“El
Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres.”
Ayer, 17 de Mayo, fue
un día grande para nuestra Comunidad, pues vino el Sr. Obispo de la Diócesis,
D. Ciriaco Benavente, a celebrar la Eucaristía
de inauguración del 4ºCentenario de la Fundación de nuestro Monasterio.
Concelebraron ocho sacerdotes y
como acólitos un seminarista de Villarrobledo y un monaguillo.
El “Quercus Robur” cantó la misa de Perosi y el coro de la
Parroquia de San Blas colaboró también con el resto de los cantos cuya letra
era muy apropiada para la celebración. Resultó muy solemne y emocionante.
El Obispo, en la homilía, habló de los orígenes del
Monasterio. Después resaltó la importancia de la vida contemplativa para la
Iglesia. Algunas de sus palabras:
“¿Qué sentido tiene
hoy un Monasterio? El mundo está falto de alma y de esperanza, no de cosas.
Nada más humano ni humanizador que la gratuidad. Los contemplativos fueron
llamados por Dios a hacer una Comunidad basada en el amor. Teniendo todo en
común son anticipo y profecía de la Familia hacia la que nos encaminamos.
Valorad y agradeced
el servicio de estas hermanas. Su sonrisa limpia y transparente son una
bocanada de aire fresco en medio de los contratiempos de la vida.
Hermanas, sed luz.
Buscad incansablemente al amor, enseñadnos a unificar nuestro mundo interior,
pues UNA SOLA COSA ES NECESARIA.”
Antes del ofertorio
se presentó solemnemente la Regla con esta Monición:
“Vamos ahora a presentar solemnemente nuestra Regla, escrita por Santa Clara y aprobada por el Papa Inocencio IV.
Es nuestro modo
de vida, inspirado en el Evangelio.
Va acompañada por
cuatro lámparas de aceite, las cuales representan los cuatro siglos de oración
vividos por tantas hermanas que nos precedieron en esta santa Casa.
Como las flores,
que adornan y perfuman la Casa de Dios, las hijas de Santa Clara con su entrega
silenciosa han embellecido el rostro de la Santa Madre Iglesia.
Por último el
Obispo recibirá el Pan y Vino, que se transformarán en el Cuerpo y Sangre del
Señor”.
Después de la
Comunión la Madre hizo la siguiente
acción de gracias en nombre de la Comunidad:
“Ya han pasado casi 400 años de historia, Señor, desde aquél 12 de Mayo
de 1614, cuando aquellas 5 primeras clarisas iniciaron su andadura con la
dedicación e inauguración de este Monasterio de San Juan de la Penitencia.
¿Cómo agradecerte, Señor, tantos dones y beneficios
derramados en tus hijas día tras día, año tras año?
Estos muros centenarios son mudos testigos de la vida de
Dios, la vida de Gracia que se ha ido gestando en cada una de tus hijas
clarisas, que sin temor un día lo abandonaron todo para seguirte y entregarse a
ti como único Esposo.
La Eucaristía celebrada y la comunión realizada es el acto
sublime de agradecimiento.
Cantamos a ti en acción de gracias, confiadas cada día a tu
Providencia amorosa que siempre nos acompaña.
Como María te dijo un día “FÍAT”, aquí nos tienes hoy a
cada una de nosotras, tus 9 clarisas de Villarrobledo, para repetirte de
corazón nuestro “FIAT”.
HÁGASE EN NOSOTRAS SIEMPRE TU VOLUNTAD. AMÉN.
Las últimas palabras,
después de la bendición del Obispo fueron las de D. Vicente Girón Benavides y
Moragón. Un descendiente de los fundadores de nuestro Monasterio. Que ha sido
piloto de aviación durante 34 años. Su persona, hacía presente a sus
antepasados, D. Juan Cano Moragón y Dña Ana Ruíz de Palomera, que donaron toda
su hacienda para la Fundación de este Monasterio. Fue muy bonito poder contar
con su presencia.
El Quercus entonó el
Aleluya de Haendel para la despedida.
Una celebración que
duró casi hora y media, resultó corta. Todos los asistentes nos manifestaban su
alegría por haber participado en un acto tan solemne: “Nunca podremos olvidar
este día”. Todos nos daban la Enhorabuena.
Algunas de las hermanas después de la Eucaristía en el locutorio con el Obispo.
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