sábado, 24 de marzo de 2012
viernes, 23 de marzo de 2012
PROCESIÓN CON SANTA CLARA, SAN FRANCISCO Y LA CRUZ DE SAN DAMIÁN
EL DÍA 18 DE MARZO, 800 AÑOS DESPUÉS, SE REPITE EN VILLARROBLEDO LO QUE OCURRIÓ EN ASÍS EN 1212: LA CONSAGRACIÓN DE SANTA CLARA EN SANTA MARÍA.
El día 4 de octubre de 2011, fiesta de San Francisco, surgió la idea de organizar una procesión donde se reflejara (de modo plástico y sirviese de catequesis) el SI que Santa Clara dio a Dios y con el que se inició una nueva Orden en el seno de la Iglesia. Se trataba de repetir en Villarrobledo lo que ocurrió en Asís, ese mismo día, pero 800 años después.
Se pensó que saliera de "su casa", que sería la placeta e iglesia de La Soledad (ella vivió en la placeta de San Rufino, junto a la catedral). Se dirigiría vestida de sus mejores galas y con la palma (pues fue el domingo de Ramos por la noche) hacia la Parroquia de Santa María, donde San Francisco y los hermanos la esperan para consagrarla a Dios. Desde allí, toda la comitiva con velas acompañarían las imágenes de Santa Clara, San Francisco y la Cruz de San Damián hacia el Monasterio de hermanas Clarisas.
Desde un principio se contó con la colaboración de los sacerdotes y las cofradías penitenciales y patronales del pueblo, así como la asociación de belenistas y la OFS.
Se imprimieron de 1450 folletos con los cantos, lecturas, diálogos, oraciones... para seguir las ceremonias de la procesión, que junto a las velas se han repartido para acompañar a Santa Clara.
Después de la Procesión todos daban las gracias a la Comunidad por haber organizado un acto así. Fue una catequesis que ayudó a sacerdotes y seminaristas a renovar con Clara su "SI" a Dios; también a los fieles que con gran devoción y silencio hicieron el recorrido detrás las imágenes. El ambiente de colaboración que se creó en el pueblo fue muy hermnoso.
Santa Clara y San Francisco desde el cielo nos han regalado a todos este precioso día del 800 Aniversario de Consagración de Clara a Dios.
Contamos con la asistencia del Obispo de la Diócesis: Don Ciriaco Benavente (que presidió la ceremonia), doce sacerdotes y los hemanos Franciscanos de Albacete: P. Angel Nicolás y Fray Francisco Gaspar. También tres seminaristas de la diócesis y varios monaguillos; el Alcalde de la localidad D. Valentín Bueno, junto con algunos concejales y la banda de música de Socuéllamos.
Acompañaron con sus estandartes las 8 cofradías penitenciales y 4 patronales del pueblo.
Una multitud de fieles abarrotó las calles de Villarrobledo con sus velas encendidas. Nunca el pueblo ha vivido una experiencia semejante.
En nuestra iglesia el Obispo dijo unas palabras sobre la vida y el testimonio de Santa Clara. La Madre Abadesa impartió la bendición de Santa Clara y se finalizó con la bendición del Obispo.
En La Soledad y en Santa María cantó el coro Parroquial junto con los coros de las otras Parroquias de Villarrobledo y algunos instrumentos musicales.
En la Iglesia de Santa Clara, el coro de voces compuesto por el "Querqus Robur", el coro Parroquial de San Blas y las hermanas clarisas. Estuvo acompañado por cuatro violines y una flauta. Era emotivo, impresionante ver la Iglesia conventual con las imágenes de nuestros seráficos padres engalanadas sobre las andas. También el Obispo junto con tantos sacerdotes, los frailes, los estandartes y una multitud de fieles que abarrotaban la iglesia y ocupaban tanto la calle del Pedregal como la de Santa Clara.
La vecindad y otras personas generosas colaboraron para poner unas mesas y ofrecer a los asistentes un ágape.
Todo el pueblo quedó contento de haber revivido la consagración de santa Clara, justo 800 años después.
En alabanza de Cristo. Todo ha sido por Él y para dar a conocer a todos la gran talla humana y espiritual de Santa Clara de Asís; su SI incondicional a Dios.
sábado, 17 de marzo de 2012
FOLLETO - PROCESIÓN. SANTA CLARA 800 años
PROCESIÓN CONMEMORATIVA
18 de marzo. 19:00
Villarrobledo
Inicio en la Iglesia de la Soledad.
Consagración de Clara en Santa María.
Destino: Iglesia de Santa Clara
18 de Marzo a las 7 de la tarde.
IGLESIA DE LA SOLEDAD
CANTO “CLARA DE DIOS”
Letra y música: Juanma Yagüe. OFS, Badajoz.
Como flor que se abre al sol de la mañana,
así se abrió de par en par tu corazón;
y como alondra que bien sabe por Quién canta,
tú te hiciste melodía del buen Dios.
Del buen Dios, creaste toda tu riqueza,
que nobleza sin su Amor es perdición,
¿De qué sirven las alhajas y monedas,
si el Espejo más precioso es el Señor?
Dama Pobre, Evangelio y senda,
Madre, Hermana y Esposa del Amor;
sólo Cristo tu riqueza,
sólo Él tu anhelo y contemplación.
Y porque Dios vistió en ti su Transparencia…
…tú eres Clara de Dios. (Bis)
Misionera entre cuatro muros de piedra
que Francisco con sus manos levantó;
tú hiciste del pequeño San Damián
una parábola del Reino del Señor.
Sólo Cristo: razón de tu existencia.
Sólo Cristo: hambre de tu corazón.
Sólo Cristo: Pan de Vida que alimenta,
regalo y gracia de Dios Padre Creador.
Gracias, Señor, por haberme creado,
porque tu amor en mi humildad se derramó;
y el más bello de los hijos de los hombres
hizo Alianza eterna en mi corazón.
Dama Pobre…
MONICIÓN.
Estamos reunidos para conmemorar, en alabanza al Señor y en acción de gracias, el Octavo Centenario de la Fundación de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara.
Celebramos el nacimiento de una aventura evangélica, también hoy viva en la Iglesia, por la misericordia y gracia del Señor. A nuestro pueblo llegaron las hijas de Clara en el año 1614.
El 18 de Marzo del año 1212, a los dieciocho años de edad, Clara abandona su casa, atraída por el ejemplo de Francisco. Ese año era el Domingo de Ramos, día en que da comienzo la Semana Santa y se abren los días santos de la Pasión del Señor. En este contexto se colocan los orígenes de la Orden de Santa Clara. En la contemplación del amor de Cristo que da su vida por nosotros, brota la respuesta total de Clara a Él.
Vamos a escuchar cómo relata el biógrafo de Clara su fuga, en la noche del Domingo de Ramos, para iniciar una aventura evangélica, hasta entonces nueva en la Iglesia. Hoy hace justo 800 años de aquél acontecimiento.
CRONISTA De la vida de Santa Clara, virgen.
Clara, oyó hablar por entonces de Francisco, cuyo nombre se iba haciendo famoso y quien, como hombre nuevo, renovaba con nuevas virtudes el camino de la perfección, tan borrado en el mundo. De inmediato quiere verlo y oírlo, movida a ello por el Padre de los espíritus. Y no menos deseaba Francisco, entusiasmado por la fama de tan agraciada doncella, verla y conversar con ella. Moderan la frecuencia de sus entrevistas para evitar que aquella divina amistad pueda ser interpretada maliciosamente por públicas habladurías. El padre Francisco la exhorta al desprecio del mundo demostrándole la vanidad y el engaño de los atractivos del siglo. Destila en su oído la dulzura de su desposorio con Cristo, persuadiéndola a reservar la joya de la pureza virginal para aquel bienaventurado Esposo a quien el amor hizo hombre.
Clara, oyó hablar por entonces de Francisco, cuyo nombre se iba haciendo famoso y quien, como hombre nuevo, renovaba con nuevas virtudes el camino de la perfección, tan borrado en el mundo. De inmediato quiere verlo y oírlo, movida a ello por el Padre de los espíritus. Y no menos deseaba Francisco, entusiasmado por la fama de tan agraciada doncella, verla y conversar con ella. Moderan la frecuencia de sus entrevistas para evitar que aquella divina amistad pueda ser interpretada maliciosamente por públicas habladurías. El padre Francisco la exhorta al desprecio del mundo demostrándole la vanidad y el engaño de los atractivos del siglo. Destila en su oído la dulzura de su desposorio con Cristo, persuadiéndola a reservar la joya de la pureza virginal para aquel bienaventurado Esposo a quien el amor hizo hombre.
Encendida así en el fuego celeste, despreció la vanagloria terrena. Jamás nada de los halagos mundanos se pegó a su corazón. Despreciando las seducciones de la carne, deseó hacer de su cuerpo un templo consagrado a Dios, esforzándose por hacerse merecedora de las bodas con Cristo. Muy pronto, el piadoso padre Francisco, se apresura a sacar a Clara del siglo.
Se acercaba el día solemne de Ramos cuando la doncella, fervoroso el corazón, fue a ver al varón de Dios. Ordénale el padre Francisco que el día de la fiesta, compuesta y engalanada, se acerque a recibir la palma y que, a la noche, saliendo de la ciudad, convierta el mundano gozo en el luto de la Pasión del Señor. A la noche, emprende la ansiada fuga con discreta compañía.
CANTO.(Letra: Santa Clara. Música: Juanma Yagüe. OFS, Badajoz) “Qué grande y admirable intercambio es, dejar lo temporal por lo eterno; ganar el cielo a costra de la tierra, recibir el ciento por uno, y poseer la dicha de la vida eterna.” (Bis)
COMIENZA LA PROCESIÓN. ACOMPAÑANDO LA IMAGEN DE SANTA CLARA CON VELAS ENCENDIDAS.
Mientras se va repitiendo la música, la imagen de Santa Clara con su palma en la mano, va movilizándose.
En la Parroquia de Santa María, espera el Cristo de San Damián y la imagen de San Francisco.
En la Parroquia de Santa María, espera el Cristo de San Damián y la imagen de San Francisco.
EN LA PLACETA DE SANTA MARÍA
(Letra y música Carmelo Erdozáin)
Con pleno corazón te bendecimos;
a ti, belleza y luz de nuestros himnos, Cristo, oh, Cristo, cuya gloria brilla en Clara,
trofeo de tu amor y de tu Pascua.
1.De Asís la luz ha venido, y Clara nos la señala,
de un rostro desde la cruz, la paz y el bien se derrama.Venid, hermanos, venid, mirad a donde Clara miraba.
2.Hermana, a ti te decimos, como Francisco te llama;
venid, hermanos, venid, llenad de paz y amor vuestras almas.
3.Sendero, amable alegría, y bella flor de esperanza;
¡Oh, Clara, a Dios te confías, fiada de su Palabra.
Venid, hermanos, venid, mirad a donde Clara miraba.
MONICIÓN.
El Señor nos reúne para conmemorar el Octavo Centenario de la Consagración de Santa Clara en la iglesia de Santa María de los Ángeles. En este mismo lugar tuvo sus orígenes la Orden de los frailes menores bajo la guía de San Francisco. Quedando de manifiesto que era Santa María quien en su morada, daba a luz ambas órdenes.
ACTO PENITENCIAL. V. Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad…
ORACIÓN. Padre y Señor de la gloria, tú quisiste que santa Clara resplandeciese por el fulgor de las virtudes, con la ayuda de su intercesión, concede a cuantos celebramos el 8º Centenario de su Consagración, poder caminar siempre en la claridad de tu luz para que lleguemos a gozar de la herencia de los santos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén
MONICIÓN La lectura del profeta Oseas nos desvela la razón de la clausura clariana. Seducida por Dios se siente atraída a escuchar su Palabra que habla al corazón.
1ª LECTURA Del Profeta Oseas (2,14; 19-20)
Esto dice el Señor: “Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón. Me casaré contigo en matrimonio perpetuo; me casaré contigo en derecho y justica, en misericordia y compasión; me casaré contigo en fidelidad y te penetrarás del Señor. Palabra de Dios.
SALMO: Canto “Ven amada mía”. (Letra: Del Cantar de los Cantares.
Música: Cristóbal Fones, S. J. de Chile).
En la noche busqué al amor de mi alma,
en mi árido jardín Él hizo su morada,
con perlas de rocío cubrió Él mi cabeza.
Mi alma está bella, mi bien Amado llega.
VEN, AMADA MÍA, VEN A MI JARDÍN,
EL INVIERNO YA PASÓ,
Y LAS VIÑAS EN FLOR
EXHALAN SU FRESCOR.
VEN A MI JARDÍN.Habla mi bien Amado, atisba en la ventana,
el fruto está maduro, mi alma está presta,
espero su llamada pidiéndome abrir.
Arrulla la paloma, mi bien Amado llega.
VEN, AMADA MÍA, VEN A MI JARDÍN...
MONICIÓN.
Vamos a escuchar el mismo Evangelio que fue proclamado el lunes de Pasión, el mismo que Clara escuchó el día de su huída de la casa paterna y que describe muy bien el gesto de entregar su vida a Dios.
Vamos a escuchar el mismo Evangelio que fue proclamado el lunes de Pasión, el mismo que Clara escuchó el día de su huída de la casa paterna y que describe muy bien el gesto de entregar su vida a Dios.
EVANGELIO, según San Juan (12, 1 – 11).
Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?». Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella.
Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.» Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús. Palabra del Señor.
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?». Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella.
Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.» Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús. Palabra del Señor.
SILENCIO MEDITATIVO
ADORACIÓN DEL CRUCIFIJO
El Crucifijo de San Damián es conducido en procesión acompañado de dos velas hacia el centro del presbiterio.
El Crucifijo de San Damián es conducido en procesión acompañado de dos velas hacia el centro del presbiterio.
NARRADOR
Este es el Crucifijo que dijo a San Francisco: “Repara mi casa que como ves se desmorona toda”. Francisco lo hizo con su predicación, Clara con su oración y entrega silenciosa. Esta imagen del Crucificado Pobre, es el Espejo donde Clara se miraba cada día para identificar su vida con la de ÉL. Nos ponemos un momento de rodillas en adoración silenciosa. Después recitaremos la oración de San Francisco.ORACIÓN. TODOS.
Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón,
dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamientoNARRADOR
Vamos a reconstruir el diálogo entre Francisco y Clara de Asís la noche de su consagración. Se cogen las andas de Francisco y Clara y se ponen uno frente al otro.
Francisco: Hermana Clara, ¿Por qué has abandonado tu casa palaciega, dejando tu familia y un hermoso porvenir? ¿Qué es lo que deseas?
Clara: Busco a Dios, nada puede llenar mi corazón. Quiero vivir para Él, es mi único bien. ¿Cómo voy a vivir entre lujo y riquezas, cuando Jesucristo nació pobre en un establo y murió desnudo en un madero?.
Francisco : Te felicito Clara, dichosa tú, porque el Altísimo Padre celestial se dignó iluminar tu corazón. Hubieras podido gozar más que nadie de las pompas mundanas y con enamorado corazón lo has rechazado todo. Es un gran negocio dejar lo temporal por lo eterno, ganar el cielo a costa de la tierra.
NARRRADOR En esta iglesita, dedicada a Santa María de los Ángeles, los primeros compañeros de san Francisco acogen a esta muchacha llamada a seguir el Evangelio de un modo semejante a ellos. Francisco la recubre con el sayo de la pobreza, le corta los cabellos y la introduce en la categoría de los penitentes.
CANTO: Transfórmate totalmente por la contemplación en imagen de su divinidad en reflejo de Dios. (Bis) ( De las cartas de Santa Clara)
Se bajan las imágenes de las andas a la altura del suelo.
Francisco Dama Pobre, fiel doncella, eres hermana, esposa y madre de Jesús. Vas en pos de tu Amado desde del pesebre hasta la cruz.
Clara Desbordo de gozo al poder seguir las huellas de Cristo viviendo su santo Evangelio. Le consagro a Él mi cuerpo, mis afectos, mi voluntad. Y a ti Francisco prometo obediencia.
Francisco En alianza nupcial Jesús te ha desposado y tú sigues a tu amado. Se te concede experimentar las delicias del desposorio con Cristo, el Esposo del más noble linaje. La pobreza es tu corona y el sayal tu manto real. En salud o enfermedad servirás al Señor. Él ciñe tu frente con la corona incorruptible de la santidad. A cambio de las joyas, Él te adorna de virtudes. A cambio de tus lujosos vestidos, Él te reviste con su gracia.
Despojan la imagen de Clara de sus vestidos y le colocan sus emblemas: Aureola, custodia y báculo.
Los símbolos se van leyendo conforme se le van poniendo las insignias.
La AUREOLOA O CORONA tuvo, en un principio, un origen pagano. Con la llegada del Cristianismo, la AUREOLA o CORONA fue aceptada por la Iglesia como símbolo de la dignidad de ciertas personas, concretamente de los santos. Consiste en un círculo dorado colocado alrededor de la cabeza de los bienaventurados, como símbolo de su santidad. La AUREOLA O CORONA de Clara viene a indicarnos la santidad de su persona y la fidelidad mantenida a lo largo de su vida en el seguimiento de Cristo pobre y crucificado.
BÁCULO: El Concilio IV de Lión, del año 1215, prohibió aprobar nuevas reglas de vida religiosa. Por este motivo, Clara se ve obligada a profesar la Regla de san Benito y a aceptar el título de Abadesa. Uno de los símbolos de la Abadesa es el BÁCULO. El BÁCULO no es otra cosa sino el cayado del que se servían los pastores par guardar el ganado. En manos de Clara el BÁCULO significa la misión que el Señor le ha confiado para guardar y servir a sus hermanas. Servicio que realizó desinteresadamente durante los 41 años largos de su vida en San Damián. CUSTODIA: Trece años antes de su tránsito, es decir, en 1240, las tropas sarracenas o musulmanas, que militaban como mercenarias en el ejército de Federico II, emperador del Sacro Imperio, invaden el monasterio de san Damián, donde vivían Clara y sus hermanas. Impotentes ante esta invasión, sólo confían en la ayuda del Señor. Manda Santa Clara poner delante de la puerta por donde iban a pasar los sarracenos, la cajita donde se reserva la Eucaristía y postrándose en tierra, con gran fe en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento reza así: “Guarda, Señor, te ruego, y defiende a estas siervas tuyas”. De la cajita sale una voz que oyen Clara y las hermanas: “Yo os defenderé siempre”. Al instante las tropas musulmanas que ya habían invadido el monasterio, presas del pánico huyen sin causar ningún mal a las hermanas.
Cuando ya Clara está con sus insignias habla Francisco.
Francisco Dios te bendiga, Hermana Clara. Sé fiel y con andar apresurado, con paso ligero, recorre la senda de la felicidad segura, gozosa y expedita, con la perfección a la que el Espíritu del Señor te ha llamado.
NARRADOR Clara ha dejado su status social, comenzando una nueva vida. Es conducida por los hermanos hacia un Monasterio de Benedictinas.
Cuando el Señor le dio hermanas para vivir su aventura evangélica, el pequeño grupo es conducido por Francisco al Monasterio de San Damián.
Suben a los santos en andas y comienza la procesión hacia el Convento de Santa Clara, encabezada por la Cruz de San Damián, mientras el coro canta.
EN LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE SANTA CLARA
Cuando las imágenes llegan al convento, son colocadas las andas del Cristo en el centro y las de los santos a ambos lados de la iglesia.
CANTO. “Te bendecimos, Padre, Dios del cielo y la Tierra, lo escondido a los sabios, a los pobres revelas.” (Letra y música: Antonio Alcalde)NARRADOR.
Los muros de San Damián, donde Clara y sus hermanas vivieron toda su vida, fueron testigos mudos de una profecía de San Francisco, recogida por Santa Clara en su Testamento: “Cuando el Santo no tenía aún hermanos ni compañeros, mientras edificaba la Iglesita de San Damián, con gran gozo e inundado por el Espíritu Santo, profetizó acerca de nosotras, lo que luego realizó el Señor: “Venid, ayudadme en la obra del Monasterio de San Damián, pues con el tiempo morarán en él unas señoras, con cuya famosa y santa vida será glorificado nuestro Padre Celestial en toda su santa Iglesia.”(Test. Cl. 9-14 En San Damián comienza este nuevo estilo de vida iniciada por Clara de Asís. Muy pronto el Señor multiplicó el número de hermanas y de Monasterios semejantes al de San Damián, dando comienzo a una nueva Orden en la Iglesia. Francisco les dio una Forma de vida y prometió tener especial solicitud por ellas igual que de sus Hermanos.
Francisco. Escuchad, Pobrecillas, por el Señor llamadas, de diversas partes y provincias congregadas. Vivid siempre en la verdad para morir en obediencia.
No viváis la vida de fuera, puesto que la del espíritu es mejor. Os ruego con gran amor que administréis con discreción las limosnas que os dé el Señor. Las que se hallan afligidas por enfermedad y las que os esforzáis por atenderlas, todas por igual, soportadlo todo en paz, ya que cada una será reina en el cielo, coronada por la Virgen María.
No viváis la vida de fuera, puesto que la del espíritu es mejor. Os ruego con gran amor que administréis con discreción las limosnas que os dé el Señor. Las que se hallan afligidas por enfermedad y las que os esforzáis por atenderlas, todas por igual, soportadlo todo en paz, ya que cada una será reina en el cielo, coronada por la Virgen María.
NARRADOR.
Durante este año, todas las clarisas del mundo, agradecen el “SI” de Clara a Dios.
En el año 2014, esta comunidad cumple 400 años de presencia en nuestro pueblo.
ALOCUCIÓN DEL OBISPO
UNA HERMANA CLARISA. Gracias a todos los que han colaborado y han hecho posible esta celebración en honor de la Madre Santa Clara. Gracias por vuestra participación en esta celebración. Que santa Clara desde el cielo nos bendiga a todos.
BENDICIÓN DE SANTA CLARA.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. R. Amén.
El Señor os bendiga y os guarde; os muestre su faz y tenga misericordia de vosotras; os vuelva su rostro y os dé paz. Yo, Clara, servidora de Cristo y pequeña planta de nuestro Padre San Francisco, hermana y madre vuestra y de las demás hermanas pobres. Os bendigo en mi vida y después de mi muerte, en cuanto puedo y más aún de lo que puedo, con todas las bendiciones con que el Padre de las misericordias bendijo a sus hijos e hijas y los bendecirá en el cielo y en la tierra y con las que el padre y la madre espirituales bendijeron y bendecirán a sus hijos e hijas espirituales. R. Amén.
Sed siempre amantes de Dios, de vuestras almas y la de todas vuestras hermanas, os ruego que observéis siempre con solicitud lo que al Señor prometisteis. El Señor este siempre con vosotras y vosotras siempre y en todas partes estéis con Él. R. Amén
CANTO. Gracias, Señor porque me has creado (Últimas palabras de Santa Clara. Letra y música de Rosa María Riera. O.S.C.)