CON EL NOMBRE DE SOR ROSARIO DEL DIVINO NIÑO
Ayer,
festividad de Nuestra Señora del Rosario, fue un día muy hermoso, de mucha
celebración para esta comunidad de hermanas clarisas de Villarrobledo.
Por la mañana ya empezamos a festejar a nuestra hermana, que iniciaría por la tarde su noviciado como clarisa.
Por la tarde, ya se vistió con su traje de novia para la ceremonia. Bárbara rebosaba felicidad y alegría, como toda novia el día de la boda con la persona que más quiere.
A las cinco y media comenzó la santa misa presidida por D. Pedro González Rodenas, párroco de Santa María, concelebrada por el P. Yury Vinynk.
Y acolitada por D. Erik Arnoldo que la próxima semana será ordenado diácono por el obispo de Albacete y dos monaguillos.
Los
cantos corrieron a cargo del coro de la Parroquia de San Blas.
También cantamos nosotras algunas partes de la misa.
Ofrecemos una síntesis de lo que fue la celebración para las personas que se hicieron presentes desde la distancia.
MONICIÓN DE ENTRADA
PAZ
Y BIEN. Nos hemos reunido en este templo para celebrar la Santa Misa.
Hoy,
día 7 de octubre (primer sábado de mes) es la víspera del domingo 27 del tiempo
ordinario, y también la fiesta de nuestra Señora del Rosario.
Esta fecha ha escogido nuestra hermana Bárbara
Yesenia, una joven de 24 años, para vestir el santo hábito franciscano en la
orden de santa Clara, tomando el nombre de sor Rosario del Divino Niño.
Las
clarisas de nuestro pueblo y toda la Iglesia se alegra por esta hermana que ha
decidido en su corazón entregar su vida al mejor de los esposos: Nuestro Señor
Jesucristo.
Seremos
testigos del despojo de su vestido de novia para vestirse del Señor Jesucristo
con un hábito de penitencia.
Demos
gracias a Dios porque sigue suscitando vocaciones sacerdotales y religiosas
para bien de su iglesia.
Aunque
era víspera del domingo, las lecturas fueron escogidas por la novicia.
PRIMERA LECTURA
Génesis 12, 1-4. Abraham, sal de tu tierra a la tierra que yo te mostraré.
SALMO 39
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
EVANGELIO
Lucas 1, 26 ss. La Anunciación, el sí de María.
Finalizado
el Evangelio todos se sientan
1ª Lectora: "Has hallado un tesoro incomparable: Jesucristo"
2ª Lectora: Pocos secretos han sido tan celosamente custodiados. Aquella noche Clara no se acostó. Sin que nadie adivinara la causa, quiso engalanarse con el traje más vistoso de su ajuar. Clara se cubrió de encajes, brazaletes y las joyas más lucientes. Parecía una novia de estirpe real en el día de su boda. A media noche sale de casa, de puntillas, casi sin tocar el suelo y se dirige a la salida. La perta secreta está obstruida. Cualquiera se hubiera desalentado al instante. El corazón y el pensamiento de Clara escondían un nombre: Cristo. ¡Él era su fuerza y energía indomable! Sabe que ahora o nunca se le abrirá la puerta hacia la suprema libertad. Camina sin miedo, con la alegre audacia de los enamorados. El cielo de Clara está lleno de estrellas que le gritan las palabras del salmo: “Adelante, no temas. El Señor es tu Pastor. Nada te faltará"
1ª Lectora: "Hubieras podido gozar más que nadie de las pompas mundanas. Con enamorado corazón lo has rechazado todo y has abrazado al más noble esposo: Jesucristo. Él te guardará y te cuidará.
2ª Lectora: Como
una sombra veloz, Clara se desliza por las calles silenciosas. Sabe muy bien
donde va. Allá abajo, en el valle, en la pequeña Iglesia de Santa María de los
Ángeles, los hermanos habían rezado durante toda la noche.
Francisco
les repetía: 'Pronto llegará. Clara llegará. Clara lleva suficiente fuego en el
corazón como para quemar todos los obstáculos. Cuando una mujer se enamora de
Jesucristo no hay fuerzas que le cierren el paso, ni fronteras que le
detengan".
Clara
divisó unas luces. Eran Francisco y los hermanos que habían tomado unos leños
secos del bosque a modo de antorchas. En medio de dos filas las luces tenues
sobre el fondo oscuro de media noche, la clara figura avanzó entre cánticos de
alegría.
Nunca
en la historia se vio semejante cortejo nupcial. Francisco se adelantó:
"Hermana Clara, es una noche de Bodas. Todo está preparado. El Esposo es
Cristo, el celebrante Santa María; y los Hermanos los testigos.
Clara
avanza hasta el altar de la ermita, se arrodilla delante de la Virgen y se hace
oración: "El único Esposo y Amor de mi vida es y será siempre Jesucristo.
Deseo ser Esposa del Rey Inmortal"
RITO DEL NOVICIADO EN LA ORDEN
DE SANTA CLARA
La Abadesa sentada en el centro y la postulante de rodillas ante ella.
Abadesa: Querida
hija, ¿qué pides?
Postulante: Pido
que me permitáis experimentar vuestra vida
religiosa, y me enseñéis a contemplar con
sencillez a Cristo pobre y crucificado; a seguirlo de modo especial por la práctica de la caridad, la pobreza y la humildad; a imitarlo y mostrarlo entregado a la contemplación en el monte en soledad, silencio y clausura; y a permanecer de continuo en la presencia del Señor, pidiéndole
por las necesidades de la Iglesia y de todos
los hombres. Pido que me enseñéis y me
ayudéis a conocer cada vez mejor la Regla de
santa Clara, para que se me conceda vivir
más perfectamente según el Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo; que me trasmitáis
el espíritu franciscano y exijáis formar con
esta Fraternidad un solo corazón y una sola
alma.
Abadesa: Dios, Padre
de las Misericordias, te ayude con su Amor, Jesucristo
te ilumine con su Palabra, y el Espíritu te colme con sus gracias.
Todos: Amén.
Abadesa: De ti,
Señor, nace toda vocación religiosa, escucha
las súplicas de tu hija Rosario del Divino Niño que
desea ser agregada a nuestra familia, para
servirte con más fidelidad según el espíritu
de nuestra Madre santa Clara; que nuestra
vida de Comunidad sea para ella expresión
del amor fraterno y sepamos ayudarla en sus
santos propósitos.
Todos: Amén
LECTURA HAGIOGRÁFICA
(Leída por la postulante)
De la segunda carta de santa Clara a santa Inés de Praga.
Sólo
una cosa es necesaria, y esto único es lo que protesto y aconsejo, por el Amor
de Aquél a quien te ofrendaste como hostia santa y agradable; que, recordando
como otra Raquel tu propósito, y mirando siempre tu punto de partida, retengas
lo que tienes, hagas lo que haces, y jamás cejes. Con andar apresurado, con
paso ligero, sin que tropiecen tus pies ni aun se te pegue el polvo del camino,
recorre la senda de la felicidad, segura, gozosa y expedita...abraza como
virgen pobre a Cristo pobre. Míralo hecho despreciable por ti, y síguelo, hecha
tú despreciable por Él en este mundo...observa, considera, contempla, con el
anhelo de imitarle, a tu Esposo, el más bello entre los hijos de los hombres,
hecho por tu salvación el más vil de los varones: despreciado, golpeado y
azotado de mil formas en todo su cuerpo, muriendo entre las atroces angustias
de la cruz.
Porque
si sufres con Él, reinarás con Él; si con Él lloras, con Él gozarás; si mueres
con Él en la cruz de la tribulación, poseerás las moradas eternas en el
esplendor de los santos, y tu nombre, inscrito en el libro de la vida, será
glorioso entre los hombres. Y así obtendrás para siempre, por los siglos de los
siglos, la gloria del reino celestial en lugar de los honores terrenos y
transitorios, participarás de los bienes eternos a cambio de los perecederos, y
vivirás por los siglos de los siglos.
En
alabanza de Cristo y sus siervos Francisco y Clara.
Todos: Amén.
HOMILÍA
En
la homilía don Pedro ha comparado la vida escondida claustral a la vida de
intimidad de un esposo con su esposa. La vida de intimidad con Dios exige el
ocultamiento, ese es el significado de la clausura. Por eso el rito del
noviciado se ha realizado dentro de la clausura, para significar esa intimidad
que la contemplativa debe tener con su esposo. En la vida real pasa igual. Los
esposos en su intimidad viven solos, alejados de las miradas de los demás.
Ella
está vestida de novia porque se ha ofrecido a Dios, y Dios la toma como esposa,
como un signo visible, Dios la cubre con el hábito, signo de unidad con las
hermanas y humildad. El hábito nos configura con Jesús pobre y humilde.
El
tomar el hábito es también un signo de dedicación y consagración a Dios. Nos
ocultamos para que sea Dios el que resplandezca en nuestra vida.
De
este amor suje una gran fecundidad para la Iglesia, pues la oración nunca se
pierde.
BENDICIÓN DEL HÁBITO
Oh Dios, que por Jesucristo, nuestro Señor, llamas a los hombres a la verdadera conversión; derrama tu bendición sobre éste hábito de penitencia que tu hija NN desea llevar en la vida religiosa, y concédele propicio que, despojándose del hombre viejo a imitación de Clara y Francisco, se prepare para la consagración religiosa a la que se siente llamada. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén
VESTICIÓN
El sacerdote pronuncia a siguiente oración:
ORACIÓN
Padre
bueno y clemente, escucha la humilde oración que te dirigimos por esta Hermana
nuestra Hija tuya, Rosario del Divino Niño, a la que vamos a imponer en tu nombre el
hábito de Clarisa. Infunde tu espíritu en su corazón, para que a imitación de
Cristo y su Santísima Madre, sea fiel
siempre a tu amor y guarde en pureza y simplicidad el espíritu de la santa
oración y la fraterna caridad. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Abadesa: El Señor te
ayude a despojarte de ti misma para revestirte de Cristo
Novicia: El Señor es
mi herencia. En tus manos, Señor, encomiendo mi vida.
1ª Lectora: "Abrázate
virgen pobre, a Cristo pobre"
2ª Lectora: Aún no había acabado todo. Francisco le habla de algo muy importante. De su Esposo, Jesucristo, que es un Rey pobre y crucificado. Una verdadera donación a Cristo no puede realizarse más que en una renuncia a todo por Amor. Clara suspira por este abandono. No quiere poseer nada. Si Él vivió pobre por amor y murió en una cruz ¿qué va a desear Clara? ...Correr su misma suerte. Delante de Cristo pobre y crucificado se da toda entera, sin reservas. Sin titubeos, con una extraordinaria serenidad se despojó de sus joyas.
La
postulante se despoja de sus ornatos
1ª Lectora: "Experimentarás
la dulzura secreta que el Señor reserva a los que le aman"
2ª Lectora: Ante
la firmeza de Clara, Francisco sin mediar palabra, va a realizar el signo de su
consagración. El Hermano tomó unas toscas tijeras, se aproximó a la desposada;
tomó unos mechones de cabello y les dio un corte. Lo hacía con delicadeza"
casi con reverencia. Cada manojo cortado lo depositaba sobre el altar. Clara
repetía: Padre, me pongo en tus manos. Acepta la ofrenda de mi vida.
Con
este signo Francisco y sus Hermanos acogieron a Clara en nombre de la Iglesia.
1ª Lectora: "Avanza confiada y gozosa por la senda de la bienaventuranza. Ama del todo a Aquel que del todo se entregó por tu amor".
2ª Lectora: Francisco
no tenía otro atuendo más que un hábito raído y con júbilo radiante colocó en
el cuerpo de la desposada un sayo de paño marrón del color pobre de la tierra,
en forma de cruz; un cordón para ceñirle a su Amado: 'Sólo a Cristo pertenece'.
Sus pies desnudos de ahora en adelante sólo se vestirán con sandalias para que
nada le detenga. Por último, el Hermano coloca un velo sobre su cabeza: Cristo
esté en tus pensamientos, en tus palabras...Cristo vive en ti, Hermana Clara.
Abadesa: Recibe, hermana, el hábito de penitencia de Santa Clara, hecho a imagen de la Cruz. El Señor te revista de la nueva criatura, renacida según Dios llamada a la santidad y al amor. Todos: Amén.
1ª Lectora: Mira a Cristo, contémplale. Arde en deseos de imitarle. Si sufres con Él, si con Él lloras, con Él gozas
2ª Lectora: Para Clara y sus Hermanas vida contemplativa y dar la vida por todos los hombres es una misma cosa. Desde el silencio del Claustro abrazan al mundo entero. Se retiran del mundo para servirlo mejor. Se convierten en misioneras de la oración. Una contemplación orante será la esencia de su vida.
La madre entrega
del libro de la Liturgia de las Horas
1ª Lectora: El Señor me inspiró que debía vivir según la forma del Santo Evangelio
2ª Lectora: Clara
muchos años después de su Desposorio consiguió que el Señor Papa le aprobase la
Forma de Vida llevada en San Damián. Legó a sus Hijas el más alto testimonio de
su espiritualidad y la Iglesia bendijo su fidelidad al Evangelio y al
pobrecillo Francisco.
La Abadesa:
Recibe, querida hermana, el libro de la Regla y de las Constituciones de
nuestra Orden, para que, leyéndolo y meditándolo, puedas comprender y penetrar
nuestro modo de vivir el Evangelio, según la divina inspiración recibida por
Santa Clara y aprobada por la Iglesia.
la divina inspiración recibida por Santa Clara y aprobada por la Iglesia.
1ª Lectora: "Gracias,
Señor, porque me creaste y porque me has dado Hermanas"
BENDICIÓN DE SANTA CLARA
La madre bendice a la novicia con la misma bendición que santa Clara dejó para sus hijas presentes y futuras.
Abadesa: Sor Rosario,
ya has iniciado el Noviciado en nuestra Comunidad. Te encomiendo, en nombre de
todas las Hermanas a sor Juana, ella se encargará de ayudarte a hacer realidad
lo que al principio de esta ceremonia nos has pedido. Ella te iniciará en la
vida religiosa y será para ti apoyo y ayuda. Todas las Hermanas nos sentimos
llenas de gozo al recibirte, con nuestro abrazo te aceptamos y manifestamos
nuestro deseo de ayudarte en la vivencia de tu vocación.
Con
un abrazo se acoge a la novicia, mientras se entona un canto
Finalizado el rito, los fieles leen LAS PRECES:
Por la Santa Iglesia de Dios, para que enriquecida con las virtudes de sus hijos, resplandezca como esposa engalanada ante Cristo.
Por la paz del mundo, por la unidad de nuestra nación, por nuestros gobernantes y la familia real.
Por
los religiosos, para que según las exigencias de su propia vocación perseveren
fieles en el seguimiento de Cristo.
Por todos los jóvenes, para que estén atentos a la palabra de Dios y dóciles a las inspiraciones del Espíritu, respondiendo generosamente a la llamada divina.
Por sor Rosario del Divino Niño, que inicia hoy su vida religiosa, para que imitando a santa Clara pobre y humilde, crezca en el amor a Cristo y a los hermanos.
Por nuestra Hermana Rosario, para que se mantenga constante en el camino emprendido, perseverante en la oración y contemplación y alegre en la penitencia.
Por
todos los que se encomiendan a la oración de la comunidad y piden la
intercesión de la Virgen de la Teja.
Por todos los aquí reunidos: para que siendo imitadores de Francisco y Clara de Asís, trabajemos por la fraternidad humana.
Después de las preces se inicia la procesión de ofrendas.
Unas niñas presentaron el pan y el vino y un ramo de flores.
Y continuó la Eucaristía.
Siendo primer sábado de mes y fiesta de la Virgen del Rosario, se acabó con un bonito canto a la Virgen donde se hace mención a los misterios del Rosario
Nuestra Señora de la Teja, prodigio mariano que custodiamos las clarisas de Villarrobledo
Finalizada la misa, los asistentes pasaron al locutorio a tomar una merienda preparada por las monjas, mientras felicitaban a la novicia.
¡¡TODO
SEA PARA LA ALABANZA Y GLORIA DE DIOS!!
Enhorabuena Sor Rosario por formar parte de la gran comunidad de hermanas Clarisas. Todo salió
ResponderEliminarperfecto. Paz y Bien.