En el verano de 1995 yo estaba viviendo en U. S. A. y me había mudado con mi familia del estado de New Jersey al estado de North Carolina, pues la empresa para la que yo trabajaba en esos momentos se había cambiado de estado y la mayoría de los trabajadores nos fuimos con la empresa. Esto es algo muy común en Los Estados Unidos. El caso fue que a los 8 meses de estar allí, la empresa hizo recortes y me quedé sin trabajo. Mi esposa y yo estuvimos bastante deprimidos pues habíamos dejado todo atrás: familia y amigos. Además, estábamos sin medios para volver.
Fue
entonces cuando mi madre, que había venido desde España a Estados Unidos de
visita, me contó que mi tía Mildred se había quedado sin trabajo en Madrid y
que una señora le había regalado una estampa de la Virgen de la Teja y una
novena, que cuando la hacías te ayudaba a encontrar trabajo. Al principio yo
estaba un poco incrédulo y tenía mis dudas pero a pesar de todo llamé a mi tía
Mildred y le pedí que me la enviara. Ella se fue a Villarrobledo, me compró una
novena y me la envió con una estampa de la Virgen.
Cuando
la Virgen llegó a mí, yo llevaba varios meses trabajando en Sara Lee textil
(Hanes) una empresa que se dedicaba a ropa interior. Cargaba cajas de ropa. Yo
había terminado estudios de autocad y diseño de muebles ya que North Carolina era
un estado donde esa especialidad me sería de más ayuda para encontrar trabajo;
ya que es un estado donde la industria de los muebles es uno de los motores de
la economía. Pero a pesar de eso no encontraba trabajo. En cada entrevista me
decían que no tenía experiencia laboral en el medio. Patricia, mi mujer, me
dijo: “Si no te resuelve esta novena, nos volvemos a New Jersey aunque sea
caminando”; y créame que estábamos a punto de hacerlo.
Empecé
a hacer la novena y al 5º día me llamaron de BRAYTON INTERNATIONAL (una empresa
líder en la industria de muebles) para una entrevista. Cuando llegamos al
aparcamiento de la compañía, Patricia me dijo que por qué no hacía la novena de
ese día antes de entrar a la entrevista. Yo pensé que era buena idea y lo hice.
Cuando terminé la entrevista, la persona que me entrevistó me dijo que me
llamarían. Yo salí muy desilusionado pues ya era la entrevista número16 que
hacía en 20 días. Así que salí me monté en el coche y le dije a Patricia: “otra
vez lo mismo, yo creo que esto de la novena no funciona”. Ella me dijo: “hombre
de poca fe tienes que esperar”. Yo puse el coche en marcha, y cuando iba
saliendo del aparcamiento, oigo a alguien que me gritaba para que me detuviera.
Patricia me dice: “¡Para, para! que ese señor te llama. Cuando paro veo que era
el que me había hecho la entrevista y me pregunta si puedo empezar a trabajar
el próximo lunes. Yo me quedé de una pieza; no sabía qué decir. Como él vio que
yo no decía nada me dijo: “No te preocupes, te vamos a pagar el salario medio
aunque no tengas mucha experiencia, pero veo que tienes muchas ganas de
trabajar y sé que lo harás bien”. Ese señor era el jefe de producción de la
empresa y fue mi jefe por 12 años en los que hicimos una gran amistad hasta el
día de hoy.
Eso no
es muy común, al menos yo no conozco a nadie que la persona que lo entrevista
para un trabajo te corra detrás para darte el empleo, y mucho menos en los E.
U. que son mas fríos en todo y le hubiera bastado con hacerme una llamada para
citarme nuevamente. Pero el señor decidió hacerlo así. Años después le pregunté
por qué lo había hecho y él me respondió que no tenía una razón lógica, que
solamente lo pensó y lo hizo. Yo le dije: “creo que conozco la razón”. Y cuando
le conté me dijo: “Juan, yo soy pentecostal, pero si tu fe te dice eso, síguela
que te llevará lejos”.
En esa
misma época yo asistía a la Parroquia de Lady of Mercy (Nuestra Sra. De la
Merced) en la cuidad de Winston Salen N. C. donde no había misa en español. A
pesar del creciente número de hispanos, los americanos no querían que se hicieran
misas en castellano. Decían que por qué tenían que decir misa en un idioma que
ellos no entendían, que aquello no tenía sentido. Como eran mayoría y los que
más aportaban económicamente a la iglesia no había manera de hacer nada. La
misa en español la teníamos en un parque al lado de la iglesia. La realidad era
que ellos creían que se les llenaría la iglesia de mejicanos y eso no era muy
bien visto por ellos (para los estadounidenses, si hablas español eres
mejicano).
Por
entonces, había un diácono colombiano en la iglesia, que al igual que yo era
bilingüe e íbamos a la misa en inglés. Un día me dijo: “Juan, esa Virgen tuya,
que tanto tú pregonas ¿no nos puede echar una mano con lo de las misas?. Él me
lo dijo en broma, pero yo luego me lo pensé y en una reunión de la comisión de
apoyo que habíamos creado para luchar por la misa en español les dije a todos
de hacer la novena para pedirle a la Virgen por un milagrito. Éramos 12 en la
comisión, pero sólo 7 empezamos la novena y cuando la terminamos éramos 23
personas. A los quince días, ya teníamos NUESTRA PRIMERA MISA EN CASTELLANO
DENTRO DE LA IGLESIA. El Párroco (aunque era irlandés hablaba castellano
perfectamente y había logrado poner una imagen de la Virgen de la Guadalupe
dentro de la iglesia), a raíz de la primera misa en castellano me dijo: “Juan
tráete una imagen de la Virgen de la Teja que la quiero poner en la iglesia”.
Yo la única imagen que tenía era la estampita que me había enviado mi tía. Me
fui a un estudio fotográfico, mandé hacer una ampliación (que quedó muy bonita)
y se la llevé al Padre. Ese fin de semana estuvo por primera vez en misa con
todos, pero eso no fue todo. En medio de este ajetreo, Pedro Herrán (el diácono
colombiano) me propuso hacer fotocopias de la novena y ponerlas debajo de la
imagen de la Virgen para todo el que quisiera hacerla de modo privado. Nos
fuimos a una farmacia donde trabajaba un amigo e hicimos unas 50 fotocopias del
folleto de la novena. El sábado las pusimos debajo de la imagen de la Virgen.
El domingo después de misa cuando nos íbamos, el Padre se acercó y nos dijo:
“¡En menudo lío me han metido ustedes dos! ¿saben cuántas personas me han
pedido hoy la bendita novena? ¡Se habían agotado!” Nada, que tocó salir
corriendo y hacer más.
Pero
eso no fue lo mejor, lo mejor fue que en esa época comenzaron a irse para China
las fábricas de muebles y otras empresas. El empleo empezó a disminuir mucho en
el estado donde nunca antes esto había pasado. Fue entonces cuando los
parroquianos anglosajones se acercaron al Padre y le pidieron que hablara con
nosotros para que se les tradujéramos al INGLES la novena de la Virgen de la
Teja. Esos que un tiempo atrás no nos dejaban tener misas en castellano, ahora
venían a pedirnos ayuda. La traducción la hice yo, con la ayuda de Pedro Herrán
y otras personas. De manera que la Virgen de la Teja tiene seguidores
angloamericanos en North Carolina y con la ayuda de Dios, pido que se haya
propagado por todo el país.
Como
dato curioso le contaré que yo trabajaba de voluntario en la oficina de Cáritas
que allí llamábamos “la casa Guadalupe”,
en honor a la Virgen de la Guadalupe, pues la mayoría de los emigrantes eran de
origen mejicano. Un día se me acerca una señora y me dice: “Oiga Don, ¿usted no
es el que trajo a la “Virgen de los albañiles?” Yo no entendí lo que me quería
decir y le respondí que no. Pero ella me respondió: “Sí, sí Don, la que se le
pide trabajo”. Yo me eché a reír, le dije que se llamaba la Virgen del Remedio,
pero se le conocía como la “Virgen de la Teja”, porque había aparecido en una
teja. Me dijo que ella la había conocido en el estado de Chiapas en MEJICO,
porque un hermano suyo se la había llevado desde Los E. U. a su país. Se la
había enseñado a toda la familia y amigos. Así que en esa época ya la novena de
la Virgen de la Teja andaba de gira por Méjico. Por otras personas amigas mías,
sé que fue llevada a Honduras, Guatemala, Ecuador y Filipinas. Estas son las
personas de las que yo le puedo dar fe. ¡¿Quién sabe hasta dónde ha llegado?!
No lo sé, sólo Dios y la Virgen lo saben.
En
noviembre del 2008 me fui a vivir al estado de Florida, pues mis hijos se
habían ido a vivir allí y mi primer nieto iba a nacer. La sorpresa fue que allí
conocí a una chica Venezolana que tenía una imagen en su casa de la Virgen de
la Teja. Cuando le pregunté de dónde provenía esa estampa, me dijo que se la
había regalado un sobrino de su marido que vivía en DAKOTA DEL SUR, un estado
al norte de los Estados Unidos, frontera con Canadá. Yo no sabía qué decir pero
se me salieron las lágrimas. Mi hija Nathaly dijo: “Esa Virgen la trajo mi
abuela de España” (porque fue mi madre la primera persona que me había hablado
de ella). Yo le conté toda la historia. Ella me dijo que su sobrino le había
dicho que era una Virgen española que habían traído unos hispanos pero que no
sabía nada más.
Cuando
llegué a la Florida, ya estaba la crisis por lo que era muy difícil encontrar
trabajo. Pero yo muy fiel a mi Virgen hice la novena y me puse a trabajar como
manager de una compañía de limpieza. Allí estuve trabajando hasta diciembre de
2011 que me vine a Madrid por temas familiares. Además quería cumplir mi
promesa a la Virgen de la Teja de ir a verla. Fui ante la Virgen el 17 de Marzo
de 2012. Cuando volvimos a Madrid, mi tía Mildred se me enfermó y a su hija
Patry le detectaron lupus eritematoso que es una enfermedad muy mala. Así que
decidí quedarme un tiempo para ayudarles. Ellas significan mucho para mí, pues
mi tía fue la que me crió hasta los 7 años por lo que ella es mi segunda madre,
y sus 2 hijas mis hermanas. Todos me dijeron que era una mala época para tomar
esta decisión por la crisis económica, pero no tenía alternativa: o me quedaba
a ayudarlas o me volvía a USA , así que decidí quedarme.
Una amiga de mi prima me dijo: ¿Cómo vas a hacer para encontrar trabajo con 50 años y la crisis tan fuerte? Le respondí: “No te preocupes yo tengo un arma secreta”. Así que dale a hacer la novena. El 8º día que era el 7 de abril yo mandé mi CV a la compañía Tysak y a las 11 de la mañana del otro día me llamaron para la entrevista. La pasé bien y comienzo a trabajar el día 27 de abril.