SOLEMNIDAD DE SANTA CLARA
Ayer tuvimos una gran celebración llena de emoción y agradecimiento por ser el día 11 de agosto cuando santa Clara pasó de este mundo al Padre.
Para quien no pudo asistir, publicamos esta pequeña reseña
con fotografías de la misma.
A las ocho y media de la tarde comenzó la misa presidida por
el padre Dieudoné Bouna, sacerdote de Burkina Faso que ahora está en la diócesis de
Albacete. Concelebró con él el P. Yury Vinnyk, sacerdote ucraniano de rito
oriental.
La monición y las lecturas las hicieron varios miembros de la OFS de Villarrobledo.
MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos, hoy es un día muy grande para la Iglesia, para la
Orden Franciscana y esta comunidad de hermanas, pues celebramos la solemnidad
de santa Clara de Asís, que fue fundadora de las clarisas en siglo XIII.
La Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, es la más numerosa de toda la Iglesia y tiene monasterios por todo el mundo.
Clara se llamó a sí misma “plantita del seráfico padre
Francisco” y escribió la primera Regla para mujeres aprobada por la Sede
apostólica.
El día 11 de agosto la Virgen María, junto con su Hijo y un
cortejo de vírgenes, vinieron a recoger el alma de santa Clara para llevársela
al cielo.
La pobre y humilde sierva de Dios avanzó segura y gozosa por
esta vida, sabiéndose siempre en las manos del Padre de las misericordias.
Igual que Francisco fue llamado Alter Chistus, Clara fue
llamada Altera María, impronta de la madre de Dios.
Las hijas de Clara han sido bendecidas en Villarrobledo con
un prodigio mariano que alberga esta iglesia: la Virgen de la Teja. No podemos
olvidar este prodigio y agradecerlo de todo corazón a Dios.
A ella nos encomendamos para que podamos vivir, desde la fe,
los acontecimientos de cada día, sabiendo que el Señor está siempre con
nosotros.
Con inmenso gozo y agradecido corazón comencemos esta
eucaristía.
PRIMERA LECTURA: Oseas 2, 14-20
SALMO 44: Llega el Esposo, salid a recibir a Cristo, el Señor.
SEGUNDA LECTURA: 2ª Corintios 4, 6-18
EVANGELIO: Juan 15, 4-10
HOMILÍA
El hombre, esta criatura débil que soy yo, sabe, desde su
instinto y su razón, que, para hacer algo, necesita también apoyarse en algo. O
mejor: en "alguien". Desde la pragmática filosofía popular se nos ha
dicho: "Al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija".
Y la propia experiencia, al descubrirnos la limitación de nuestras fuerzas, nos demuestra que necesitamos ayuda: apoyarnos, cobijarnos, entroncarnos, injertarnos...
De esto nos habla Jesús hoy en la fiesta de Santa Clara:
"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. Como el sarmiento no puede dar
fruto por sí, si no permanece unido a la vid, así vosotros, si no permanecéis
en mí".
De "unión con Cristo" se trata, pues, amigos. De
una unión que puede tener, escalonadamente, diferentes grados.
1.° Unión de tipo intelectual. Nos gusta la doctrina del
Señor. Y su pensamiento. Hay muchos que se han acercado a Él por la belleza de
su evangelio, por la coherencia de su mensaje, por la grandeza de su doctrina
sobre el amor. Sí, existe la atracción del pensamiento intelectual. Ilustres
escritores han pasado por el mundo suscitando ilusión y nos han enganchado con
el núcleo de su doctrina o la garra de su expresión. Dicen que la Biblia en
general, y los evangelios en particular, son el libro más vendido. Son muchos,
por tanto, los unidos a Dios, y a Cristo, por este vínculo intelectual. Pero
tengo para mí, Señor, que, cuando tú dices: "permaneced en mí", no te
contentas con esta adhesión meramente doctrinal. De no sé qué escritor francés
leí que había escrito páginas bellísimas sobre la eucaristía; pero que "no
comulgaba".
2.° Unión de la voluntad y el amor. Hay personas que se hacen
amar. Y hay vicisitudes y contingencias en la vida de algunos seres que nos
impulsan a quererlos. Así, dar un "pésame" o una
"felicitación" pueden ser ya diferentes maneras de estar junto a las
personas. Hoy está de moda la palabra "solidaridad". Y de verdad que
existen seres con los que hay que solidarizarse, aunque no sea nada más que por
lo duramente que les ha tratado la vida.
3.° Pero el "permaneced en mí" de Jesús se refiere
a una unión más honda y profunda. Es lo que vivió Santa Clara. Es una unión
interior, vitalista, que pone en marcha toda la teoría de los vasos
comunicantes. Unos vasos comunicantes que ponen en circulación, desde "la
vid", que es Jesús, hasta "los sarmientos", que somos nosotros,
esa realidad espiritual, transformante y divina que llamamos "gracia"
y que nos capacita para producir "frutos de vida".
Es una unión que comprende en sí las otras uniones: la del
pensamiento, por la que aceptamos "la Palabra"; la de la voluntad,
por la que amamos a alguien al cual llamamos "Corazón de Jesús, muy digno
de ser amado", y ésta de la "savia interior que nos une a la
vid" y que nos proporciona el agua de la verdadera fuente. San Pablo
estaba tan conmovido con este misterio de nuestra inserción en Cristo, que, al
explicarlo, agota todas las imágenes: "vestirnos de Cristo",
"Vivir en Cristo", "comulgar con Cristo", "injertarnos
en Cristo", "ser Cristo", "estar en Cristo...". Y no
contento, se pone a decirnos que "somos un cuerpo, en el que El es la
cabeza y nosotros los miembros". Y, rizando el rizo, todavía añade:
"Vivo yo, pero no yo, sino Cristo en mí". Resumiendo: "Sin El,
¡nada!".
Pues, que la intercesión de santa Clara nos obtenga la gracia
de permanecer en Cristo, verdadera vid, para seguir dando frutos. ¡Amén!
PRECES
-
Por
la Iglesia santa de Dios, para que sea humilde en sus vírgenes, inocente en los
niños, pura en sus jóvenes y santa en los esposos. Roguemos al Señor.
- Por las religiosas clarisas, para que sirvan al Señor en pobreza y humildad, mientras caminan como peregrinas y advenedizas en este mundo hacia la tierra de los vivientes. Roguemos al Señor.
-
Por
todos los que buscan al Señor con corazón sincero, para que encontrándole, le
sirvan con alegría y transmitan su amor a los hermanos. Roguemos al Señor.
-
Por
todos los que sufren sin esperanza, por los que buscan sin tener fe, por los
que aman a Dios sin saberlo, para que el ejemplo de los cristianos y la oración
de las religiosas los acerque a la Verdad y a la Vida. Roguemos al Señor.
-
Por
todos los que piden la oración de esta comunidad de clarisas y se encomiendan a
la Virgen de la Teja, para que sean atendidos en sus necesidades. Roguemos al
Señor.
-
Por
todos nosotros, para que esta Eucaristía sea siempre el alimento de nuestra
vida cristiana y nuestra defensa en todo peligro. Roguemos al Señor.
Finalizada la Eucaristía se dio a besar la reliquia de nuestra madre santa Clara.
Cantó el coro de nuestra comunidad de Hermanas Pobres de
Santa Clara de Villarrobledo
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