COMIENZA LA CUARESMA
Es un tiempo litúrgico que nos prepara para la Pascua, el
paso a través de la cruz a una vida nueva. Este paso lo dio Cristo hace más de
dos mil años y ahora nos toca a cada uno de nosotros darlo, unidos a Él. La
consigna para estos cuarenta días es la “metanoia”, el cambio de mentalidad,
para que el “hombre viejo” que llevamos dentro de nosotros vaya cediendo paso
al “hombre nuevo” que vive según los criterios del Evangelio.
La Cuaresma que vamos a vivir este año 2024 es única e
irrepetible. Dios nos va a hablar por medio de su Palabra y tenemos que estar
atentos para escuchar su voz.
Hoy, Miércoles de Ceniza, la Liturgia nos ofrece textos muy
bonitos para llevar a la oración.
La primera lectura del Oficio, Isaías 58, 1-12:
“El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará
tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado”. Es nuestra
sed y nuestra hambre de Dios la que van a ser saciadas y nuestro ser estará
esponjoso como un huerto bien regado con el Agua Viva del Espíritu Santo.
La segunda lectura de san Clemente I, papa, comenta este
pasaje de la Escritura:
“Si os convertís a mí de todo corazón y decis “Padre” os escucharé
como a mi Pueblo Santo”.
La conversión consiste en volverse con confianza a Dios y
llamarle “Padre” y vivir como hijo suyo. Dios lo que más anhela y desea de cada
uno de nosotros es que le llamemos “Padre” con amor.
¡Es algo estremecedor la gran ternura de Dios para con nosotros!
La lectura de laudes, Deuteronomio 7, 6. 8-9, nos recuerda
que hemos sido elegidos y rescatados de la esclavitud:
“El Señor, tu Dios, TE ELIGIÓ, para que fueras entre todos
los pueblos de la tierra el pueblo de SU PROPIEDAD. POR PURO AMOR os rescató de
la esclavitud de Egipto”.
Si hemos sido rescatados de la esclavitud, ¿por qué seguimos
viviendo como esclavos de vicios y pecados?
La Oración Colecta del día:
“Señor, FORTALÉCENOS con tu auxilio al empezar la Cuaresma
para que NOS MANTENGAMOS EN ESPÍRITU DE CONVERSIÓN. Que la austeridad
penitencial de estos días, nos ayude en EL COMBATE CRISTIANO CONTRA LAS FUERZAS
DEL MAL”
En la Primera Lectura de la misa Joel 2, 12-18, el profeta
llama al pueblo de Israel a una jornada de penitencia. Les urge a que se
conviertan de su mal y se pongan con decisión en la línea del seguimiento de
Dios. Esto sucedía cuatro siglos antes
de Cristo. La conversión tiene que ser interior: VOLVERSE DE CORAZÓN A DIOS,
BUSCAR SINCERAMENTE SU VOLUNTAD Y CUMPLIRLA.
Hoy es un día propicio para rezar despacio varias veces al
salmo 50 completo y pedir a Dios que tenga misericordia, que nos dé un corazón
puro y un nuevo espíritu.
En la Segunda Lectura, 2ª Corintios 5, 20-6,2, san Pablo nos
dice hoy a cada uno de nosotros:
“AHORA ES TIEMPO DE GRACIA, ahora es día de salvación, dejaos
reconciliar con Dios” por medio del sacramento de la Reconciliación.
En el Evangelio de hoy, Mateo 6, 1-6; 16-18, Jesús enseña a sus
discípulos un estilo de vida que abarcan tres direcciones de la persona:
ORACIÓN: No tienes que orar para que te vea la gente. “Entra
en tu cuarto y en lo escondido reza a Dios”
LIMOSNA: Cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo
que hace tu derecha.
AYUNO: Cuando ayunéis no pongáis mala cara, perfúmate la
cabeza, para que el ayuno solo lo vea tu Padre que está en los cielos.
En la homilía, el padre Daniel Galindo, nos ha dado estas
ideas:
Tendemos a centrarnos en nosotros mismos. Este tiempo de
Cuaresma es propicio para volver la mirada a Dios y salir de nosotros mismos.
El CENTRO DE NUESTRA VIDA DEBE SER DIOS.
Dios nos ama a cada uno como somos, acojamos su amor y su
misericordia. Dejémonos reconciliar con Él.
Vivamos con intensidad este tiempo de Cuaresma con la mirada
fija en Dios.