jueves, 28 de diciembre de 2023
lunes, 25 de diciembre de 2023
LA PALABRA SE HIZO CARNE EN EL SENO DE LA VIRGEN MARÍA
Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTROS
No es posible expresar con palabras humanas el inmenso amor
de Dios por la humanidad, por cada hombre.
Basta pararse a contemplar la inmensidad inabarcable del Universo.
¿CÓMO ES POSIBLE QUE EL
QUE HA CREADO TODAS LAS COSAS
SE HAGA ÉL MISMO CRIATURA?
Pues se ha hecho un NIÑO indefenso y dependiente de los
demás, mendigo de amor y cariño.
¡¡ESE NIÑO ES DIOS!!
Nada más frágil y precioso que un niño pequeño.
Él nació hace más de dos mil años en Belén y quiere nacer hoy
en cada uno de nosotros si le abrimos el corazón.
Hoy veneramos en nuestra iglesia conventual al Niño Jesús.
COLOCADO EN EL CENTRO DEL ALTAR, SOBRE EL “SUELO”, porque Él ha bajado desde el cielo hasta lo más bajo asumiendo nuestra naturaleza humana, para que el hombre llegue a ser hijo de Dios.
Cada día, en el altar, en manos del sacerdote Él vuelve a
nacer realmente para dársenos en comunión.
RODEADO DE TRES LUCES porque Él ha descendido a la tierra
desde el seno de la Trinidad. Él es la segunda persona de la Santísima Trinidad.
El que es LA LUZ DEL MUNDO vino en el silencio de la noche. Y esa luz la vieron
los Magos de Oriente y vinieron de lejos a ver al Niño Dios. Es fácil quedarnos
con luces de colores y olvidarnos de la Luz. La Luz está en nuestro corazón
cuando vivimos en gracia de Dios. La confesión sacramental devuelve al alma la
gracia perdida. Cuando uno reconoce su pecado, se arrepiente y lo confiesa, la
luz vuelve a su alma y se llena de Paz. La Paz nace del fondo de nuestro
corazón cuando estamos reconciliados con Dios, con los demás y con nosotros
mismos.
ES EL REY DEL UNIVERSO, simbolizado en el color dorado de
la vela que hay delante de su imagen.
LA BLANCURA DESLUMBRANTE QUE LO ENVUELVE nos recuerda que Él es la Luz del
mundo. Él es pureza infinita. No conoció el pecado, pero por salvarnos asumió
nuestros pecados y cargó con ellos para destruirlos en el madero de la Cruz.
EL NIÑO ESTÁ SOBRE UNA TELA ROJA que nos habla de su encarnación y de
su pasión.
DOS ÁNGELES, UNO A CADA LADO. Pues cuando el Padre envía a su Hijo
al mundo dijo: “Adórenlo todos los ángeles de Dios” (Hebreos, 1,6)
Cada nochebuena es especial, pero anoche, fue una fiesta más grande, recordado los 800 años de la Navidad de Greccio.
En la Navidad de 1223, tres años antes de su muerte, san Francisco
tuvo el deseo de contemplar en nacimiento de Jesús. Quería que entrara por sus
ojos el misterio de Belén.
En Greccio pasó a un establo y empezó a pedir a la gente que
le ayudaran a reconstruir lo que ocurrió la noche de Navidad. Una mujer hizo de
la Virgen, un hombre de san José, llamó a los pastores y lugareños que trajeran
ofrendas al Niño Jesús.
El pesebre lo dejó vacío y comenzó la misa de Nochebuena en
aquel pobre establo.
Un santo varón pudo contemplar que el Niño Jesús se hizo
presente en el pesebre sobre aquellas pajas.
Este hecho fue recogido por todos los biógrafos de san Francisco,
incluso san Buenaventura da fe del hecho.
Nuestro padre san Francisco era muy amante de Jesucristo en
dos momentos de su vida: Su nacimiento y su muerte.
LA POBREZA DE BELÉN.
“Fue envuelto en pañales y reclinado en un pesebre” (San
Lucas 2,7) y es el REY DEL CIELO.
LA POBREZA DE LA CRUZ
Muere desnudo, despojado de sus propias vestiduras, de su
honor, de su belleza, sin un sepulcro donde ser enterrado.
Nuestros padres san Francisco y santa Clara amaron la pobreza
no por sí misma, sino porque fue abrazada por el Hijo de Dios y su santísima
Madre.
Cristo se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. (2ª
Corintios 8, 9)
San Francisco se desposó con Dama Pobreza por amor a Jesucristo.
El Crucifijo de San Damián fue el Crucifijo que habló a san
Francisco: “Repara mi casa, que como ves, amenaza ruina”. Fue tanto el amor de
san Francisco por el Crucificado, que al final de su vida aparecieron sobre su
carne las cinco llagas. Pues así se lo había pedido él:
“Concédeme, Señor, experimentar en mi ser el mismo amor que
te llevó a ti a dar la vida por los hombres.
Concédeme, Señor, sentir en mi carne el mismo dolor experimentaste
cuando fuiste crucificado en la cruz”
Tanto era su amor por el Crucificado que se identificó con Él.
jueves, 7 de diciembre de 2023
LA INMACULADA
¿SABÍAS QUE DEL 8 DE DICIEMBRE DE 2023
AL 2 DE FEBRERO DE 2024
PUEDES GANAR UNA INDULGENCIA PLENARIA?
Esta entrada del blog tiene un doble tema: la solemnidad de
la Inmaculada Concepción y los 800 años del primer belén de la historia,
elaborado por san Francisco de Asís en Greccio hace 800 años, en la Navidad de
1223.
LA INMACULADA
Tenemos en nuestra iglesia una preciosa imagen de la Virgen
que solo en algunos días del año y con luz del sol, nos ofrece un “espectáculo”
digno de ser contemplado.
Durante el mes de diciembre poco después de las 12 de la
mañana, entra el sol por la vidriera de la iglesia y los ojos parecen tomar
vida. La virgen con los ojos iluminados, cobra vida y parece que te habla. Te
quedas “mudo” en su presencia y “escuchas” lo que te dice en tu corazón,
pidiédote que no te fijes en Ella, sino en Dios.
“Yo no soy nada, lo que
soy se lo debo a Dios, de quien recibo la luz y la vida”.
Lo expresó en su canto de acción de gracias cuando visitó a
su prima Isabel:
“Se alegra mi espíritu
en Dios, mi Salvador”
“El Poderoso ha hecho
obras grandes por mí”
LA INMACULADA, concebida sin pecado original
¡!ES LA OBRA
MAESTRA DE DIOS!!
La Virgen María, en su profunda “nada” se consideró LA
ESCLAVA DEL SEÑOR.
“Dios ha mirado la
humillación de su esclava”
Solo cuando reconocemos ante Dios que no somos nada, que todo
lo que somos y tenemos lo recibimos de Él, entonces podrá hacer con nosotros y
en nosotros obras grandes, como hizo en la Virgen María.
Mirando a la Virgen a los ojos comprendes que Ella es la Toda
Santa, la Llena de Gracia, como la llamó el ángel Gabriel en la Anunciación. La
toda llena de Dios.
LA HORA DE LA GRACIA,
HISTORIA
El 8 de diciembre de 1947, Pierina -la vidente de las
apariciones de Rosa Mística- contempló a la madre de Dios decir.
«¡Yo soy la Inmaculada
Concepción!»
«Yo soy María de las
Gracias, esto es, la llena de Gracia, Madre de mi Divino Hijo Jesucristo».
Descendió suavemente por la escala y añadió.
«Por mi venida a
Montichiari deseo ser invocada y venerada como Rosa Mística.
CÓMO PRACTICAR LA HORA
DE LA GRACIA
"MEDIANTE ESTA DEVOCIÓN
SE ALCANZARÁN MUCHAS GRACIAS PARA EL ALMA Y EL CUERPO".
1. Debe comenzar a las 12 del mediodía del día 8 de diciembre y
continúa hasta la 1 de la tarde.
2. Durante esta hora las personas que hacen la Hora de Gracia,
en la casa o en la iglesia, debe evitar toda clase de distracciones , no
contestar el teléfono, no abrir la puerta, no hacer nada en absoluto, sino
existir concentrados totalmente en la unión con Dios durante esta Hora especial
de Gracia.
3. Comience la Hora de Gracia rezando tres veces el salmo 51 (Miserere)
con los brazos abiertos.
4. El resto de la hora se puede pasar en comunicación en
silencio con Dios, meditando sobre la pasión de Jesús, rezando el santo
rosario, alabando a Dios en sus propias palabras o cánticos o rezando sus
oraciones favoritas, cantando, meditando sobre otros salmos, etc.
Nuestra santa madre nos ha dado toda oportunidad de demostrar
nuestro amor y confianza en ella y ayudarnos a hacer reparación por los graves
pecados que ofenden a su amado Hijo, nuestro señor Jesucristo.
INDULGENCIA PLENARIA
CON MOTIVO DE LOS
800 AÑOS DEL PRIMER
BELÉN, GRECCIO 1223
Con motivo de los 800 años de la primera representación
viviente del nacimiento del Niño Jesús, organizada por san Francisco de
Asís y conocida como la “NAVIDAD DE GRECCIO”, el Papa
Francisco concedió a Familia Franciscana la obtención de
una indulgencia plenaria:
“Visitando las iglesias que las familias franciscanas tienen
en todo el mundo y deteniéndose en oración ante los pesebres allí montados, los
fieles pueden obtener la indulgencia plenaria en las condiciones habituales”.
Esta indulgencia tiene un valor muy grande y requiere:
CONDICIONES
1.
Estar en gracia de Dios.
2.
Tener intención de ganar la indulgencia.
3.
Sólo se puede ganar una indulgencia plenaria cada día.
4.
Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso
venial.
5.
Confesarse, al menos veinte días antes o después.
6.
Comulgar, en ese mismo día, si es posible.
7.
Rezar por las intenciones del Papa un Padrenuestro y un Avemaría, u otras
oraciones.
En nuestra iglesia hay montado un pesebre para que ya mañana
se pueda ganar la indulgencia, una diaria con las debidas condiciones.
Junto a la gruta, la explicación de las condiciones de la
indulgencia y la narración de lo que hizo san Francisco
LA NAVIDAD DE GRECCIO
DE 1223
Un cartel, junto a la gruta, explicando lo que ocurrió en Greccio hace 800 años
Así narra san Buenaventura en la biografía que escribió de
san Francisco lo que ocurrió aquella Navidad de 1223 (LM 10, 7)
“Tres años antes de su muerte se dispuso Francisco a celebrar
en el castro de Greccio, con la mayor solemnidad posible, la memoria del
nacimiento del Niño Jesús, a fin de excitar la devoción de los fieles.
Mas para que dicha celebración no pudiera ser tachada de
extraña novedad, pidió antes licencia al sumo pontífice; y, habiéndola
obtenido, hizo preparar un pesebre con el heno correspondiente y mandó traer al
lugar un buey y un asno.
Son convocados los hermanos, llega la gente, el bosque
resuena de voces, y aquella noche bendita, esmaltada profusamente de claras
luces y con sonoros conciertos de voces de alabanza, se convierte en
esplendorosa y solemne.
El varón de Dios estaba lleno de piedad ante el pesebre, con
los ojos arrasados en lágrimas y el corazón inundado de gozo. Se celebra sobre
el mismo pesebre la misa solemne, en la que Francisco, levita de Cristo, canta
el santo evangelio. Predica después al pueblo allí presente sobre el nacimiento
del Rey pobre, y cuando quiere nombrarlo -transido de ternura y amor-, lo llama
«Niño de Bethlehem».
Todo esto lo presenció un caballero virtuoso y amante de la
verdad: el señor Juan de Greccio, quien por su amor a Cristo había abandonado
la milicia terrena y profesaba al varón de Dios una entrañable amistad. Aseguró
este caballero haber visto dormido en el pesebre a un niño extra ordinariamente
hermoso, al que, estrechando entre sus brazos el bienaventurado padre
Francisco, parecía querer despertarlo del sueño.
Dicha visión del devoto caballero es digna de crédito no sólo
por la santidad del testigo, sino también porque ha sido comprobada y
confirmada su veracidad por los milagros que siguieron.
Porque el ejemplo de Francisco, contemplado por las gentes del mundo, es como un despertador de los corazones dormidos en la fe de Cristo, y el heno del pesebre, guardado por el pueblo, se convirtió en milagrosa medicina para los animales enfermos y en revulsivo eficaz para alejar otras clases de pestes. Así, el Señor glorificaba en todo a su siervo y con evidentes y admirables prodigios demostraba la eficacia de su santa oración”.
MAÑANA, DÍA 8,
CON EL SANTÍSIMO EXPUESTO,
HAREMOS EN NUESTRA IGLESIA LA HORA DE LA GRACIA DE 12 A 13:00 H.
PARA EL QUE QUIERA ASISTIR
PAZ Y BIEN
sábado, 2 de diciembre de 2023
EL ADVIENTO
HOY LOS CRISTIANOS EMPEZAMOS
UN NUEVO AÑO LITÚRGICO
Somos invitados a celebrar el Adviento, la Navidad y la Epifanía, es decir:
Venida, Nacimiento y Manifestación del Hijo de Dios, que ha querido hacerse presente en nuestra historia para comunicarnos su salvación.
Desde hoy hasta el día del Bautismo del Señor (domingo
siguiente a la Epifanía) van a ser seis semanas de tiempo fuerte en que
celebramos la Buena Noticia de la Venida del Señor.
El pasado domingo, con la fiesta de Cristo Rey del Universo, terminó
el Tiempo Ordinario.
Cuando en el ambiente social se respira la preparación
comercial de las fiestas navideñas, nosotros, los cristianos, nos centramos en
la GRAN NOTICIA de que nuestro Dios se ha hecho el Enmanuel, Dios con nosotros.
Las lecturas, los cantos, las oraciones, la ambientación de
las iglesias, nos ayudan a preparar la venida del Señor.
En este primer domingo de Adviento del ciclo B, se leerán las
lecturas:
Isaías 63: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!
1ª de Corintios 1, 3-9: Esperamos la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo.
Evangelio de san Marcos 13, 33-37: “Velad, ya que no sabéis cuándo
vendrá el dueño de la casa”
En algunas iglesias y hogares se prepara una corona de Adviento
con cuatro velas, que significan las cuatro semanas de preparación a la Navidad.
Nosotras hemos preparado una en el presbiterio de nuestra
iglesia.
LA CORONA DE ADVIENTO tiene forma de círculo, que simboliza
la eternidad de Dios, no tiene principio ni fin.
En ella destacan cuatro colores: verde, rojo y blanco
VERDE:Es símbolo de esperanza, de renovación y de vida nueva. El Adviento es
tiempo de espera y de esperanza. Viene a la tierra el Gran Rey, el Rey de
reyes, Jesucristo, el Mesías anunciado por los profetas desde antiguo.
ROJO: Simboliza el amor apasionado de Dios por el hombre, que
le lleva a asumir nuestra carne, encarnándose en el seno de la Virgen María y
naciendo de ella. El que era eterno entra en el tiempo; el inmortal, se hace
mortal; el que no podía padecer, por su condición divina, al asumir nuestra naturaleza
pasible sufre como cualquier hombre el dolor; el inmortal, morirá un día por la
salvación de los hombres.
BLANCO: Símbolo de pureza, inocencia, limpieza. Es la
Inmaculada Virgen María, que lleva en su seno al Hijo de Dios, la que dará a
luz, permaneciendo virgen. Su fiesta la celebraremos el día 8 de diciembre.
Y en el centro de la corona UN
PESEBRE VACÍO, sobre él la imagen de la Inmaculada, pintada en el
mantel.
Este año, la familia franciscana está de aniversario.
El papa Francisco ha concedido indulgencia plenaria a todo
aquel que rece ante la gruta de un belén, en una iglesia franciscana, con las
debidas condiciones de comulgar, confesar, rezar por el papa y renunciar a todo
pecado, incluso venial.
En este tiempo de gracia, preparemos nuestros corazones con un gran deseo de agradar a nuestro Dios, viviendo según su voluntad.