EN EL QUE
SOR JUANA MARÍA DE JESÚS HIZO SUS VOTOS
El domingo día 25 de agosto, muy de mañana, ya se respiraba
un ambiente de fiesta en la comunidad.
A la hora del desayuno, el refectorio estaba vestido de boda
y el lugar de sor Juana María con un bonito cartel de felicitación y
dedicatorias de las hermanas de comunidad y otras que llegaron por correo.
Hasta última hora con los preparativos, adornando el
locutorio y preparando las mesas, pues queríamos invitar a los asistentes con
los productos artesanos de nuestro obrador.
A
las 6:30 comenzó la eucaristía, presidida por D. Juan-Julián Castillo y Zafra,
capellán de la comunidad durante 18 años. Celebró una de sus últimas eucaristías
en nuestra iglesia. Un bonito colofón de su pastoral en este pueblo de
Villarrobledo y de asistencia espiritual a esta comunidad. Ahora ha sido
nombrado canónigo penitenciario de la S. I. Catedral de Albacete y párroco de
la Asunción.
Concelebraron los sacerdotes:
D. Manuel de Diego Martín, Delegado
Episcopal de Vida Religiosa
D. José María Melero Martínez, hasta
hace unos meses ha sido el director del Instituto Teológico de Albacete
D. Ramón Sánchez Calero, vino desde
Almansa, destinado el próximo curso a Alcaraz.
D acólitos, los 2 Seminaristas de Villarrobledo:
D. Alejandro Marquina Espinosa y D.
Erick López del Cid.
El coro de la Parroquia de Santa María y
una soprano, amiga de la comunidad, armonizaron con sus voces esta bonita
liturgia.
La iglesia estaba prácticamente llena de
fieles, también nos acompañaron dos
hermanas de la comunidad de El Toboso.
D. Juan Julián, en la homilía hizo un
breve recorrido sobre el origen de la vida consagrada en la Iglesia. Después,
tomando como base los documentos del Concilio Vaticano II, explicó de forma
sencilla a los fieles el sentido teologal de los votos religiosos. Para
concretar el modo de vivir los votos, dio unas pinceladas sobre el estilo de
vida de la Madre Santa Clara, plantita del bienaventurado padre san Francisco.
Al final se dirigió a la neo profesa
para invitarla a mantener encendida la llama de la fe, para poder salir como
virgen prudente al encuentro de Cristo el Esposo: “Querida hermana ha de
alimentar esa llama con el aceite de la oración y la plegaria; que las virtudes
coronen toda su vida; que sea intachable ante nuestro Señor. Igual que santa
Clara profesó un tierno y grande amor a Cristo Eucaristía, sea Él el centro de
su existencia”.
Después dirigió unas palabras a la
comunidad y al pueblo de Dios congregado en nuestra iglesia, exhortándonos a la
fidelidad y a la contemplación de Cristo que siendo Rey de reyes se entregó a
la cruz para salvarnos y devolvernos la filiación divina, enseñándonos a vivir
la mansedumbre, la humildad, la fidelidad a los planes de Dios.
Después de la homilía, sor Juana María
emitió su profesión de vivir en pobreza, castidad, obediencia y clausura por
tres años, según la Regla de santa Clara y nuestras Constituciones Generales.
Después de hacer sus votos se le entregaron
las insignias de la Profesión:
Se le impuso el velo negro, signo de su pertenencia a Dios, se le entregó la Regla, el Crucifijo, la medalla de
la Inmaculada (patrona de la Orden) y una corona de flores.
En el momento del ofertorio, la neo profesa presenta el pan para la consagración.
Sor Juana dando gracias a Dios después de recibir a Jesús Eucaristía
Fue una celebración en la que hubo mucha
participación de los fieles.
Exposición de tartas preparadas para invitar a los asistentes
Después en el locutorio pasamos una
agradable velada.