MONUMENTO DE ADVIENTO
Ofrecemos esta explicación que nos ayudará a captar el
mensaje del monumento de Adviento que hemos puesto en nuestra iglesia.
El fondo oscuro
Simboliza la noche del pecado en la que se encuentra la
humanidad después del pecado original.
También la oscuridad de nuestra realidad social y personal.
Una figura blanca,
luminosa
En medio de esta noche resplandece en blanco la figura de la
Virgen María, la Inmaculada, sin mancha de pecado original.
Esta Mujer es un motivo de esperanza en medio de esas sombras
que envuelven nuestra realidad social y personal.
Está coronada por doce estrellas. Es la Mujer de la que habla
el libro del Apocalipsis y nos recuerda la Victoria final del bien en la
batalla contra satanás.
Pesebre vacío
La Virgen de la esperanza, aguarda a que nazca su Hijo. Lleva
en su seno al que es su Dios y Creador.
Nos invita a volver la mirada a Dios que es fiel a sus
promesas.
“Dios se acuerda de su alianza eternamente, de la
palabra dada por mil generaciones” (Salmo 105, 8)
“Dios ha suscitado una fuerza de salvación en la casa
de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus
santos profetas” (Lucas 1, 69-70)
Esa “cuna” vacía está preparada para recibir al MESÍAS
prometido.
EL REY DE REYES NO DISPONE DE UNA CUNA, sino de un pesebre con
paja, donde comen los animales.
Arbusto
Junto a ella un arbusto nos recuerda las palabras del profeta
Isaías, anunciando el nacimiento del Mesías:
“Brotará un renuevo del tronco de Jesé, sobre Él se
posará el Espíritu del Señor” (Isaías 11, 1)
Esbelto
La sutileza del arbusto que se eleva hacia lo alto también
nos trae a la mente la profecía de Isaías:
“Aquel día la raíz de Jesé se erguirá como enseña de
los pueblos, la buscarán los gentiles y será gloriosa su morada” (Isaías 11, 10)
Se trata del Mesías Rey, prometido por Dios al pueblo de
Israel, el Esperado de todos los tiempos.
EL TEXTO
Sobre el fondo oscuro un mensaje de esperanza:
El Salvador
¿Tengo necesidad de salvación?
¿La pido? ¿la deseo? ¿la espero? ¿creo en ella?
Vendrá aquí
No hay duda. El Salvador vino hace más de 2000 años, pero
vendrá al altar cuando el sacerdote imponga sus manos sobre el pan y el vino
para que sean transformados en el Cuerpo y la Sangre del Salvador.
Y se hace presente en nuestra vida en los avatares diarios y
en las necesidades de nuestros prójimos.
4 velas
Simbolizan los cuatro domingos de Adviento, que nos preparan
a la venida del Salvador en Navidad.
La corona
Cada una de ellas tiene una corona de ramas naturales.
La corona verde nos recuerda el seno de la Virgen María. Ella
es la Esposa del Cantar de los Cantares a la que el Esposo llama “jardín
cerrado”.
A este jardín, que nos recuerda el Edén, donde fue colocado
Adán, viene el Verbo de Dios a tomar carne humana, el Nuevo Adán.
Los colores de la corona: verde y rojo simbolizan la
esperanza y el amor.
Cada domingo encendemos una luz y la hacemos nuestra. La vela
es signo de vigilia.
Nosotros esperamos en vela, con el corazón encendido por el amor, a que venga nuestro Salvador.
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