miércoles, 18 de octubre de 2023

NOVENA COMPLETA A LA VIRGEN DE LA TEJA

DÍA SÉPTIMO: 

DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

CANTO: Madre del Amén.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.      

ACTO DE CONTRICIÓN: Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero…

ANTÍFONA: Elijo y consagro este templo para que esté en él mi nombre eternamente. Mi corazón y mis ojos estarán siempre en él. (2º Crónicas 7, 16)

ORACION PARA TODOS LOS DÍAS


Fotografía de la Virgen tomada ayer después de la Novena

Virgen Santísima del Remedio que en tu solicitud de Madre de los hombres no te cansas de idear prodigios para remediar nuestras muchas necesidades y que dejándote señalar en el humilde barro de una teja, recibes la veneración de estos hijos que en Ti confían, a cambio de los innumerables beneficios que les dispensas. Permite, Madre de bondad y ruega a tu Divino Hijo que se graben cada vez más en nuestra alma sus saludables ejemplos para que siguiendo las huellas de sus virtudes y estampándolas en el frágil barro de nuestra humana condición, la transformen y eleven a las alturas de la gracia para más tarde hacerla participar de los esplendores de la gloria. Amén.

MEDITACIÓN: 

DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

PUNTO 1º Contemplemos a María Santísima junto a la Cruz. Allí está de pie, con la fortaleza de un héroe. Todo la atormenta: la Cruz, consuelo del que sufre, es para ella el patíbulo donde está colgado su divino Hijo; la sangre de Jesús, de un valor infinito, la ve hollada, pisoteada y confundida con el polvo. Si dirige la vista al cielo se cruza con la mirada moribunda de su Hijo, si mira a la tierra ve la actitud airada de sus verdugos y la ingratitud de los hombres para con Dios. 

Míranos a nosotros, Virgen mía, míranos a nosotros que somos tus hijos, engéndranos con la fuerza de tus dolores y tu mirada de piedad penetre en nuestra alma pecadora y quede contrita y arrepentida de sus culpas.

(Breve silencio meditativo)

PUNTO 2º  María fue constituida en la Cruz por Madre de todos los hombres. Si para Ella fue desventaja grande cambiar al Creador por la criatura, al Maestro por el discípulo, al Justo por los pecadores, nosotros recibimos con ello una prueba inefable de las fuerzas de Jesús. ¿Quién puede medir el valor de una Madre? Y si además de ser Madre nuestra es Madre de Dios, revestida de todo poder sobre el cielo y sobre la tierra, y enriquecida con los tesoros de todas las gracias, ¡ah, cómo pondrá en sus manos el caudal inagotable de sus gracias y lo derramará en provecho de sus hijos! 

Y para más obligarla le decimos: «Muestra que eres Madre» pues Ella cumple con largueza el ministerio de su maternidad. ¡Cuán al contrario tendríamos que responder nosotros si Ella nos dijera a su vez: «Muestra que eres hijo»!

(Breve silencio meditativo)

 

ORACIÓN PROPIA DEL DÍA SÉPTIMO

Virgen dolorosísima, amargada con el cáliz de los dolores en la pasión de tu querido Hijo Jesús, que llegaste a sufrir verdaderas ansias de muerte y que mil veces la hubieras preferido antes de ver a tu Hijo expirar en la Cruz por los pecados de los hombres; permite, Virgen Santísima que te acompañe en tus dolores detestando mi mala vida, arrepintiéndome de mis culpas que son la causas de tus padecimientos; y seas Tú el remedio de mi alma atribulada por el dolor de la contrición; y pueda yo de esta manera mitigar los sufrimientos de Jesucristo y endulzar tu corazón de las hieles que lo amargan, para que, en recompensa, me alcance la santa perseverancia hasta la hora de mi muerte, y expire en tus benditos brazos, acompañado de Jesús que me reciba en la gloria por toda la eternidad. Amén.

PÍDASE LA GRACIA QUE DESEEMOS ALCANZAR

(Tres Avemarías)

                  ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen Santísima del Remedio, salud de los enfermos, consuelo de los afligidos y amparo de los que te invocan, no podemos alejarnos de tu presencia sin que antes recordemos con gratitud los beneficios recibidos de tus manos. Tú vienes a nuestras casas cuando la enfermedad hace presa en alguno de nuestros miembros y al momento renace la tranquilidad y se despeja el horizonte de nuestras esperanzas. A Ti acudimos cuando la barquilla de nuestra fe amenaza naufragar en los escollos del mar proceloso de las pasiones, y eres faro esplendente que le señala el norte de la virtud y brisa suave que le alienta para arribar al puerto de la gloria. Tú eres la compañera inseparable de esta Comunidad que te guarda y venera como su tesoro. Tú eres el paño de lágrimas que enjuga las de todos los hijos de este pueblo que en Ti ponen su confianza; Tú resuelves nuestras dudas; Tú alivias nuestras penas; y con el mismo afán con que fijamos nuestros ojos en el barro de esa teja que has elegido como trono de tus bondades para venerar impresa tu sagrada imagen, recorremos uno por uno tus inmensos beneficios y los fijamos en las fibras de nuestro corazón para agradecerlos dignamente y, por tu mediación, reconocer al Dador de todo bien, Cristo Jesús, a quien sea dado todo honor y toda gloria en los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO A LA VIRGEN DE LA TEJA

Letra y música: Ángel de Toro, Pbro.

(Se puede escuchar en YouTube)

Desde la tierra que nos engendra,

junto a la vida que Dios me dio,

he recibido por Madre tierna

la misma Madre del Redentor.

 

Busca el amparo bajo la Teja,

que nos protege como al Señor.

¡Qué bien me acuna!, ¡qué bien me mece!

la misma Madre que al Salvador.

 

Ella me guarda bajo su manto,

y me conserva en el corazón.

Ella me cubre cual dulce Teja

de frío y lluvia de mal y sol.

 

En un convento de pobres Claras,

quiso María grabar un don,

sin moldearlo en barro cocido

para que crezca como el amor.

 

Sienta la Tierra dócil y limpia,

los mismos dedos del Creador.

Sienta mi alma la dulce dicha

de Nazaret en la Anunciación.

 

Ella me guarda bajo su manto,

y me conserva en el corazón.

Ella me cubre cual dulce Teja

de frío y lluvia de mal y sol.

 

El día 20 será una jornada mariana, dedicada a Nuestra Señora de la Teja

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