UN DÍA 5 DE FEBRERO
Hoy a las 9:30 de la mañana sonó con insistencia el timbre.
Era un hombre mayor que venía en taxi desde Valencia a dar las gracias a la
Virgen de la Teja.
Él no tiene teléfono ni usa de las redes sociales. Un
sencillo y emotivo testimonio que transcribimos en nuestro blog.
“Mi nombre es Juan Sánchez de Paco. El día 3 de febrero del
año 2017 las clarisas de Gandía, donde vivía por entonces, me dieron unas
estampas y hojas informativas de la Virgen de la Teja. El día 5 era domingo y a
las cuatro y veinticinco iba yo por la calle Avenida del Grao, pasando por una
casa muy antigua, cayeron varias placas de uralita delante de mí. Fue algo
terrible, eran unas placas muy grandes, da miedo solamente pensarlo, por muy
poco me cae una en la cabeza. Estaba haciendo mucho aire esos días.
Siempre que paso por esa casa me paro a dar gracias a la Virgen, pues asocié lo que me pasó a las estampas que recibí de las clarisas el día 3 de febrero.
Aquel domingo del año 2017 yo volví a nacer gracias a la
Santísima Virgen de la Teja que me libró de un accidente mortal. Así lo sentí y
así lo sigo sintiendo.
Hoy, día 5 de febrero, vengo a las clarisas de Villarrobledo
para dar gracias a la Virgen de la Teja y a pedir por mi salud, que no tengan
que operarme del corazón.
Estoy muy agradecido a la Virgen de la Teja.
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