NOVENA A SAN FRANCISCO DE ASÍS
EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN
DÍA 3º
-Tú conoces mi corazón, Señor ten piedad.
- Tú sabes cómo es el fondo de mi alma, Cristo ten piedad.
- Tú eres mi camino y mi descanso, Señor ten piedad.
OREMOS A DIOS CON SAN FRANCISCO
Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de
mi corazón. Dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y
conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento.
REFLEXIÓN
PREDICACIÓN DEL
EVANGELIO Y APROBACIÓN DE SU REGLA
San Francisco recibe la aprobación de su Regla del Papa Inocencio III
San Francisco recibe la aprobación de su Regla del Papa Inocencio III
En una pequeña iglesia fue donde Francisco recibió
la revelación definitiva de su misión, probablemente el 24 de febrero de 1208, cuando
escuchó estas palabras del Evangelio:
“No llevéis monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni
se detengan a visitar a conocidos... (Lc., 10). Al escuchar este evangelio dijo:
Así, cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la predicación del Evangelio. Después de someterse a las burlas de quienes lo veían vestido con arapos, ahora su mensaje era escuchado con atención, y al contrario de otros grupos eréticos reformadores de la época, el suyo no era un mensaje en sintonía con la Santa Iglesia Católica.
"Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que deseo vivir con todo mi corazón"
Así, cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la predicación del Evangelio. Después de someterse a las burlas de quienes lo veían vestido con arapos, ahora su mensaje era escuchado con atención, y al contrario de otros grupos eréticos reformadores de la época, el suyo no era un mensaje en sintonía con la Santa Iglesia Católica.
En unos meses sus discípulos eran once: Bernardo di
Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico, Bárbaro, Sabatino, Bernardo Vigilante,
Juan de San Constanzo, Angelo Tancredo, Felipe y Giovanni de la Capella.
Bajo la pobreza que Francisco predicaba y pedía,
los frailes hacían sus labores diarias atendiendo leprosos, empleándose en
faenas humildes para los monasterios y casas particulares, y trabajando para
granjeros. Pero las necesidades cotidianas hacían la colecta de limosna
inevitable, labor que Francisco alentaba con alegría por haber elegido el
camino de la pobreza. Comenzó también la expansión del mensaje evangélico, y
para ello los estimuló a viajar de dos en dos.
Hacia abril o mayo de 1209, Francisco se decidió a
presentarse ante el papa Inocencio III, para que le aprobara la primera regla
de la Orden. Con ese fin, él y sus acompañantes emprendieron el viaje a Roma.
Fue bajo la intervención del obispo Guido de Asís
como pudo tener audiencia con el papa. Éste y ciertos cardenales objetaban el
programa franciscano por el peligro de crear otra organización nueva, debido a
los movimientos anticlericales de la época y a la falta de una mínima base
material de la orden; pero bajo la influencia del cardenal Juan de San Pablo y
su apoyo, Francisco pudo tener una nueva audiencia para que se considerara la
aprobación de su hermandad de pobres.
El papa por fin aprobó la regla verbalmente, al
convencerse de que la ayuda de un hombre como Francisco reforzaría la imagen de
la Iglesia con su prédica y su práctica del Evangelio. No se conoce el contenido
de esta primera regla.
Pídase la gracia que deseemos
alcanzar en esta novena
ACLAMACIONES
-Demos gracias a
Dios, nuestro Padre, porque por medio de san Francisco de Asís nos ha llamado a
vivir su verdad y su amor. (Padrenuestro…)
-Demos gracias a Dios, nuestro Padre, porque ha
querido que su mensaje salvador sea llevado a toda la tierra por medio de los
franciscanos. (Padrenuestro…)
-Demos gracias a Dios, nuestro Padre, porque quiere
que Francisco de Asís tenga cada día nuevos seguidores e imitadores. (Padrenuestro…)
Señor Jesús, nuestros deseos más íntimos te buscan
y te invocan. Nuestros anhelos más profundos te reclaman. Todos necesitamos de
ti: el enfermo, el sediento, el que busca la belleza, el que ansía la verdad,
el que se esfuerza por conseguir la paz… te está buscando a ti que eres la
saciedad y la belleza plena, la única paz donde pueden descansar nuestros
corazones.
Muéstranos tu rostro, Señor. Queremos hacer un
mundo mejor. Danos un corazón humilde como el de san Francisco para que
sembremos a nuestro alrededor la paz y el bien. Amén.
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