado.

Terminadas las preces, el candidato ha recibido una bendición especial del Sr. Obispo y ha continuado la celebración eucarística.

Luego ha continuado la celebración eucarística


El Sr. Obispo incensando el pan y el vino antes de la consagración

Momento en que el Cuerpo y la Sangre de Cristo son ofrecidos a Dios Padre como sacrificio de alabanza y acción de gracias
Erik recibe la comunión de manos del Sr. Obispo

Antes de la bendición final, el rector del seminario y el Sr. Obispo han dicho unas palabras muy hermosas sobre la vocación, animando a los jóvenes asistentes a plantearse qué es lo que Dios quiere de cada uno.

La vocación es un don, un regalo con el que Dios enriquece a la persona, pero hace falta la colaboración, respondiendo a esa llamada de modo libre y responsable.


Momento en finalizada la misa, el Sr. Obispo y los sacerdotes abandonan el presbiterio

Ha sido una celebración bonita y sencilla.

Terminada la misa, los asistentes han felicitado a Erik por este paso en su vida vocacional.


Erik recibiendo felicitaciones de los asistentes

Luego el obispo, los sacerdotes y seminaristas han pasado al locutorio a saludar a la comunidad.

Tarta sorpresa de la comunidad a Erik en este día tan especial