¿CÓMO VIVIÓ SANTA CLARA EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN DE
CRISTO?
El misterio
pascual de Cristo, su paso de la muerte a la vida, se actualiza en cada
cristiano.
Exposición del Santísimo en nuestra iglesia conventual. Óleos de santa Clara y san Francisco. El Crucifijo de San Damián en el centro.
Nuestra
madre santa Clara y sus hijas, tuvieron presente toda su vida esta realidad,
por ello pudo dejar escrito en su Testamento cómo era la vida de la primera
comunidad de clarisas desde sus orígenes: “Mucho se gozó en el Señor nuestro padre san
Francisco al ver que, aun siendo nosotras débiles y frágiles, no rehusábamos
indigencia alguna, pobreza, trabajo, tribulación ni desprecio del mundo, sino
que más bien considerábamos estas cosas como grandes delicias”.
En el
proceso de canonización de santa Clara, una de las hermanas dio testimonio
diciendo que “Nunca la vieron alterada”. Pero
¿por qué? ¿cuál era su secreto?.
Ella tenía como un lema para su vida lo que escribía a santa Inés de Bohemia: “Si
sufres con Él, reinarás con Él; si con Él lloras, con Él gozarás; si mueres con
Él en la cruz de la tribulación poseerás las moradas eternas en la gloria del
reino celestial”.
Los gozos que uno experimenta en su alma están en proporción a los padecimientos sufridos en unión con Cristo, esto pasa incluso en esta vida. Por eso podemos ver a personas que sufren, pero están radiantes de felicidad.
Los gozos que uno experimenta en su alma están en proporción a los padecimientos sufridos en unión con Cristo, esto pasa incluso en esta vida. Por eso podemos ver a personas que sufren, pero están radiantes de felicidad.
Las palabras
más repetidas en los escritos de nuestra santa madre, después de la pobreza,
son el gozo y la alegría. Era una mujer que vivía siempre alegre, podríamos
decir “transfigurada” porque tenía fija su mirada en el “Espejo de la eternidad”,
el Crucificado Glorioso que asciende al Padre, representado en el crucifijo de
san Damián. Así le escribía a su amiga de Bohemia: “Fija tu mente, tu alma y tu
corazón en el Espejo de la eternidad y transfórmate totalmente por la
contemplación en imagen de su divinidad”.
Nuestra ilgeisa el domingo de resurrección de este año 2017
Después de
la resurrección de Jesucristo, el dolor no tiene la última palabra. En Cristo,
crucificado y glorioso, toda miseria humana, todo dolor, todo pecado, quedan
transformados.
La Iglesia
estará 50 días celebrando, por medio de la liturgia, la resurrección de Cristo.
Nuestro Señor, después de su resurrección, se apareció a muchos de sus
discípulos. Vivamos con gozo este tiempo de pascua, dando gracias a la
Santísima Trinidad por esta magnífica obra de la Redención del hombre. “El
Padre celestial, por salvar al esclavo, entregó al Hijo”.
“Exulten
los coros de los ángeles y las jerarquías del cielo por la victoria de Rey tan
poderoso.
Goce
la tierra inundada de tanta claridad y que radiante con el fulgor del Rey
eterno se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero”
(Del Pregón Pascual)