Posiblemente estamos ante la advocación mariana más bíblica que existe en todo el mundo. Ella, la Madre de la Palabra, ha escogido el "BARRO de la TIERRA" para manifestarse y enseñarnos el contenido espiritual, metafórico de "TIERRA". Ella, formada tambíén de nuestro "barro". La idea de "Tierra" (en sus diversos significados) recorre la Sagrada Escritura desde el Génesis al Apocalipsis, pasando por los Salmos, Cantar, Profetas... También la hallamos en las Parábolas de Jesús y las cartas de San Pablo. La Biblia está cuajada de alusiones a LA TIERRA. María ha escogido el BARRO de la tierra para manifestarse y ENSEÑARNOS,
recordándonos nuestros orígenes: El hombre fue formado del barro de la tierra. El sentido de nuestra vida: un peregrinar hacia el Paraiso, "Tierra Prometida". Nuestro destino: Nuestro "barro" será divinizado. Porque Cristo lo asumió con su Encarnación. Con su muerte y resurrección nos ha hecho partícipes de su naturaleza divina.
"Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo. Ábrase la TIERRA y brote la salvación, y con ella germine la justicia"
(Is. 45, 8)"El Salvador del mundo aparecerá como el Sol naciente, y como la lluvia que empapa LA TIERRA descenderá al seno de la Virgen"
(Ant. Laudes 19 de Diciembre)
"La Verdad brota de la Tierra: la carne de María" (San Agustín. Liturgia del 24 de diciembre)
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